jueves, 31 de mayo de 2007

B.S.P.

La otra noche fui al teatro. Y me reencontré con un amigo al que hacía tiempo que no veía. Si algo recuerdo de mis dos años en Sudáfrica es de mi Banda Sonora Particular. Entendiendo como tal el conjunto de canciones que escuchaba, ya sea en la radio, en casa o de juerga. Ahora que por la caja tonta emiten un anuncio que dice algo así como “las-canciones-del-verano-se-olvidan, pero-lo-que-haces-en-vacaciones-no. Ven-y-compra-tus-vacaciones-de-este-verano-con-nosotros-ahora, y-te-hacemos-un-descuento-del-2%!!”… pues no, yo no olvido mis bandas sonoras de Sudáfrica. Y si alguien destacaba en estas bandas sonoras, es el amigo con el que me reencontré en el teatro: Vusi Mahlasela.

(Vusi. Foto cortesía de su web)

Desde luego él no me conoce, y eso que le he visto actuar en varias ocasiones. Y ahora, por primera vez, en Europa. Vusi está de gira en un espectáculo que se llama “Acoustic Africa”, donde actúa acompañado de Donet Gnahoré (Costa de Marfil) y de Habib Koité (Mali). Vusi se comportó la otra noche en el teatro, y excepto Woza y Red Song, tocó todos los himnos que le han hecho famoso (When you come back, Basimanyana, Tontobane y Chibona). Me puso la piel de gallina y hasta me emocioné. Y es que desde que “nos conocimos” en el mítico local Bassline
(que entonces todavía se encontraba en Melville), donde actuó acompañado de Louis Mhlanga, él no es consciente de los muchos kilómetros que hemos recorrido juntos.



Veréis, yo por aquél entonces (principios de este siglo) vivía en Johannesburg, donde acabé pasando 2 años enteritos. No os voy a aburrir con la consabida retahíla de datos sobre el número de asesinatos, violaciones, secuestros o muertes violentas que ocurren en la mal llamada Egoli (“ciudad del oro”, el otro nombre de lo que yo prefiero llamar simplemente Jozi). Ni tampoco sobre los índices de SIDA, la corrupción, el racismo o la incompetencia de un gran número de los dirigentes del país. A mi, lo que no me gustaba de Jozi era que no tenía mar y punto. Y eso me obligó a pasarme muchos viernes y lunes en la carretera, la N-3, que baja desde el altiplano donde Jozi se encuentra hasta la costa más cercana: la de Durban. He calculado que realicé ese trayecto unos 70 fines de semana, sobre un total de 2 años. Eso es casi cada fin de semana exceptuando los que pasaba en Barcelona por motivos laborales, los que me quedaba en Jozi por trabajo y los que pasaba en algún otro lugar del país por razones diversas. A 600 km por trayecto (ida, y otros tantos de regreso), son unos 84.000 kms. Únicamente en la N-3. Y casi todos con Vusi y cía.



El trayecto de Jozi a Durban era mi trek particular, a imagen y semejanza del de los voortrekers. Estos fueron los padres fundadores del país (sobretodo de su interior): granjeros y campesinos blancos, boers, principalmente calvinistas y de origen holandés, que ante la llegada del gobierno inglés a la colonia, decidieron buscar tierras nuevas hacia el interior del país. Lo hicieron en caravanas, armados con una Biblia, un fusil y con todas sus pertenencias a cuestas. Se adentraron en el interior del país desde Capetown, luchando contra los elementos, las bestias y, sobretodo, las tribus Zulúes, Xhosas y Ndebeles. Aunque algunos llegaron hasta lo que hoy en día es conocido como Zimbabwe (y más allá), la gran mayoría se instaló en el highveld, el gran altiplano donde se encuentran Pretoria y Jozi, llegando a fundar un estado, el Transvaal. Como tal, lucharon por su independencia ante los ingleses, en las muy crueles (y también llenas de actos heroicos) Guerras de los Boers, hasta que perdieron. Pero luego lograron la independencia (ya como Sudáfrica) y, fueron los descendientes de estos boers los que crearon un abominable sistema legal de discriminación por razón del color de la piel: el apartheid.

Y así como los boers tenían sus himnos calvinistas para acompañarles en su trek, yo tenía a Vusi… y también a alguno más.

De hecho, salía de casa a ritmo de la música que echasen en aquél momento por Khaya FM – the heart and soul of Jozi, pequeña emisora de Jozi que emite ritmos principalmente africanos. Gracias a Khaya FM, y a un CD recopilatorio que la emisora publicó, descubrí a muchos artistas que luego formaron parte de mi Banda Sonora Particular. Desde Sandton (suburbio de Jozi donde residía y trabajaba) hasta más o menos la altura de Alberton, Khaya FM me acompañaba. Una vez pasado Heidelberg, empezaban largas rectas con dos carriles, el tráfico disminuía ostensiblemente y, como la radio ya no se escuchaba bien, pisaba ligeramente el acelerador al ritmo de Hit the road, Jack, del desaparecido Ray Charles.

Pero eso no era más que una licencia americana a lo que se antojaba, fin de semana tras fin de semana, una experiencia con banda sonora africana. Rodeado de inmensas llanuras y pequeños koppies (colinas), las tonalidades del día se reflejaban en los largos pastos a lado y lado de la carretera durante kilómetros y kilómetros. Era el highveld en todo su esplendor. La monotonía era rota por algunos asentamientos de chabolas, los famosos townships, donde negros pobres (porque en Sudáfrica no todos los negros son pobres, pero la inmensa mayoría sí) vivían en condiciones infrahumanas. Estos townships se encontraban a algunos kilómetros del pueblo al que servían, y nunca mejor dicho, pues en esas chabolas es donde viven el personal doméstico y la mano de obra barata de las casas y empresas de los blancos y indios.

Me acuerdo de un township en concreto: las chabolas más cercanas a la calzada de la N-3 estaban coloreadas con graffitis enormes y coloristas, como los que uno espera encontrarse en algún callejón del Bronx, o en una sala de arte en Berlín o Barcelona; tanta era su complejidad y tan punzante su mensaje. Pero lo más chocante es que el soporte de estos graffitis eran paredes de chabolas, hechas con trozos de madera, cartones y demás chapas metálicas. En estos townships rurales no hay cemento ni hormigón. Si podía, intentaba escuchar Silang Mabele, con Vusi a la voz y Louis a la guitarra, al pasar por este lugar. Es un himno a la unión de todos para erradicar la pobreza, tanto económica como de valores, que asola el país. Otra opción para esta imagen, era ponerme un poco de BLK Sunshine, en concreto su tema Building. Son un dúo que interpreta una mezcla de pop y hip-hop africano muy cautivador, sobretodo en directo. Poco después, dejaba atrás el Transvaal (Gauteng a día de hoy), para entrar en el Free State (antigua Orange en tiempos pasados), una de las provincias más rurales y con menos desarrollo económico del país. Pero geográficamente seguía en el highveld y sus rectas interminables.



Recuerdo que en varios de los viajes que realicé en invierno - que es la temporada seca del highveld y cuando los campesinos aprovechan para quemar sus campos y así fertilizarlos-, me distraía presenciando las sombras que el sol, ya bajo a media tarde, dibujaba en las magníficas cortinas de humo que se levantaban a ambos lados de la carretera. Eran las sombras de los campesinos que, ayudados de mantas, avivaban el fuego hacia una dirección en concreto. Gracias a la oblicuidad de los rayos de sol, sus “manteadas” se magnificaban en las cortinas de humo y tomaban la apariencia de un baile diabólico, con una decena de hombres y mujeres, a la vez, levantando y bajando los brazos. Nunca hubo una canción más adecuada que Woza (de Vusi) para estas estampas: una celebración de la vida, que intenta curar las heridas a través de la fiesta y el baile (“…my song of love, my song of life…”).

Woza es una canción que asocio muy directamente con el gran himno fiestero de la música sudafricana popular, y que todos hemos oído alguna vez: el mítico Pata Pata, interpretado por la gran señora de la música sudafricana Miriam Makeba. Cuando le contaba a Christophina, la señora que venía a limpiar la oficina un par de días a la semana, que Pata Pata era mi canción preferida, ella se reía a carcajadas. Desde su ignorancia de persona sin estudios, pero honesta y trabajadora, y que ha criado a 4 hijos de 4 padres diferentes, no lo entendía y me decía que no fuera tonto. “Pata Pata,” me explicaba, “…no es una canción para blancos; es una canción para negros, trabajadores en las minas de alrededor de Jozie, que celebran todos los viernes que han cobrado su salario antes de emborracharse y gastárselo en juergas, putas y demás.”



Pero todo tiene su final, y el de las rectas, y por lo tanto del highveld, se encuentra justo antes de llegar a la población de Harrismith. Allí empieza la bajada hacia la costa y, a partir de este punto, la N-3 flanquea durante muchos kilómetros las majestuosas montañas de Drakensberg. En Harrismith se imponía una parada; en realidad se imponían dos paradas si tenía hambre. Una primera en un restaurante de la cadena Nando’s
, que a pesar de ser un fast-food, es de origen sudafricano y saben hacer pollo. Pero la parada bonita era la segunda, en Van Reenen’s Pass. La N-3 bordea el valle del Sand River y hay un mirador que he visitado muchas veces: frente a las cimas del Drakensberg a punto de engullir el sol, con el valle y su minúsculo río a mis pies ya en la sombra, contemplaba muchísimas veces el anochecer. Acostumbraba a beberme la única cerveza del viaje, una Windhoek Lager bien fresquita y, si no había comido nada o todavía tenía hambre, a mordisquear un poco de carne curada, el billtong. Dejaba las puertas del coche abiertas y la música sonaba. Todos los himnos de Vusi y Luis y también canciones de los mineros (gumboots). También algo de Mali, como Alí Farka Touré o Salif Keita, pues la sensación de espacio que proporcionaba la visión no era muy diferente a la de estar en la cima de una duna del desierto. Y para acabar esa horita de descanso que coincidía con la puesta de sol, nada mejor que el tema Mannenberg, interpretado por un gran pianista, el gran Abdullah Ibrahim. Un clásico instrumental al piano de 13:36 minutos de duración, que incluso un no aficionado al jazz como un servidor, era capaz de disfrutar.



Con la noche encima, y otra vez al volante, ya en el Kwazulu-Natal la música se iba calentando. Y a medida que yo conducía hacia el sur, mi B.S.P. me llevaba a climas más tropicales: Congo, Caribe, Camerún, Angola… La meta era Durban, una gran urbe que se encuentra en una zona de clima subtropical, a orillas del Índico y con una gran influencia india. Durban es la única ciudad del país que me recuerda al África negra del centro del continente, con sus mercados ambulantes, su calor pegajoso, su vida bulliciosa y… su hedor. Mi descenso particular hacia la costa, y el trópico, se iniciaba a la altura de Ladysmith, con los Ladysmith Black Mambazo. Un grupo legendario que participó en uno de los discos que inventaron la “world music”, mucho antes de que Ramón Trecet y cía nos machacasen este término cada dos por tres: Graceland, de Paul Simon. Tras Ladysmith… y camino de Pietermaritzburg, la música se hacía más sensual y lánguida con el caribeño Coupé Cloué, y sus canciones muevecaderas en criollo. Le seguía el camerunés Awilo Longomba, y el tema que más disfrutaba bailar con una amiga en un tugurio llamado Calabash, Coupé bibamba. A esa altura tenía problemas para mantener los pies en los pedales, puesto que la música me hacía el mismo efecto que si me hubiera tomado 2 expressos y 4 bebidas energéticas de un solo trago. De haber habido alguien conmigo en el coche, hubiera pensado que estaba sufriendo un ataque epiléptico. Pero todavía quedaba la traca final: “zouk” del mejor, en directo, y de la mano de Kassav’ Live au Zenith.



Tras ese maratón de ritmos, necesitaba algo para calmarme antes de llamar la atención de la policía del Kwazulu-Natal, de las más corruptas del país. Para eso utilizaba la voz sensual, y firme a la vez, de Miriam Makeba, con el otro gran himno de la música africana, el genial Malaika (“ángel” en swahili). La melodía desprende olor de clavo y demás especias de la costa de Kenya y Tanzania, de donde es originaria. Con esta suave melodía recorría los últimos kilómetros. Al llegar a casa de los Palmboom (donde solía alojarme), en el Bluff de Durban, estos me preguntaban inefablemente si no estaba muy cansado del viaje. Les decía que sí; pero no por las horas pasadas al volante, si no a causa del torbellino de emociones y ritmos que había vivido. Y también de la exaltación por haber podido compaginar los maravillosos paisajes con melodías y letras que les daban formas y llenaban los vacíos.

En el Bluff, me esperaban 2 o 3 días intensos de surf, a veces muy buenos, otras veces menos, pero siempre gratificantes. La hospitalidad de los Palmboom superaba las cotas más altas habidas y por haber, y hacían el fin de semana todavía más agradable si eso era posible. Pero por muy buenas que hubieran sido las olas, al llegar la hora del regreso tenía una sonrisa en los labios, pues sabía que me esperaban unas 5 horas más con Vusi, Louis y los demás.

El regreso seguía una tónica similar: Vusi y, a ratos, los demás. Pero con menos énfasis en los ritmos tropicales y más en los temas más tranquilos. Una vez, regresando a casa, y cuando de hecho ya estaba en uno de los tramos de las grandes rondas que rodean el centro de Jozi, me encontré mirando hacia el oeste desde la cima de una pequeña colina, y atisbé a ver una gran tormenta que estaba descargando justo encima de los rascacielos del centro. Estos rascacielos desde lejos parecen normales, pero en cambio se encuentran totalmente abandonados y ocupados por gente sin hogar. Disminuí la velocidad para poder contemplar el espectáculo. Y entre los nubarrones negros que descargaban toda su furia y la cima de los rascacielos, quedaba una ventana a través de la cual se colaban algunos rayos de sol, de un sol rojo intenso que ya estaba poniéndose. Era una tormenta de verano en el highveld, llena de luz, contraste y electricidad; a imagen y semejanza de la sociedad sudafricana de ahora. Justo en ese momento estaba escuchando Weeping, un tema que habla del apartheid sin nombrarlo, y que fue escrito e interpretado por un grupo de chavales blancos en plena época racista del país. La letra habla de un chaval blanco, soldado, que está vigilando un township por la noche y que se da cuenta que “eso” que sus superiores le han presentado como un monstruo, no es más que otros seres humanos a los que no hay que temer si no respetar. Gracias a un eficaz juego de palabras, la canción pudo escapar a la censura y se convirtió en un himno para los pocos blancos que luchaban activamente contra el apartheid.

Obviamente, en la grabación de que yo disponía lo estaba interpretando Vusi Mahlasela.




Niegà
Mayo 2007

Weeping
I knew a man who lived in fear.
It was huge, it was angry it was drawing near.
Behind his house, a secret place
Was the shadow of the demon he could never face.
He built a wall of steel and flame
And men with guns to keep it tame.
Then standing back he made it plain
That the nightmare would never ever rise again.
But the fear the fire and the guns remained.
(...)
It doesn't matter now.it's over anyhow.
He tells the world that it's sleeping.
But as the night came round i heard it slowly sound.
It wasn't roaring, it was weeping.
(...)
And then one day the neighbours came.
They were curious to know about the smoke and flame.
They stood around outside the wall,
But of course there was nothing to be heard at all.
"my friends," he said, "we've reached our goal,
The threat is under firm control.
As long as peace and order reign,I'll be damned if i can see a reason to explain,
Why the fear and the fire and the guns remained.
(...)
"It doesn't matter now.
it's over anyhow.
He tells the world that it's sleeping.
But as the night came round i heard it slowly sound.
It wasn't roaring, it was weeping.
(...)
Is there a light, can you feel the light shine?
I think i've find a way through...
I know things have changed but the fear remained in me
Till i touched the light in you.
(...)
Say it's over now, it doesn't matter now.
He tells the world that it's sleeping.
But as the night came round i heard it slowly sound.
It wasn't roaring, it was weeping...

P.S.: Es curioso como el acto más inesperado puede hacernos escribir. Tenía una asignatura pendiente con Sudáfrica. Había vivido y trabajado allí durante 2 años (2000 y 2001) y nunca había escrito nada al respecto hasta ahora. En cambio, de otros sitios donde he estado mucho menos tiempo (Cabo Verde, Liberia, Mozambique, Senegal…), la inspiración para escribir surgió sin ningún problema. Ver a Vusi Mahlasela en directo el pasado Lunes 21 de Mayo, en el Teatro Victoria Eugenia de Donosti, me evocó un torrente de recuerdos de las muchas horas que pasaba en el coche para ir a la costa. Y de paso me inspiró para escribir este relato. En este caso no escribo sobre el surf, si no sobre lo que me ocurría antes y después del surf. Dicen que el trayecto es, en ocasiones, más embriagador que el destino.

lunes, 28 de mayo de 2007

Calendario alternativo

Empieza la temporada de verano y también los actos “alternativos”. He aquí un pequeño calendario de actos a los que no me importaría asistir (algún que otro ya caerá…):

Ribeira d’Ilhas Revival, en Portugal. Ya ocurrió y me lo perdí. Fue el pasado 19 de Mayo, y por lo visto estuvo bien (tablas antiguas, risas y muchos seiscientos). Fotos cortesía del excelente blog tubus-eternus





Anything but 3, en Cardiff (California). Se celebra este próximo Domingo 3 de Junio. Es una institución y cada año aparecen por ahí algunos pros semi-retirados. Puedes competir con la tabla que quieras siempre y cuando no sea un tri-fin. Creo recordar que a veces no puedes elegir la tabla; sencillamente hacen un sorteo en cada manga para ver con qué tabla entra cada uno. ¡Me parece una idea genial!


Una vez en Cardiff, entre otras cosas, no me importaría a visitar la tienda Mollusk Surf Shop en San Francisco. A ver cuándo aparecen tiendas parecidas por aquí cerca, con esa selección de tablas y marcas diferentes a lo que siempre encontramos por todas partes. Una de las pocas que había, la de Single Prod en Hossegor, con una selección de tablas “diferentes” esplendida, cerró hace unas semanas.



De vuelta a Euskadi para el Surf Film Festibal de Donosti. Sancho y cía se vuelven a lucir. La verdad, traer a Andy Davis y Andrew Kidman es un lujazo. En Donosti, del 8 al 10 de Junio. Además coincide con la prueba de Donosti de la A.C.L., la primera vez que se celebra.



Y el fin de semana siguiente tenemos el Cosmic Children Festival en Liencres (16-17 de junio), en su segunda edición. Me contaron cosas muy buenas de la primera (excepto las olas, todo lo demás), y la verdad es que me apetece mucho pasarme por ahí. Enhorabuena a Javi Cantera y a Raúl García por que me parece una idea excelente.


5 días más para descansar, cogemos un vuelo barato y nos vamos a tierra británicas, para asistir a la primera edición del European Fish Fry en Woolacombe (23 de Junio). Parece ser que la concentración de fishes que habrá será sin igual… y también cuentan con la asistencia de algunos shapers de renombre, que vendrán a explicar las características de sus tablas. Se rumorea que el mismísimo Rich Pavel podría pasarse por ahí.


Todo esto entre finales de Mayo y Junio. Luego llega la temporada de los campeonatos “seriotes”, con la excepción del Festival de Salinas. Una cosa es la A.C.L… pero otra cosa es el Festival de Salinas. ¡Una institución! Sólo asistí a uno y me lo pasé pipa. Espero poder repetir este verano… a ver si encuentro a un alma caritativa que me preste un tablón, que ya no tengo (por razones de espacio).

Y en Septiembre (fechas por confirmar), una nueva edición (y será la 6ª) del Royal Single Trophée en Anglet. ¿Repetirá Tom Curren? ¿Tendrán maretón como el año pasado? En Septiembre lo sabremos.


¡Que lo pasemos muy bien!

¡Gazapo!

El de una conocidísima marca de “tupperwares”, perdón… quería decir de tablas de plástico… ;-). Se les olvidó borrar las medidas y la firma del shaper, en la foto de la tabla que utiliza uno de sus team riders en una de sus publicidades. Con lo cuál, queda demostrado que ni a los mismos team riders les convence la idea…

Claro, que otra explicación podría ser que el diseñador, siendo totalmente anti-tupperwares, lo haya dejado a posta y el de marketing no se haya dado cuenta.

Cortesía del excelente blog 70 percent.

sábado, 26 de mayo de 2007

¿Sabemos lo que tenemos?

Hoy he cruzado “la” puerta. Bueno, de hecho la cruzo cada día, pero hoy la he cruzado con una cámara que me han prestado y con una intención. Leo en foros y otros blogs muchas preguntas sobre tablas de surf: diferentes modelos, formas, configuraciones de quillas, materiales en las que están construidas (el dichoso epoxy, que la gente cree que es un foam cuando es una resina…), etc… Hay muchas preguntas y pocas, muy pocas respuestas. Pero sobretodo, lo que veo es una tendencia a despreciar una de las cosas que hace el surf algo tan único y diferente. ¿De qué se trata? Al final os lo cuento.
Pues eso, hoy he cruzado la puerta que separa mis oficinas de las “otras” oficinas, y llevaba una cámara conmigo. Y esto es lo que he encontrado:

¿Donde estabas en el…
…1980? De haber ganado, te hubieras llevado “un viaje a un país exótico con olas (Bali, Ceylan o México)”. Y en caso de quedar segundo, una tabla de Ben Aipa.

…1981?

…o 1982? Yo me acuerdo: esperando que empezara un partido del Mundial de Futbol de ese año, que se disputó en España (¿os acordáis de Naranjito?), un helicóptero de TVE hizo una toma aérea de la playa del Orzán (el partido se disputaba en A Coruña) y vi a surfistas en el agua. Fue la primera vez que vi a gente hacer surf –aunque por la tele- en España.

Totoras
Creo que son las dos primeras que pisan suelo español. Están directamente traídas de Perú. Su transporte costó mucho más que el precio que pagaron para hacerlas construir. Es como el stand-up paddle, pero más primitivo, y además llevando carga (la parte hueca es donde guardan los peces que capturan). Y cuando regresan a la playa, surfean las olas de pié, ayudados por el “remo” (un trozo de caña tallado verticalmente). ¿Se atreverían Laird Hamilton o Ibon Amatriain a surfear Teahupoo, o Roca Puta, con una de estas?


La puerta de la sabiduría nº 1…
…se abre y me encuentro con este simpático señor. ¿Qué digo señor? ¡Mito! ¡Leyenda viviente! Y amable como el que más.
Mr. Pat Rawson en persona. Charlamos un rato (no es la primera vez) y posa para la foto. Hablamos de ese gran misterio que para muchos son los bonzers (yo tengo dos, pero no son de Pat), y el gran maestro me cuenta:
“Hago tablas bonzers desde 1984, cuando los hermanos Campbell me enseñaron. Los bonzers no son tablas, sino una configuración de quillas + cóncavos. Pero esta configuración se puede utilizar en un gun (tabla para olas grandes), un longboard, un mini malibú, una tabla normal o un fish. Es incorrecto decir “quiero un bonzer”; habría que decir quiero “un gun bonzer” o “un fish bonzer”, etc… Los bonzers que yo suelo hacer son de 5 quillas (el llamado bonzerII), y la mayoría de los que hago son cortos, de cola ancha y para olas no muy grandes pero muy buenas, con mucha pared. No son para olas de playa (a menos que sea uno de esos días perfectos), si no para olas largas tipo reef o pointbreak, donde puedes hacer giros muy anchos sin perder velocidad, y proyectar mucho tus giros, sin prisas. Pero lo dicho, eso los que yo hago; no quiere decir que otros bonzer no puedan ir bien para olas de playa normales”.

Gracias Pat. En Octubre hablamos de las medidas para el mío.

La puerta de la sabiduría nº 2…
…se abre y me encuentro con una leyenda underground. Uno de los shapers más auténticos y más venerados por el resto de los shapers, pero que prefirió seguir teniendo un pequeño taller y compaginarlo con el trabajo de “ghost shaper” para otras marcas, que lanzarse a una aventura empresarial como Al o Rusty. Ladies & gentlemen, Mr. Brian Bulkley.
Si con Pat ya había hablado algunas veces antes, con Brian hablo casi cada día. Viene a charlar un rato conmigo en la oficina para escaparse del polvo y del ruido. Además, acabo de estrenar dos tablas shapeadas por él y comentamos la jugada, especialmente con las quillas, ya que he utilizado el sistema Lokbox y estoy buscando el modelo de quillas que me va mejor.
Las dos tablas que me ha hecho son quads (yo ya era un convertido a estas tablas, gracias a un fish quad que estrené el año pasado, pero las de Brian son una delicia). “Son el no va más en California”, me dice. Le explico que “en Francia ya están arrasando. En España tardarán un poco más porque parece que aquí nos creemos mejores surfistas, y hasta que no veamos a todo el top44 llevarlos, seguiremos creyendo que si no es bueno para ellos, para nosotros tampoco”. Nos reímos y vamos a hacer un par de fotos a un quad Pukas que corre por ahí cerca, del año 1983, de cuando la transición del twin fin al tri fin. Para los que siguen creyendo que el quad es un invento moderno.


Y es que eso no lo tiene nadie más
Ni el golf, ni el tenis, ni el windsurf, ni el kite, ni el fútbol, ni la F1, ni el esquí, el snow o el skate… ni ningún otro deporte/actividad. Y nos los estamos cargando. Lo único verdaderamente indispensable para hacer surf es la tabla. Sin tabla no hay surf. Ergo la tabla es lo que nos hace únicos. Y tenemos la GRAN suerte que hasta hace bien poco, las únicas tablas que había eran hechas a mano, artesanalmente, por gente que surfeaba.

¿Os creéis que todas las personas que intervienen en el proceso industrial de fabricación de una raqueta, o de una pelota de fútbol, juegan al fútbol o al tenis?

Conozco personalmente a todos los shapers que han hecho todas las tablas que he tenido en esto últimos 7 años. Y todos ellos surfean (mucho) mejor que yo. Pero no solo ellos, si no también los que las han glaseado, pulido, pintado y puesto las quillas. En los talleres de shape tradicionales, ya sea los de una sola persona que lo hace todo como los que tienen a varios empleados para diferentes trabajos del proceso, hay trajes húmedos casi cada día: los de la gente que trabaja ahí. Hay gente esponsorizada que compite y trabaja en ellos. Los glaseadores miman cada tabla como si fuera para ellos. Los pulidores vigilan en qué momento el canto de la tabla coge más angulo. ¿Os créeis que la gente que vierte resinas varias en los moldes en la archiconocidísima fábrica de Tailandia sabe cómo se hace surf? ¿Saben la importancia de un canto bien marcado en el sitio justo?
¿Y los que hacen estas tablas?

Sí, están diseñadas en los USA o en Australia por los mejores shapers; y están hechas a mano… pero por gente que no ha visto nunca el mar y con materiales de baja calidad. Cobrando un salario que en Europa no daría ni para pipas, en condiciones infrahumanas de trabajo. ¿Creéis que les importa donde empieza a avivarse el canto? ¿Y la distribución del peso en la tabla una vez glaseada? Hoy hacen tablas de surf (a mano) y mañana harán muñecas, o piezas para coches o… raquetas de tenis. Acordaros cuando notéis que la tabla va lenta, o que no acaba de girar como debiera, o que se amarillea a los 2 meses.

Apoyad a vuestro taller de shape. El que sea. Porque es de las pocas cosas que nos hace verdaderamente únicos; más allá de filosofadas sobre la comunión con la naturaleza que sentimos en el agua, o el bienestar físico y psíquico que produce deslizarse sobre una ola.

Niegà
Mayo 2007

P.S.1: Para más información, echad un vistazo (si entendéis el inglés) a este blog.
P.S.2: Y antes de que lo preguntéis, no, no trabajo para P****.

jueves, 24 de mayo de 2007

"Tommy don't surf"

Bob McKnight, CEO de Quiksilver, en un discurso que pronunció durante el congreso anual del SIMA (Surf Industry Manufacturers Association) exclamó que "Tommy don't surf". Se refería al acercamiento al surf que marcas de moda tradicionalmente ajenas al mismo (Abercrombie, Tommy Hilfiger, Hollister, Pull & Bear, H&M, etc.), hacen verano tras verano. Durante esta época del año, las tiendas de estas marcas casi parecen "surf shops", con tablas incluidas.
Un profano que no conozca nada del mundo del surf (y este es el gran mercado que todos quieren conquistar), seguramente no notaría la diferencia entre una tienda de alguna de estas marcas y una de Quiksilver, Billabong o Roxy. Lo curioso es que esta frase venga de la marca que más ha intentado salir fuera del surf para ocupar mercados de leisurewear y moda; y que cuenta con tiendas propias en sitios donde el mar, y las olas, están a miles de km. de distancia.
Claro, que... ¿Y si se diera el caso que Tommy Hilfiger decidiera patrocinar el Pipeline Pro (por ej.), alguien le iba a decir "no, gracias"?

¿Y que opinaron los pequeños fabricantes hardcore de trajes de neopreno (Aleeda, West, Victory, Peak, etc...) cuando a principios de los 90, Quiksilver, que no tenía ninguna tradición como fabricante de trajes, decidió sacar una colección propia de neoprenos?

El intrusismo se ve de manera diferente en función de si eres el intruso o la víctima.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Visual Marruecos (II)

(Mientras acabo otro relato, menos dramático que el de Dakar, unas cuántas imágenes más de Marruecos)


(Muy cerquita de las olas world class de Taghazout, hay una playita al lado de Banana beach, que se llama "la 14", pues se encuentra en el km. 14 de la carretera de Agadir hacia el Norte. No suele haber buenas olas -aunque si está muy pequeño, puede salir algo- y sí tiene algo de vida propia -pescadores, algún chiringuito, etc...-. Esto es lo que se ve desde el agua, con el pueblo de Tamraght al fondo. Si haces click encima, la verás mejor.)

(Acabábamos de llegar a Tifnit, a 1 hora al Sur de Agadir y mientras este surfista vasco hacía estiramientos antes de entrar al agua, yo estaba probando la Rolleiflex. La foto salió sola.)

domingo, 20 de mayo de 2007

Visual Marruecos (I)

(Dos instantáneas del Puerto de Imessouane, realizadas con mi Rolleiflex 2.8F, tipo 1. Enero 2005)


(Portada del bloc de dibujos. 3er viaje a Marruecos. Diciembre 2004-Enero 2005)

Algunas curiosidades del campeonato de Teahupoo (y II)

Ya se acabó esta tercera etapa del WCT de este año, con victoria de Damien Hobgood delante de Mick Fanning. Con este resultado, Mick aumenta su liderato provisional en el ranking del WCT con una 1ª plaza (Snappers), una 2ª plaza (Tahiti) y una 3ª plaza (Bells). Difícil hacerlo mejor.

Cosas interesantes que han sucedido:
-por primera vez, el campeonato se ha tenido que alargar más allá del “periodo de espera” oficial para que la última jornada coincida con una marejada decente. Los 8 surfistas que estaban en liza cuando acabó el periodo de espera (los cuartofinalistas) accedieron a esperar. El único que dudaba era Jeremy Flores, por compromisos con su sponsor, pero al final accedió.

-Una vez más, una tabla con configuración de quillas quad ha brillado en Teahupoo. Si el año pasado fue el wildcard (invitado) Danny Fuller que pasó unas cuantas mangas con una tabla quad, este año ha sido Chris Ward, que tras partir su tabla en medio de una manga, fue a buscar su tabla de repuesto que no era otro que un quad (tabla de outline normal pero con 4 quillas en lugar de 3). El resto de los mortales estamos esperando a que TODOS los pros vayan con quads antes de probarlos, por que si los pros no los utilizan, a nosotros no nos pueden ir bien, ¿verdad? Y eso por mucho que haya ex-pros (que surfean mejor que el 99% de nosotros) que sólo utilicen quads (Tom Carroll por ejemplo)…

-Andy y Bruce Irons lucieron el escudo de la Virginia Tech University en todas sus tablas durante el campeonato. La Virginia Tech University es donde tuvo lugar el brutal asesinato de muchos estudiantes hace unas semanas en manos de un perturbado mental. Son varios los atletas americanos que, sin tener una vinculación especial con esta institución, en señal de apoyo han lucido el escudo de la misma. Me parece muy bien. Pero me parecería mejor que durante todo el año los pros lucieran el de Surfriders Foundation, Save the Waves, Amnistía Internacional o Greenpeace por ejemplo. Ya sabemos que los centímetros cuadrados de las tablas de los mejores pros del momento valen su peso en oro, debido a la visibilidad que pueden tener, pero sinceramente, puestos a ser altruistas, creo que hay mejores causas que defender.

Claro que quizá lo que deberían poner los pros, o mejor dicho, lo que los sponsors de algunos pros deberían obligarles a poner en sus tablas, es algo parecido a esto:


Vi uno parecido en un camión portugués hace poco, y recordé que en Sudáfrica, la mayoría de coches, camiones y furgonetas de empresas llevaban alguno por el estilo, con el consiguiente nº de teléfono de la empresa para “chivarte” si has visto al vehículo en cuestión hacer imprudencias.

Después de oír algunas historias sobre el comportamiento de algunos pros (tanto del WCT como del WQS) dentro y fuera del agua (saltadas, ausencia de respeto hacia los locales, broncas en bares y restaurantes, palizas a surfistas no locales, aprovechar que una chavala perdió el conocimiento en una fiesta para abusar sexualmente de ella, etc…), y sabiendo que lo que hacen repercute negativamente en la imagen de las empresas que les patrocinan, quizá algún día veremos algo parecido a “¿Cómo me comporto? Llame al 902.123.XXX"(teléfono gratuito del sponsor en cuestión, Quikbong, Rip Billa o Silvercurl) en las tablas de muchos pros.

viernes, 18 de mayo de 2007

Out of office

Pues eso, por motivos profesionales llevo un par de días en BCN, y sin otra conexión a internet que la de los cyber cafés del barrio. Regreso de nuevo a Euskadi este Sábado (mañana) por la tarde, y ya volveré a coger la rutina de ir colgando cositas en este blog (acabó el WCT de Tahiti, algún dibujo que me queda por escanear, algún relato, etc...).

De momento, os dejo con este grabado de la fachada marítima de la ciudad condal en 1850. Interesante como entonces no necesitaban espigones, ¿no?.


lunes, 14 de mayo de 2007

Dakar mon amour


(Portada de mi bloc de dibujos de ese viaje. Collage hecho con varias etiquetas de botellas de cervezas locales. Aún húmedas, era muy difícil arrancar las etiquetas enteras, sin romperlas. Tuvimos que tomar varias cervezas para conseguir un número pasable de las mismas. ¡¡¡Suerte que Putxi me ayudó con ganas!!!)

Los surfistas acostumbramos a viajar. La principal razón de nuestros viajes suele ser conocer olas nuevas y diferentes, mejores que las que tenemos en casa y/o en un clima más benigno. Para mí, además, viajar es una de las mejores maneras de conocer gente diferente, sean surfistas o no.

Durante la primavera del 2004, mi buen amigo Putxi y yo teníamos un plan: aprovechar los 10 días de Semana Santa para ir a Costa de Marfil, donde yo había residido unos años antes, y pillar algunas olitas en Assinie. Pero la celebración de manifestaciones, acompañadas de rumores de otro golpe de estado en las próximas semanas, nos hicieron cambiar los planes a última hora. Llamamos rápidamente a la agencia de viajes y nos dijeron que, pagando un pequeño extra, podíamos cambiar nuestro destino por Dakar. No lo dudamos y así lo hicimos. Yo sólo había estado en Dakar una vez por trabajo, y únicamente un par de días y sin salir del centro. Me había quedado con ganas de más y, de paso, también de conocer las olas de la península de las Almadíes, la punta más occidental del continente africano. Putxi no había estado nunca y también le apetecía conocer ese trozo del continente. Lo que ninguno de los dos sabíamos es que íbamos a conocer a un surfista que estaba dispuesto a perder un trozo de su pene por amor.

Ocurrió cuando ya llevábamos 3 o 4 días en Dakar. De hecho, no estábamos en Dakar, si no alojados en el pueblo de N’Gor, a escasos kilómetros del aeropuerto y cerca, muy cerca, de las olas. Ya teníamos nuestra rutina más o menos definida: nos levantábamos y, desde la terraza de la casa donde estábamos alojados mirábamos la derecha de N’Gor, esa que sale en The Endless Summer I. Veíamos el tamaño y el viento y, en función de las condiciones, nos movíamos hacia un lado u otro. Así, habíamos tenido algún baño en esa derechita, por las tardes, cuando amainaba el viento. Y también nos habíamos percatado que estaba entrando un pequeño swell del S, que hacía funcionar olas como Vivier, Club Med y Secrets. Así pues, por las mañanas cruzábamos la península andando (25 minutos) para surfear el lado Sur, que siempre está off-shore; y por las tardes, nos metíamos el palizón de remar hasta la derecha de N’Gor, después del interminable paseo por el laberinto de callejuelas del pueblo.

(Izquierda de la isla de N'Gor. No llegamos a surfearla nunca. Vista desde la terraza de la casa donde estábamos alojados.)

Ese día estábamos comiendo en el chiringuito de Secrets, una playita que de “secreta” no tienen nada, pues se ve desde la carretera. Lo que sí tiene esta playa es que sirve de punto de encuentro de la pequeña comunidad surfista de la zona (algunos locales y varios expatriados). También tiene un chiringuito muy agradable, como ya he dicho. ¡Ah! …y el fondo es de arena, donde sale una olita que a veces abre y que da baños cuando el resto del litoral Sur está demasiado pequeño. En fin, el lugar ideal para un par de surfistas latinos como nosotros… Y ahí estábamos, solos, Putxi y yo, esperando la dorade à la braise que habíamos pedido, cuando vemos que se acerca andando otro surfista. Nos vio, nos saludó y se sentó al lado nuestro, preguntando de dónde éramos. Y empezamos a hablar, tomando unas Flags a la sombra de un chiringuito. Y es que… ¿acaso hay un lugar mejor para hablar?


(Panorámica desde la playa de Secrets, pasando por Vivier, y hasta el cabo al final de Les Mamelles. South shore de la península de las Almadíes. Lo realicé minutos antes de conocer a Antonello.)
Se llamaba Antonello y era romano, residente en Brasil pero, desde hace varios meses, vivía en Dakar. Surfeaba bastante bien (como descubrí en Club Med un par de días más tarde) y era pintor, aunque se ganaba la vida comprando y vendiendo casas en Brasil. Y su historia era tan inquietante como hermosa. Hace un par de años, vino a Dakar con un par de amigos italianos, de surftrip. Estuvieron alojados en uno de los hoteles del pueblo de N’Gor. Hoteles bonitos, en la misma playa, con su multitud de gente que pulula todo el día cerca para “hacer negocios”. Hoteles donde el turismo sexual, masculino y femenino, no sólo no es delito si no costumbre. Resultó que, mientras sus amigos se entregaban a las olas y a las noches de Dakar, él se fijó en una chica que trabajaba en el hotel. Pongamos que se llamaba Awa.

Pero Awa no era una chica “de la noche”. Era una chica decente, senegalesa y, como la mayoría de los senegaleses, musulmana. Antonello y Awa se enamoraron y decidieron que a pesar (o quizás debido a eso) del diferente color de sus pieles respectivas, estaban hechos el uno para la otra. Al llegar la fecha de regreso a Italia, Antonello decidió quedarse en Dakar; por amor. A pesar de insistir sutilmente, Antonello no había llegado a conocer el cuerpo de Awa, por que ella era musulmana, virgen y vivía con sus padres; y así se lo ordenaba su religión. Al cabo de un tiempo, Antonello conoció a los padres de Awa y estos bendijeron su relación… siempre y cuando antes Antonello se convirtiera al Islam y se casaran. Awa le pidió a Antonello que respetara su religión y esperase a estar casado con ella para hacerle el amor. Y Antonello accedió.

(La tristemente famosa Maison des Esclaves, en la isla de Gorée, en frente de Dakar.)

Ya habían pasado varios meses desde ese momento, quizá un año. Antonello y Awa habían estado de viaje por Italia, para conocer a los padres de él; y también para que ella conociera esa tan incorrectamente idealizada Europa. También fueron a Brasil, donde pensaban instalarse una vez estuvieran casados. Ahora estaban en la recta final antes de que, por fin, pudieran hacer el amor.

El padre de Awa ya había hablado con el Imán del barrio, para convertir a Antonello al Islam. Ya le habían escogido un nombre musulmán: Antonello ahora también se llamaba Ibrahim. Pero para poder emitir la fatua que decretase que Antonello, o Ibrahim, era musulmán y podía casarse con Awa (y hacerle el amor), tenían que circuncidarle antes.

Y así estaba Antonello -o Ibrahim-: tomándose una Flag en el chiringuito de Secrets, y totalmente convencido que el amor que sentía por Awa era muy fuerte. Tan fuerte como para no sentir miedo ante el hecho de que en pocos días, en una mezquita de un país del tercer mundo, un musulmán negro iba a empuñar un cuchillo. Un cuchillo con el que iba a cortar, sin oposición alguna, un trozo del pene de un hombre blanco indefenso. El pene de Antonello.

-Tómate otra cervecita, Antonello. Yo de ti la necesitaría.

Niegà
(¿Era esta la mezquita donde iba a ocurrir? Minarete de la mezquita de N'Gor.)
P.S.: Los que me conocen saben que soy un enamorado del África, sobretodo del África negra y, en particular de sus gentes. No tengo nada contra el Islam moderado que impera en la mayoría del África negra, aunque sí estoy en contra de algunas prácticas que en su nombre se cometen, fruto de interpretaciones y usos totalmente inhumanos. Muchas de estas prácticas tienen como objeto la castración, física y psicológica, de la mujer. El relato es fiel a lo que Antonello nos contó, desconozco si es verdad o no. Pero si lo es (y yo así lo creo), no puedo más que admirar su valor y su amor por Awa.

viernes, 11 de mayo de 2007

¡Au revoir!


Hoy me he enterado del fallecimiento de Jean Sarthou, uno de los surfistas más puros y con mejor estilo en los tubos de Las Landas (de donde era nativo), en especial de la Gravière. Nunca le he conocido, pero a lo largo de los años, siempre salía alguna foto suya, en las revistas francesas, cuando hacían un "especial tubos" o un recopilatorio de las mejores sesiones del otoño. Gente que le ha conocido me ha dicho que era muy amable en el agua. Además de su estilo "soul", era un adepto de las tablas bonzer. D.E.P.

Huck magazine




Revista nueva (están por el número 4) que combina surf, skate y snow. Están basados en el UK y sacan la revista en 4 idiomas (inglés, alemán, francés e italiano). Tienen gente conocida entre los editores y colaboradores, en especial Jamie Brisick, antiguo surfista profesional, ex-modelo profesional y autor del libro "We Approach Our Martinis With Such High Expectations" (que nunca he leído). La edición está cuidada y también entran un poco en el mundo del arte (¡y qué revista no!) y crítica de música, pelis y demás.
A destacar un artículo de Sandow Birk, en el cuál compara Bob Marley y el reggae con la cadena McDonald's.

jueves, 10 de mayo de 2007

Algunas curiosidades del campeonato de Teahupoo (I)

La foto. Ya la habéis visto en varias webs y foros, pero en fin, aquí está Bruce Irons haciéndose un “salto del ángel”, al más puro estilo de Acapulco.


Pero detrás de esta foto se esconde algo muy interesante: Esta foto fue sacada durante el baño libre que hubo después de la final de los trials, el día antes que empezara el WCT propiamente dicho. Al ser un baño libre, los pros saben que hay posibilidades de muy buenas fotos y que, al no llevar puesta la lycra del campeonato, estas fotos tienen más números de ser publicadas. Estaban todos en el agua y llegó esta ola, una de las mayores de ese baño.

Andy Irons y Cory Lopez estaban en el sitio ideal para cogerla y situarse justo debajo del labio (take-off típico en Teahupoo), pero… Bruce estaba más metido hacia dentro, muy pasado el pico y, a pesar de que sabía que no iba a poder bajarla, se tiró para bloquear a su hermano y a Cory, para que ellos no pudieran cogerla. Ni siquiera intentó ponerse de pié; se apartó de la tabla y se dejó caer.

Más curiosidades, esta vez sobre las tablas que están utilizando:
-el único que no compite con tablas normales (shapeadas a mano, con resina de poliester y de 3 quillas) es Taj Burrow, que ya lleva varios campeonatos con las Firewire.
-Dayan Neve está utilizando una tabla shapeada a mano con resina de epoxy y foam de EPS, y refuerzos de fibra de carbono en los cantos.
-Slater tiene un quad en su quiver de competición pero, según él mismo, no quiere utilizarlo mucho para no acostumbrarse demasiado.
-varios competidores se están haciendo traer sus tablas de ola pequeña, pues parece ser que lo que queda de campeonato va a celebrarse en condiciones no tan “Teahupooescas”.

miércoles, 9 de mayo de 2007

¿Qué tienen en común... (II)

...las siguientes marcas de ropa?







Venga, que es fácil. Así os tengo entretenidos hasta que acabe otro de esos relatos míos que, digo yo, os gustan tanto que os dejan sin habla, ya que apenas reciben algún comentario.
;-)