viernes, 6 de diciembre de 2019

Jack Coleman - Zone Frequency




Sin duda alguna Zone Frequency es una de las mejores películas de surf de los últimos años. En este vídeo Jack Coleman, su creador, describe qué parte le gusta más y por qué.

lunes, 2 de diciembre de 2019

¿Es surf?


Visto hoy en la playa de Montgat. Dejando de lado que las olas apenas rompían, está claro que lo que intentaba hacer este... ¿surfista? era surfearlas: estaba todo el rato dando vueltas cerca de la rompiente surfeándolas cuando aparecía una serie.

La primera respuesta obvia es NO, pero... ¿y si hubiera hecho lo mismo un día de olas mayores que las del vídeo y perfectamente surfeables con una tabla tradicional? ¿Tampoco sería surf?

Sin ir más lejos, la EWS, organización que desde hace años gestiona el circuito mundial de enduro en bicicleta, para el 2020 y por primera vez también organiza un circuito paralelo de enduro para bicicletas eléctricas. Y la UCI ya celebró una prueba para bicicletas eléctricas en los últimos campeonatos del mundo hace unas semanas.

Está claro que el uso, incluso deportivo, de las bicicletas de montaña eléctricas es mucho mayor que el de las tablas de surf con motor. ¿Es ese el único factor que para legitimar un nuevo deporte o una nueva modalidad?

jueves, 7 de noviembre de 2019

Otras rías, otras olas



sábado, 2 de noviembre de 2019

Jeffreys Bay - el lienzo perfecto

Pincha AQUÍ

viernes, 25 de octubre de 2019

Primeras imágenes de surf del Wavegarden Cove de Bristol

Pues eso, recién salidas del horno. Olas cada 8 segundos, más grandes y más largas, con formas y tamaños diferentes. Abren al público mañana sábado.


European Surfers Test the World's First Public Wavegarden Cove, The Wave in Bristol, England from wavegarden on Vimeo.

Surf, violencia y marihuana en el Norte de California

Por qué podar marihuana en Humboldt para financiar un viaje de surf puede no ser una idea tan buena como parece

El lado oscuro de intentar ganar pasta rápida

Por Jed Smith para la revista Surfer Magazine (clicka aquí para el original en inglés)

El condado de Humboldt, que se encuentra a unos 480 kilómetros al norte de San Francisco, en el norte de California, es conocido entre los surfistas principalmente por cuatro cosas: está cerca de un puñado de olas razonablemente buenas y con muy poca gente, es una zona muy rural, el terreno es montañoso y, por supuesto, es una de las zonas de mayor cultivo de cannabis de todo Estados Unidos. Todo ello ha atraído a bastantes surfistas, a lo largo de los años, que buscan la manera de hacer pasta rápidamente trabajando en algunas de las muchas granjas de marihuana.

Desde los años 60 hippies, surfistas y otras personas que viven al margen de la sociedad han ido trasladándose a esa zona para hacer pasta podando marihuana. Si no sabes mucho sobre el negocio de la marihuana, trabajar podándola, aparentemente, puede ser bastante lucrativo y es un trabajo que ha financiado muchos viajes de surf y, se rumorea, alguna que otra campaña en el WQS. Diez mil dólares al mes en metálico, toda la maría que te puedas fumar (mientras trabajas), varias olas de agua fría muy cerca y la oportunidad de vivir fuera del sistema pueden ser una combinación de factores muy atractiva para ciertas personas.

Pero a lo largo de la última década, algunas zonas del condado de Humboldt se han vuelto peligrosas para surfistas nómadas en busca de pasta rápida para financiar sus viajes. Seguramente habrás visto el documental de Netflix titulado “Murder Mountain”. Cuenta la historia de un surfista de San Diego llamado Garret Rodrigues, uno de los muchos surfistas que peregrinaba al norte para la temporada de la poda. En 2013, cuando no llevaba ni seis meses de los 2 años que pensaba pasarse en Humboldt podando marihuana, Rodrigues fue asesinado. Cuando su padre contrató a un detective privado para que estudiara su caso, se descubrió que había habido una docena más de casos de personas asesinadas o desparecidas en la zona.

La serie narra la tensión entre el mercado ilegal tradicional de la zona y la transición hacia la legalización, concentrándose en una zona llamada “Murder Mountain” especialmente peligrosa y con gran concentración de actividades ilegales.

Cuando estaba en Bali hace unos años conocí a una surfista del Sur de California, a la que llamaré Roxanne, que vivió en primera persona el cambio drástico que esa zona está sufriendo. Es una de los muchos surfistas hawaianos y californianos que conocí en Indonesia que en aquella época acumulaban grandes sumas de dinero podando en las plantaciones –entonces- ilegales de California para financiar sus surfaris por todo el mundo.

“Era alucinante; cultivabas tu propia comida, cogías agua del arroyo, no tenías líneas eléctricas alrededor tuyo ni tráfico”, recuerda Roxanne, que admitió que ganaba unos 10.000 USD/mes por aquella época. "Podía permitirme viajar por todo el mundo porque ganaba mucha pasta podando en un mes.”

Cuando Roxanne y su novio Kevin llegaron a Humboldt por primera vez, la mayoría de podadores eran surfistas, “Burners” (fans del festival Burning Man) y gente por el estilo.

“Vivíamos de forma totalmente ecológica,” añadió Kevin. “Estás totalmente al margen de la sociedad y en plena libertad. Tienes una comunión total con la naturaleza y sí, encima ganas mucha pasta.”

Irónicamente todo eso cambió con la legalización de la marihuana en los EE.UU., y los impuestos que ha aplicado el gobierno, que han obligado a muchas pequeñas granjas que crearon esta industria a vender y mudarse a otro lugar. 

“Ahora mismo los permisos que necesitas para cultivar marihuana legalmente cuestan más de 80.000 USD,” afirma Roxanne. “La mayoría de la gente no tiene ese dinero porque son pequeños productores que apenas ganan lo suficiente para sobrevivir.”

Y cuando los pequeños productores se fueron, continua Roxanne, la presencia de grandes producciones en manos del crimen organizado se hizo más pronunciada.

“Ibas al colmado y de un vistazo te dabas cuenta de quien era un miembro de la mafia rusa con su chándal Adidas, sus cadenas y sus mierdas,” afirma Roxanne.” Y también de quien era de la mafia mexicana. Los colmados son lugares pequeños… y ahí te encuentras a todo el mundo del pueblo, que en realidad no son más que dos calles.”

Luego llegaron los “trimmigrants” (juego de palabras compuesto de “trim” –podar-, e “immigrant” –inmigrante-), mochileros ingenuos europeos y de otras partes del mundo en busca de aventuras y pasta rápida. Rápidamente empezaron a multiplicarse los casos de personas desaparecidas.

“Se ha convertido en un problema muy grande,” afirma Roxanne. “Todos estos extranjeros aparecen en los pueblos con carteles o simplemente te abordan en el colmado. Una vez estaba cargando la compra en mi coche y unas chicas francesas intentaron colarse dentro al grito de ‘Llévanos a un sitio donde haya curro’. Les solté ‘¡Qué hostias! ¡Si no os conozco de nada!’ Hablé con muchos y a todos les decía, ‘este no es un sitio seguro, no deberíais subiros al coche de un desconocido que no sabéis dónde os llevará por un monte perdido donde ni siquiera hay cobertura telefónica.”

Las historias de asesinatos, robos y desapariciones han proliferado en estos últimos años, aunque los culpables a veces son quien menos te los esperas. “Una de las últimas historias que oí antes de que nos fuéramos fue la de un hombre que bajó al pueblo, cogió a tres inmigrantes y se los llevó a su plantación,” cuenta Kevin. “Al cabo de un par de meses le mataron y se largaron con toda su producción.”

Lo malo de esas oportunidades, que a veces parecen tan buenas que son difíciles de creer, es que muy a menudo acaban siéndolo. Ganar pasta gansa podando maría, viendo cerca de olas buenas con poca gente, tener mucha pasta y libertad para viajar por todo el mundo buscando olas durante gran parte del año… a muchos surfistas este escenario les parece muy tentador. Pero está claro que todos aquellos que ven eso como una oportunidad para su próximo surftrip deberían considerar el lado oscuro de la misma antes de lanzarse a por ella.


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He traducido este artículo de Jed Smith para la revista Surfer pues, cuando lo leí hace un par de días, inmediatamente me trajo a la memoria la lectura de The Dogs of Winter, novela de Kem Nunn, que se desarrolla también en el condado de Humboldt alrededor de la visita de un fotógrafo de surf que ya está en las últimas, un spot de olas grandes que rompe muy raramente, una vieja gloria del surf que huye de los focos y vive en la zona y todo ello con grandes dosis de violencia y tensión. De las tres novelas de Kem Nunn que he leído (las otras dos son Tapping The Source y Tijuana Straits), esta fue la que más me marcó. Seguramente de lo mejor que he leído de novela negra con un trasfondo de surf;  totalmente recomendable.


lunes, 21 de octubre de 2019

Coffee & sushi - Surfer Dude entrevista a Maya Gabeira

Matthew McConaughey, que encabezó el reparto de la peli Surfer Dude, entrevista a la charger brasileña Maya Gabeira en un spot para la marca de bourbon Wild Turkey.

La verdad es que la entrevista es muy interesante y reveladora sobre la personalidad y motivaciones de Maya a a la hora de abrirse paso en ese mundo tan exclusivo de surfistas de olas grandes. Desgraciadamente solo está disponible en la lengua de Shakespeare, pero por poco que tengáis nociones de la misma vale la pena escucharla.







jueves, 17 de octubre de 2019

Delfines

Uno de mis mejores baños de este verano pasado en las Landas fue un día al amanecer, en el que durante varios minutos un grupo de delfines estuvo jugando bastante cerca de nosotros. Eso me trajo recuerdos de unos de mis primeros baños en Western Australia, allá por el año 1996, donde Paul (un amigo que residía allí) me llevó a una pequeña playa llamada Windmills y disfrutamos de un baño rodeados de vida marina, especialmente de delfines, que jugaron con las olas y con nosotros un buen rato.


Winter Weekends - Western Australia from Alasdair Evans on Vimeo.

lunes, 30 de septiembre de 2019

Piscinas de olas versus el atractivo de lo imperfecto

Recuerdo una noticia que vi en la tele un día, hace años, según la cual en no sé qué universidad anglosajona habían conseguido descifrar la fórmula de la perfección de la belleza humana. Y la conclusión a la que habían llegado esos académicos, después de analizar muchos rostros bellos, era que radicaba en la proporcionalidad en los rasgos de la cara y la distancia entre los mismos. Para demostrarlo, habían aplicado la fórmula cogiendo diferentes rasgos faciales de diferentes personajes famosos, que eran considerados muy bellos por el gran público, los habían juntado según los valores de la fórmula y el resultado era una cara muy bella... pero desprovista de todo atractivo.

Creo que lo mismo pasa con la ola artificial de Lenmore, propiedad de la WSL, y creo que su falta de atractivo es la causa de que el campeonato que allí se celebra sea el menos interesante del circuito. No voy a extenderme sobre el tema pues creo que en Mar Gruesa lo han clavado con su crónica post-campeonato. Está claro que a pesar de su perfección, Lower Trestles es mil veces mejor escenario para un campeonato de surf que el rancho de Lenmore. Y no digamos ya un beachbreak como los de las Landas, donde la imprevisibilidad de cada serie, de cada ola, deja en el aire el resultado final. Así pues alegrémonos de que vuelven las incertezas y las olas imperfectas al circuito de la WSL esta semana con el arranque del Quik Pro.

Otra cosa es que para nosotros, meros mortales, la posibilidad de surfear hasta aburrirnos una ola perfecta se nos antoja como el mejor de los sueños húmedos. Y si además tienes 5 añitos y te empujan para que puedas coger la pared... cualquiera salta de la tabla antes de que se acabe la ola, no?



miércoles, 25 de septiembre de 2019

27/4/1991 - Esos primeros eventos de surf en Catalunya

No recuerdo quién lo organizó (la tienda Surf Expansion del Poble Sec quizá?) ni de cómo me enteré (3sesenta? Surfer Rule?) pero ahí estuve con mi cámara y sin tabla, en Kastas, inmortalizando ese primer evento del que tengo constancia de la escena surf en Catalunya: la 1ª Concentración de Surfistas de Catalunya

Luego vendrían muchos más: campeonatos organizados por tiendas en los 90, incluso un intento de circuito catalán el invierno 91/92, campeonatos sociales varios, 2 Opens de Catalunya de Surf de la A.C.S. con gente como Axi Muniain participando a principios de los 2000, pruebas del circuito de long de la ACL, etc, etc. 

Supongo que lo que quiero decir es que cuando alguien organiza un campeonato de surf en Catalunya, antes de decir que es el primero debería mirar las fuentes, consultar hemerotecas, etc.

Bene, un asturiano que estudiaba en la Escuela de Naval de Barcelona por aquella época.

Patrick Schinnerling (espero haber escrito correctamente su apellido), local de Kastas y que todavía sigue dándole.

viernes, 20 de septiembre de 2019

Gillette Chicas Venus - Al menos rodaron el anuncio en una playa con olitas...

Nos vamos al agua con las tablas sin quillas, sin parafina y las cogemos del revés. La pifia quizá no es del tamaño del famoso escaparate de Pepe Jeans, pero ya han pasado 10 años de aquello y ¡el tema no mejora!

Si un anuncio hiciera lo mismo con el fútbol o el baloncesto en lugar del surf se armaría la de mil demonios. Mucho me temo que día de hoy en todas las agencias de comunicación hay gente que ha probado el surf durante una semanita de vacaciones en Tarifa, Fuerteventura o Zarautz y automáticamente se han autoerigido en "expertos" en el tema. Y así estamos... suma y sigue.


lunes, 16 de septiembre de 2019

Naufragios







martes, 10 de septiembre de 2019

Surfing Moments - La vida y milagros de François Lartigau



Compré este libro, cuya existencia desconocía, en Francia hace más de un año. Lo leí justo después de acabarme el Barbarian Days de Finnegan y, a pesar de las similitudes, pues ambos son relatos de vidas dedicadas al surf, me ofreció un interesante contraste.

François Lartigau, alias Murphy, fue un surfista vasco francés que falleció en 2016 a la edad de 67 años. Fue campeón de Francia de surf en 1969 después de quedarse cerca del título en varias ocasiones, compitió internacionalmente representando a su país y finalmente, insuflado por los aires de libertad del Mayo del 68, dio el gran salto y se fue a descubrir el mundo entre 1971 y 1983. Estuvo viajando con lo puesto y surfeando algunas de las mejores olas del mundo en Sudáfrica, Australia, Indonesia, Isla Mauricio. Pasó tiempo en la cárcel en Australia por tráfico de drogas, se codeó con los mejores trabajando en un taller de shape en la Gold Coast, surfeó G-Land, Jeffreys y Bali cuando no había a penas nadie en estos lugares. Y a su regreso a Biarritz participó como diseñador gráfico en el lanzamiento de Quiksilver en Europa.

Este libro (escrito junto con Alain Gardinier), con colaboraciones de varios autores, magníficas fotos de la época y las obras de Murphy nos ofrece un relato muy diferente al que estamos acostumbrados: el de uno de aquí que se fue a vivir aventuras a las tierras de los que nos colonizaron con su surf. Como un "The Endless Summer" a la inversa. 

Y es que no podemos olvidarnos que el surf llegó a Europa mucho después que en otros países. Según The Encyclopedia of Surfing esta sería la secuencia histórica aproximada:

  • 1914 - Australia
  • 1915 - NZ
  • 1920s - Perú
  • 1928 - Brasil y Sudáfrica
  • 1940s - Japón y México
  • 1956 - Francia
  • 1957 - Israel
  • 1958 - Portugal
  • 1959 - Inglaterra
  • 1961 - Uruguay
  • 1962 - España
  • 1963 - Argentina, Irlanda y Gales
  • 1968 - Escocia e India
  • 1969 - Chile, Indonesia e Italia
La lista obviamente no es exhaustiva ni pretende serlo, pero de ella se desprende que en los años 70 el surf en Europa estaba en su infancia mientras que en otros países ya formaba parte del paisaje cotidiano en las zonas costeras. 

Así pues Surfing Moments nos ofrece un relato de aventuras de surf en los años 70 y 80 desde una óptica diferente a la acostumbrada y todo ello narrado de forma muy entretenida gracias a las anécdotas, al carácter canalla del protagonista y a su pericia con el pincel.





viernes, 6 de septiembre de 2019

27/1/1991 - ¿Dónde estabais ese día?

Platja de La Pineda (Tarragona), 27 de enero de 1991, post temporal de levante (E) y el mistral (NO) pegándole ya fuerte. Nadie en el agua ni en la orilla. Acabé entrando en otro sitio más tranquilo. Ese día os eché de menos.







jueves, 5 de septiembre de 2019

Para finiquitar el dichoso tema de los cóncavos

Página 133 de The Encyclopedia of Surfing de Matt Warshaw (edición del 2003):





También podría desenpolvar la tabla de Maurice Cole que compré en Australia en 2011 y sacar una foto del cóncavo que tiene y que va de punta a punta. Pero prefiero destinar mi tiempo a cosas más constructivas. Perdonen el aburrimiento. Prometo mejorar (lo cuál no será muy difícil).

viernes, 30 de agosto de 2019

Una de cóncavos

Matt Biolos, dueño y shaper de …Lost Surfboards, dijo hace ya muchos años que todos los shapers del mundo, por cada tabla de 3 quillas que han vendido, deberían donar 1 dólar a Simon Anderson quien, si bien quizá no fue el primero en probar esa configuración de quillas, sí que fue quien la popularizó.

La verdad es que si en su día Simon Anderson hubiera patentado el trifin seguramente a día de hoy sería millonario. Pero como muchos otros antes que él, consciente o inconscientemente, donó ese diseño a la comunidad y a día de hoy es un estándar de toda la industria del surf. Al igual que el twin fin, el quad, el bonzer, el single o el twinzer, o los cantos tucked under ege (o de perfil bajo, y sí tu tabla los tiene) o las colas de golondrina, o redondas o cuadradas, etc, etc… a nadie se le ha ocurrido patentar todos estos avances en el diseño de las tablas de surf porque son fruto de muchos años de prueba y error por parte mucha gente.

¿A nadie? No, un youtuber/shaper gallego ha decidido someter a la Oficina Española de Patentes y Marcas la tabla de surf con forma cóncava en la cara inferior (lo que comúnmente llamamos “bottom” o “abajo”) en todas sus diferentes modalidades. Este youtuber, que también shapea, ha visto reconocido su invento por la mencionada oficina en Mayo del 2019 e, ipso facto, ha mandado cartas por burofax a través de un bufete de abogados a diferentes marcas y shapers españoles, algunos muy establecidos desde hace décadas y conocidos, pidiéndoles que cesen de comercializar cualquier modelo con cóncavo (lista los modelos de cada uno) a menos que contraten una licencia que les permita utilizar “su” invento.


No voy a divulgar el nombre ni más detalles de este personaje para no darle más publicidad, puesto que sospecho que esto es lo que pretende. Si te gustan las tablas de surf y la historia de su diseño, cuando alguien menciona la palabra "cóncavo" es posible que te vengan a la mente nombres como el de Greg Webber (Shane Herring con una de esas tablas derrotó a Kelly Slater en el primer campeonato pro de ambos allá por 1992) o Maurice Cole. Y el de muchos otros shapers. Así que la autoría de la invención del cóncavo por parte de este asiduo de las redes sociales es totalmente falsa como cualquiera puede comprobar muy fácilmente.



Pero está claro que al igual que esa señora que compró el Sol ante notario para ponerlo en venta en ebay (la misma que registró el grito de Tarzán mucho después del estreno de sus películas, para inmediatamente reclamar compensaciones económicas por su uso a la productora), hay amplio margen en el mundo del surf para patentar cosas que todos utilizamos desde hace muchos años e intentar sacar tajada. Así que que no nos sorprendamos si en breve alguien - sin haber participado en la concepción de su diseño original -   patenta el fish, o el longboard o el tri fin con el único ánimo de hacer un dinerillo extra. 
Ô tempora ô mores!

miércoles, 21 de agosto de 2019

Mientras tanto en las Baleares...

Hoy (y ayer) en algún lugar de las Baleares...





jueves, 15 de agosto de 2019

Brisick & Finnegan

En ESTE VÍDEO Jamie Brisick y William Finnegan, con motivo del lanzamiento del libro Dazzling Blue de Brisick, comentan de forma extensiva lo que significa escribir sobre el surf, tanto para surfistas como para no surfistas, sus diferentes obras, su forma de trabajar, etc..

Finnegan es un periodista y escritor aclamado, pero también surfista. Para los surfistas se dio a conocer primero con sus artículos para la revista The New Yorker (parte I y parte II) sobre la escena de tamañeros en San Francisco, y sobretodo con su autobiografía surfera Barbarian Days, totalmente recomendada si todavía no la has leído. Brisick fue surfista pro en los 80, luego redactor de una revista de surf americana y finalmente escritor con varios títulos publicados, todos de una manera u otra relacionados con el surf. 

Pero lo más interesante de la conversación, al menos para mí, no son tanto los temas alrededor del proceso creativo, sino cómo afrontan la experiencia de surfear ahora, en su madurez. Ambos han surfeado por todo el mundo algunas de las mejores olas habidas y por haber (por ejemplo Finnegan fue de los primeros surfistas en catar Tavarua) y han sido mejores surfistas de lo que son. Y ambos, que siguen surfeando tanto como pueden uno en California y el otro en N.Y., han conseguido evitar el enfado que les produce no poder coger tantas olas como quisieran por culpa de la gente, de su condición física disminuida por la edad (52 y 67 respectivamente), etc, etc. En cambio la fórmula que aplican es diferente:

Brisick reside en California, en Malibu, de donde es originario, y reconoce que prefiere pelear por un par de olas en aquél pico que otrora dominaba a placer que no ir a una playa anónima e hincharse a coger cerrojos de medio metro.

Finnegan, aficando en NY desde hace muchos años aunque se crió entre California y Hawaii, en cambio prefiere conducir y arriesgar para, tras un estudio pormenorizado de las condiciones, acudir donde cree que romperán las mejores olas a pesar del frío y de la distancia.

Ni el uno ni el otro se lamentan cuando han cogido muy pocas olas en una playa donde antes hacía lo que quería (Brisick en Malibu) o los pronósticos no se han cumplido y los madrugones, kilómetros y frío no han servido para nada (Finnegan en N.Y.). Envidiable actitud.

domingo, 11 de agosto de 2019

El primero y el último... de momento

El otro día encontré olvidado en un cajón mi primer bañador Quiksilver. El de al lado es el último, de este verano. Han pasado muchas olas, pero la talla sigue siendo la misma. Seguramente es la única cosa que no ha cambiado en tantos años.


















Más de 4 años han pasado desde que escribí aquí por última vez. Muchas cosas (me) han pasado desde entonces. Una de ellas es que parece que he adquirido el equilibrio para que el surf deje de ser el centro de (mi) universo. Surfeo menos pero lo saboreo y lo vivo de manera diferente. Así mismo, puedo centrarme en otras cosas sin sentirme culpable por no surfear más.

Eso me ha hecho volver a querer compartir mis reflexiones con... quien quiera que siga por aquí en estos tiempos en los que parece ser que los blogs han pasado de moda. No descarto cambiar el formato pero de momento seguiremos intentando reanimar este cadaver.