jueves, 28 de agosto de 2008

¿Surf o golf?

(Al hilo de la noticia recogida por Surf30) Iberia ha sido condenada a devolver lo cobrado a un surfista bilbaíno por transportar sus tablas simplemente por que esta condición no constaba en el billete. Bien. Además me entero que la citada compañía aérea ha cambiado su política y ahora tiene una tarifa fija por tabla (150€), independiente del destino. En eso hemos ganado respecto a hace unos años, en que nos cobraban un % del precio en categoría business a ese destino… y salían cifras astronómicas.

Que Iberia cobre por transportar nuestras tablas es una putada, sí, pero es una putada casi universal; pocas son las compañías que hoy en día no cobran por transportar las tablas. Ya sé aquello de mal de muchos, consuelo de tontos, pero intentar comparar las tablas de surf con palos de golf (que viajan gratis) es como intentar convencer al portero de un garito de lujo que a pesar de que vas en bañador y chanclas y has llegado conduciendo un Seat 124, te deje entrar igual que al pijo que ha llegado en su conjunto de marca de moda, a bordo de unos de esos 4x4 de lujo y con un peluco en la muñeca que cuesta lo mismo que tu piso. Vaya, que no cuela. En pocas palabras: ¿cuántos surfistas y cuántos jugadores de golf viajan en clase business? ¿Y a quién tienen más interés en cuidar las compañías aéreas? Pedirles que nos traten como a los golfistas es un sueño alejado de la realidad comercial.


Eso… o que se trate de una compañía joven -con un marketing ágil y potente - movida por la necesidad de hacerse un hueco entre la competencia. Bien por ellos (sacaron anuncios de doble página en varias revistas de surf británicas diciendo que con ellos las tablas iban gratis poco después de que British Airways anunciara su nueva política hacia los surfistas) y por nosotros.





Sinceramente yo prefiero seguir pagando por mis tablas cuando no hay más remedio – mejor con otra aerolínea que con Iberia por aquello de la amabilidad y el servicio hacia el pasajero- y viajar en turista… pero al llegar no tener que pagar ningún fee, ni vestirme de ninguna manera especial para jugar a lo mío, que es el surf. Por que gracias a Diós la gran mayoría de olas siguen siendo gratis… a pesar de que algunos se empeñen en lo contrario según este excelente artículo.

(También hay que decir que si no nos hubiéramos dedicado a timar a las compañías aéreas durante muchos años -a base de facturar una tabla partida y reclamar luego una compensación económica argumentando que nos la habían partido en el trayecto- pues igual esas mismas compañías aéreas nos hubieran tenido en mayor estima a la hora de revisar sus tarifas. Es un caso más - como la actitud de algunos furgoneteros que comentaba hace unos días- en el que muchos acabaremos pagando la falta de escrúpulos de algunos.)

martes, 26 de agosto de 2008

Ranking chupacámaras (XII)

Poco a poco voy retomando el blog de la misma forma que muchos de vosotros vais retomando vuestra rutina después de las vacaciones. Las mías –vacaciones- están por llegar pero mientras tanto... vuelve el ranking chupacámaras!!!

Salió la última 3sesenta hace unas semanas: el “especial fotos”. Como ya dije alguna que otra vez estos no son mis números favoritos (yo soy más bien de letras), pero este tengo que decir que me ha sorprendido: desconozco si ha sido aposta o no pero hay muchas fotos de olas (y por lo tanto menos de acción) y hay muchos surfistas –y fotógrafos- no habituales.

Respecto a este último punto está bien que hayan dado un descanso a los del top del ranking y que dejen más espacio para aquellos que son más difíciles de ver a lo largo del año. De todas formas echo de menos más fotos de nombres consagrados como los Acero, Dani García, Pablos Solar y también de nuevas promesas como Txaber Trojaola, Norman Landa, Marcos Sansegundo –que se lleva la portada de este número- o Jatyr Berasaluze… gente que está compitiendo a saco en el WQS y los Pro Júniors y de los que apenas tenemos noticia en las revistas.

La verdad es que muchas veces, después de hojear tanto de la 3sesenta como la Surfer Rule, te llevas la sensación que únicamente hay 6 surfistas en nuestras tierras: los Aritz-Hodei-Gony-Axi-Cabrera-Jonathan. Pero este número es claramente la excepción.



Ranking top 30 surfistas


Comentarios:
-Gony y Axi se intercambian las plazas, y es el gallego-argentino el que ahora está en la 4ª posición.
-Hodei Collazo sube de la 10ª plaza a la 8ª.
-Muchos surfistas nuevos y "menos" habituales a salir en las revistas (Alvaro Cotrera, Adam Tye, Jordi Forner, etc…).

Ranking top 30 fotógrafos


Comentarios:
-Pacotwo y Roke siguen en su particular duelo por la 4ª y 5ª plaza.
-José V. Glez sube de la 15ª a la 11ª posición
-Cedric Barros sube de la 55ª posición a la 23ª.

lunes, 25 de agosto de 2008

Vacaciones + trabajo = muchos kms

Disculpad la ausencia (los que la hayáis notado) pero aprovechando que tenía que estar en Portugal (Peniche, Ericeira y Praia Grande en Sintra) este pasado Jueves y Viernes por trabajo, decidí cogerme el resto de la semana de vacaciones y aprovechar para echarme unos bañitos de camino a Portugal. Antes el Sábado tuve que ir al Norte de Las Landas a visitar unos amigos que regresaban para África en breve y compartí un baño con ellos a primera hora de la mañana. Luego el domingo fuimos tirando hacia Asturias –Teresa, Buffy y un servidor- y más de lo mismo el lunes, cuando nos tuvimos que refugiar en la Mariña Lucense con el maretón que entró. Este maretón impidió que nos acercásemos a Ferrol a visitar amigos, pero en cambio compartí un par de baños con la Nalu Family, con los que me encontré por casualidad y –como decían ellos- tuvimos un surfari de otoño / invierno en pleno Agosto. Luego Miércoles dirección Sur hacia Peniche, Ericeira –a estar un rato en el Pro Junior- y Praia Grande. El Viernes compras para prepararlo todo y barbacoa. Y el Sábado estuvimos buscando olas pero la Nortada era muy fuerte y no dejaba muchas (¿ninguna?) opción… o no supimos encontrarlas, y decidimos volver a casa.

Con la furgoneta un viaje así es muy fácil y divertido y no hemos tenido ningún problema aparte tener que mudarnos de sitio ante la llegada de algunos botelloneros cuando ya estábamos instalados alguna que otra noche… pero vista la actitud de muchas de las personas que viajan en furgoneta (muchos de ellos no surfistas, todo hay que decirlo) no me extraña que cada vez nos pongan más dificultades para acampar en parkings y demás playas: gente durmiendo en la playa o en el suelo, montando tiendas de camping, dejando basura y cristales rotos por doquier, llevando varios perros sucios que merodean por donde les da la gana, etc, etc…

Os dejo con algunas fotos del viaje y alguna que otra cosa (pinchad encima para verlas a mayor tamaño):

Panorámica de una de las playas asturianas más bonitas. Y más en invierno.

Mítico mesón de la mariña lucense.

Versión "surf"...

...y versión "no surf" de un mismo mensaje de localismo.

Reef portugués.

Busto esculpido por el viento.

Supertubos pequeño y cerrón. El día anterior había estado épico... parece ser.


De todas las revistas que me llevé, esta es la que más me gustó: Surfing World es la revista decana australiana y, ante el bajón de calidad de Tracks en los últimos años, SW se ha convertido es una de mis revistas preferidas. La portada es, cuanto menos, original.

martes, 12 de agosto de 2008

Reivindicando Tapia

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Este pasado fin de semana se celebró en el Ayto. de Tapia de Casariego un pequeño acto para conmemorar el 40º aniversario de la llegada del surf a esta villa. A modo de pequeño homenaje personal hacia ese pueblo que me encandila tanto, reproduzco aquí el texto del reportaje que ya salió publicado en la revista 3sesenta (número 126).
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Tapia de Casariego era, a caballo entre los 80 y los 90, uno de esos lugares míticos que todo surfista tenía que visitar al menos una vez. Las olas quizá no eran tan buenas como las de otros sitios pero cada Semana Santa se celebraba un campeonato que, con formatos cambiantes, ha perdurado hasta hoy; y que ha contribuido a hacer esta villa marinera famosa por toda Europa. Y además había -y sigue habiendo- mucha farra. Pero ahora hay multitud de campeonatos por todas partes y, excepto durante Semana Santa, parece que Tapia haya caído en el olvido colectivo.

Para nosotros llegó la hora de reivindicar Tapia, su historia, sus surfistas… pero sobretodo su presente. Y con este objetivo decidí visitar la “sonrisa del Cantábrico” en varias ocasiones, siempre fuera de temporada, para ver la Tapia sin campeonato ni farras. Y para conocer a ese irreducible grupo de tapiegos que llaman las olas de la Playa Grande su hogar.


Fin de semana de finales de otoño
Amanece con mucho frío y un sol radiante. Las furgos están cubiertas de hielo y no hay nadie en el agua; y eso que rompen series bonitas de un buen metro en la playa de Tapia. Pasan las horas, el sol calienta un poco más el ambiente y las olas siguen entrando, pero el pico sigue vacío. Con estas condiciones, y a pesar del frío, en muchísimas otras playas habría no menos de 30 personas luchando por cada una de esas olas que empezaron a llegar ya bien entrada la noche; pero aquí no. Hacia la una aparecen los primeros surfistas, y en cuestión de quince minutos se pasa de cero a seis personas en el pico. Sale una izquierda rápida, con alguna serie de 1m. bastante pasado que nos coge a todos desprevenidos. Pero la serie tarda mucho, muchísimo, ya que el mar entra muy del Oeste. Los mayores se sientan fuera, esperando la grande. Los chavales se sientan más en el inside, cogiendo las más pequeñas y rápidas. Los foráneos no sabemos donde sentarnos y casi no cogemos ninguna; locals rule.

Luego, a las siete de la tarde hace un frío brutal, y por las calles de Tapia no se ve a nadie. Me dirijo al puerto, dando un paseo, para hablar con una persona que ha sido clave en la historia del surf tapiego. Para ir desde la playa hasta el puerto de Tapia nada mejor que recorrer la calle de Francisco González de Villamil, expuesta a las inclemencias y abierta al océano, con múltiples miradores más o menos improvisados. Las vistas que ofrece son tan evocadoras -y su itinerario tan marino- que, por mucho que haya caminos más directos y resguardados, cualquier surfista estará dispuesto a sufrir la incomodidad del viento y del frío para disfrutar del panorama. Pues esta calle, como si de una ronda en una muralla se tratase, me permite vislumbrar la costa de la mariña lucense en la distancia, con las olas tapiegas (y la escultura homenaje del pueblo al surf) en primer plano. Luego aparece el Orrio –ese islote que vive frente al puerto, con la ola mutante que le habita. Si el mar está grande, algunas espumas más allá del islote atestiguan la presencia de un gigante dormido que solo despierta durante los temporales más gordos: el bajo de La Sierra. Y finalmente el puerto en sí, con su estrecha bocana orientada al Oeste. En las inmediaciones del puerto es donde me cruzo con las primeras personas desde que he salido del parking de la playa y, por sus expresiones de cansancio, parecen haber pasado más tiempo en el agua que yo, aunque no precisamente encima de una tabla. En los bares de las callejuelas adivino conversaciones sobre la temporada del marisqueo y los precios del percebe, ahora que se acercan las Navidades.

Recuerdo que esta misma mañana dos coches han llegado al parking de la playa mientras yo esperaba, taza de té humeante en mano, que apareciera alguien para compartir las olas. Dos hombres de entre 25 y 35 años se han bajado de sus respectivos vehículos y se han puesto a hablar, observando las olas. Hablaban sobre el marisqueo, sobre la nueva lancha de mengano, sobre lo que ha recogido fulano anoche… todo con el inconfundible acento de la gente del lugar. Al cabo de un rato se han ido cada uno por su cuenta. “Mariscadores…” me he dicho entonces. Horas más tarde, un poco antes de que anocheciera, me los he vuelto a encontrar en el mismo sitio y estaban poniéndose el neopreno para ir al agua: “…y surferos” he añadido a mi incompleta apreciación de esta mañana. Para los tapiegos, el marisco es mucho más importante que las olas en esta época del año, incluso para los que surfean.

Hablando del puerto y de la pesca, recuerdo haber leído que Tapia tiene una larga relación con el País Vasco: su puerto ya fue utilizado por las armaxas guipuzcoanas que se dedicaban a la caza de ballenas desde el siglo XVII y, más adelante, acogió muchos viveros de marisco explotados por empresarios vascos. Aún así, el surf no llegó a Tapia de manos de vascos, ni de cántabros ni de otros asturianos. Y tampoco llegó desde Francia. El surf llegó con un par de australianos: los hermanos Gulley. Un elemento más que demuestra que la relación de Tapia con este… ¿deporte? siempre ha seguido su propio camino, muy diferente al de otros lugares. Pero la historia de la llegada del surf a Tapia ya ha sido contada varias veces y no vamos a repetirla. Tapia siempre ha sido un caso aparte y parece que así sigue siendo.

Como ya he anticipado, el personaje a cuyo encuentro me dirijo ha sido es, y sigue siendo, una pieza fundamental para entender el pasado y el presente del surf en Tapia. Además de ser unos de los principales responsables del Cto. de Tapia, desde sus inicios como prueba local hasta su consolidación en el incipiente Circuito Epsa de principios de los 90. Se trata de Diego Méndez, Presidente del Club de Surf Picante y dueño del surf shop del mismo nombre. Además, es uno de los escasos surfistas con los que he coincidido hoy en el agua.

“Sí, aquí siempre ha habido pocos… (surfistas). Es que esto es un pueblo de 800 habitantes en invierno,” me dice Diego cuando por fin llego a su tienda y entro en calor. “Esto es zona de turismo y locales que surfeamos no hay muchos. Hay surfistas en verano, que son hijos de Tapiegos que sólo pueden venir en esa época. Son locales, pero que no viven aquí. Pero en invierno somos… 10 locales asiduos: cinco chavaletes, cuatro de entre 17 y 50 años y yo.”

Una cosa que me ha sorprendido, además de la poca gente en el agua, es que con la larga tradición del campeonato de aquí nunca haya salido ningún surfista potente en competición. Diego comparte su frustración: “Yo creo que a nivel de pueblo, el campeonato no repercutió en que haya más surfistas y en motivar a la gente de aquí. Sí que dio nombre al pueblo fuera, pero el objetivo nuestro era motivar a los chavales de aquí y no ha sido así."

El Club de Surf Picante ya no está implicado en la organización del Campeonato EPSA, pero sigue intentando lo que antes hacía a través del mismo, que salgan buenos valores de la cantera tapiega: “Seguimos trabajando continuamente y ahora estamos volviendo a los orígenes, haciendo campeonatos locales, y con chavales muy jóvenes, y ahí creo que está la clave. Llevamos 3 años y va creciendo cada verano.”

Pero es imposible no hablar de esa época dorada a la que he hecho referencia antes, cuando el surf profesional europeo estaba en pañales y era más cuestión de amor al arte que de dinero: “La mejor época fue al principio, en el 88 y 89, con Jorge Imbert, Gorka Yarritu, David Malherbe, Clyde Martin, Jeremy Byles… Anécdotas hubo muy gordas (se ríe…). En aquella época el campeonato eran 4 cántabros, 4 asturianos, 20 vascos y 20 portugueses, y el campeonato casi era vascos contra portugueses. Un año ganó Dapim y se agarró un ciego de la hostia: llegó a la pensión y tiró el somier y todo por la ventana… y la dueña me llamó “Oye Diego, ven pa’ acá que hay uno que se volvió loco!!”. El campeonato era muy competitivo, pero había cordialidad y buen rollo. Del 89 al 92, que fue cuando el surf nacional empezó a profesionalizarse, había la prueba de Tapia, la de Zarautz, la de Mundaka… y el Pantín. Que los de Pantín vinieron a aprender a Tapia antes de hacer el suyo al año siguiente. Ahora ya no es así, ya no son 4 días y no va tanta gente. Y ahora se le va mucho la cabeza a la gente. ¡¡¡Este año querían quemar la Iglesia!!! Ahora ya no es surf: es fiesta. Antes había un ambiente más surfista, eran los que daban ambiente al campeonato. Ahora no es mejor ni peor: son cosas distintas.”

Otro tema inevitable cuando se habla con los pioneros del surf en Tapia: la conexión australiana. “Es… parte de mi vida. Conocí a los australianos cuando tenía 8 años, y soy el primer surfista de Tapia. Yo soy hijo de marineros de aquí y un día bajé al puerto y vi una furgoneta con unas tablas y les pregunté si me dejaban probar. De eso hace 40 años. A día de hoy sigo teniendo relación con ellos y voy a su casa siempre que voy a Australia… y ellos se vienen a la mía cuando llegan en verano. Además me cogió la época dorada de finales de los 60 y principios de los 70, la época de Morning of the Earth, que todo el mundo viajaba: la ruta europea de los australianos y americanos por Inglaterra, Francia, España, Portugal y Marruecos. Andabas todo el día vigilando si había llegado alguno, luego las tablas iban cambiando muy rápidamente de tamaño y diseños. Para un crío de un pueblo era una experiencia muy bonita.”

Salimos a la calle, tan desierta y fría como antes. A nuestra derecha el puerto y un bar o dos. El mar sigue vivo y se oye rugir, o “cantar” como dicen aquí, al Orrio. Le pregunto a Diego si él sigue siendo un hijo de marineros o ya sólo es surfista, y como conviven las dos comunidades. “Hombre, yo sigo siendo marinero y en invierno sigo yendo a percebes por que no hay turismo. Tienes que buscarte la vida. Creo que conviven; muchos surfistas son marineros. Igual hay 10 o 12 marineros que son surfistas. Y luego están los paisanos a los que no les gusta nada el surf, pero que conviven con el surf pues llevan viendo surf y surfistas en Tapia desde hace 40 años… y a veces viven de él. Un economista calculó en el 92 que el Campeonato de Surf aportaba unos 50 millones de pesetas a Tapia, teniendo en cuenta el número de visitantes por día. Piensa que esa semana alquilaba habitaciones la que no alquilaba nunca…!!”

Sábado de invierno
En Tapia no se sale los sábados; se sale los viernes. Por lo que intentar quedar con las “promesas” del surf tapiego un sábado por la mañana es imposible; pero eso Guille (el fotógrafo) y yo lo hemos descubierto demasiado tarde… Durante la mañana Rinlo estaba perfecto, pequeño y solitario; Oliñas precioso también y vacío. Lástima, pues teníamos la intención de sacarles fotos a los “young guns” Tapiegos en acción, pero hoy no ha podido ser.

Finalmente estos aparecen hacia las 3 de la tarde; no parecen muy interesados en las olas que rompen en la playa grande y sí, en cambio, en recordar la noche anterior. Son un grupo heterogéneo, de surfistas y corcheros, que acostumbran a moverse todos juntos y sin muchas diferencias entre ellos, exceptuando algún pique ocasional. Algunos solo vienen a Tapia durante los fines de semana y las vacaciones, pues están estudiando en Oviedo; es el inicio del exilio, de ese exilio que ha “eliminado” a varias generaciones de surfistas tapiegos. A pesar de que lo hemos intentado, preparando esta reunión con antelación, no están todos los que son, pero casi: Borja Alonso (18 años, surfista), Juan Siñeriz (19 años, surfista), Marcos González (17 años, corchero), Fran Villamil (16 años, corchero) y Pedrín Méndez (17 años, surfista e hijo de Diego Méndez, de Picante). Improvisamos una entrevista conjunta en una furgo para conocerles un poco mejor.

Primera pregunta: ¿Por qué las olas de Tapia son tan malas…?
Pedrín: No son malas…
Borja: Depende del fondo.


¿Pero hay más de una ola en Tapia?
Fran: Está la… zona: Serantes, la Paloma, Peñaronda…

Y Rinlo ya que estamos!!!
Borja: No, Rinlo no que no tenemos ganas de invadirlo…
(Risas generalizadas)


A ver, estamos de acuerdo todos que en la mariña lucense hay mejores olas que en Tapia o ¿no?
(varios) Sí, está claro…
Pedrín: Pero también es más difícil que haya olas…
Borja: Necesita más mar. En La Paloma hay olas con nada de mar.
Pedrín: En Oliñas no hay olas casi nunca en verano y aquí en verano pillas olas todos los días.
Fran: En primavera, cuado viene el Nordeste se peta de gallegos esto!!
Marcos: Bueno, tampoco hay un bullicio… no es como Pipe.
(risas…)


¿Y habéis surfeado el Orrio ya?
Fran: No… tampoco es una ola tan buena…
Pedrín: Bah, entramos con Axi la próxima vez. Que este ya entró con moto en La Sierra.
Borja: Si entrenamos igual podemos entrar.
Fran: Pero si no es una ola tan buena, hombre. Y tienes la Sierra pero es una ola de 5 metros.
Pedrín: Esa sí que es una ola para moto de agua. Cuando está bien, bien… es… es… XXL!!
(risas)
Borja: Nunca la vi desfasada esa ola…

¿Os costó mucho empezar a hacer surf?
Juan: A mí no. Yo soy de Oviedo y siempre veraneé aquí y me empezó a gustar por el pueblo.
Borja: Hay peña que veranea aquí de toda la vida que surfea de venir todos los veranos, y que los padres surfeaban también…

Los que vivís aquí todo el año, ¿en el colegio cuántos surfean?
Pedrín: Dos… tres!!
Fran: Pero es que el colegio es solo hasta los 18 años y somos muy pocos… Tres, los demás son más mayores.
Pedrín: En el instituto ahora mismo tu (refiriéndose a Fran) y yo, que los demás ya son más mayores. Yo y él que entremos a diario.
Borja: Éramos tres, pero yo ya me fui para Oviedo y ahora se quedaron ellos solos.


¿Qué hacen los demás?
Pedrín: Jugar al fútbol… el tuning (risas), sobretodo por La Caridad (más risas). El Ayto. no fomenta que los guajes vengan a la playa a pillar olas. El surf lo relacionan con el verano, como un juego acuático.
Borja: Además ni nos ponen ni un lugar para cambiarnos en invierno.


¿Pues es raro no? Con la cantidad de años que hay campeonato aquí y lo famosa que es Tapia gracias al campeonato…
Fran: Pero al Ayto. le interesa por el turismo que viene y que se deja dinero, pero ya está.
Borja: Hace 10 o 20 años que hubo más surfistas, pero ya se retiraron o se fueron a vivir a otra parte. Algunos entran todavía, pero solo cuando hay mogollón de mar: Macallito, Ernesto... La gente siempre les iba mirando, preguntándose donde iban con ese frío, pero nadie más pillaba afición.
Pedrín: Todavía pasa, siempre hay alguien del pueblo que me pregunta “nene, ¿donde váis con ese frío?” los días de invierno con el neopreno.

¿Os va a pasar lo mismo a vosotros, que cuando os haréis mayores vais a dejarlo?
Todos: Qué va, no, no…
Fran: Me paso al tablón en todo caso…
(risas)


¿Qué os parece el campeonato de Semana Santa?
Marcos: Lo que más mola es la farra.
Pedrín: Es una fiesta, que coincide con un campeonato de surf.
Borja: Sí, y eso hace que vengan los surfistas, y a las chorbas les molan los surfistas, entonces se peta de chorbas y …guay!!!
(risas)
Borja: Si no hay campeonatos no hay chorbas. Si el pueblo se queda sin campeonato es como si el pueblo no existe.
Pedrín: Tampoco es así, no…
Borja: La mayoría de gente espera Semana Santa todo el año.
Pedrín: No, yo no lo veo así.
Fran: Es como el descenso del Sella, que hay una fiesta y un campeonato.
Pedrín: Pero la gente viene a la fiesta yo creo.
Borja: Pero hay peña del tour que tiene mogollón de aprecio a este campeonato.
Pedrín: Esto es aparte, pero digo la gente que ves por ahí… vienen a la fiesta.
Borja: Claro que vienen a la fiesta, por que hay fiesta. Pero es que sin campeonato no habría fiesta, tío.
Juan: Sí, pero amigos míos de Oviedo y tal no dicen vamos a ver la manga de Aritz contra no sé quien…
Borja: No, pero te dicen vamos al Campeonato que estará petado de gente, pero si no hay campeonato no hay fiesta!!
Pedrín: Sí, es como una fiesta.
Borja: Es una fiesta del surf.

Domingo de Navidades
En las cercanías de la playa de la Paloma hay una casa que guarda muchos secretos. En concreto guarda dos tablas de Barry Bennett en perfecto estado, que tienen mucha historia, y también todos los recuerdos e historias de dos hermanos, Pepe y Toño Alonso, que junto con Adela, la esposa del primero, son los responsables actuales del campeonato de Tapia de los últimos 16 años, así como de muchas cosas de los inicios del surf en Tapia. Imposible empezar hablar con ellos y no referirnos al campeonato: “(Adela) Para mí es parte de mi vida. No nos imaginamos nuestra vida sin él. Tendría que pasar algo muy gordo, muy gordo para dejar de hacerlo.”

Desde fuera, uno tiene la sensación que el pueblo le debe mucho al campeonato… “(Pepe) Hay muchos padres que conocieron Tapia gracias al campeonato y a raíz de sus hijos gustarles el surf, se compraron una segunda residencia en Tapia. Lo que no me gusta es que con el tiempo que llevamos de surf en Tapia y de campeonatos, es que no hay el nivel de surf que debería haber. (Toño) Y es que la transmisión ahora mismo solo existe en el seno de las familias que empezamos. También lo del “home marín” ha quedado ahí. ¿Sabes? Es una frase que decía “home marín, home marín, sar de a cova e comeme a mim”. Era una especia de leyenda de un medio pez – medio hombre que vivía en el mar y se comía a los niños. Es el miedo al mar.”

Todos coinciden en el presente, pero ¿y el futuro? ¿Tapia dentro de 10 años?:
“(Pepe) Buf… no sé, a pesar de lo que dicen sobre la evolución del surf no veo que vaya a cambiar mucho. (Adela) Veo mucha gente de fuera en verano, con ganas, pero gente de aquí no.”

Parece un pez que se muerda la cola: por un lado hay pocos chavales del pueblo que entren al agua regularmente y estos se quejan de que no tienen ningún tipo de facilidades como lugares para cambiarse y demás. Por otra parte, son tan pocos estos chavales que el Ayuntamiento, excepto las ayudas puntuales al campeonato, no se implica para nada en el desarrollo del surf: “(Pepe) No, el Ayuntamiento ayuda en lo que puede para el campeonato, pero si no, nada. Y por que luchamos por ellos, por que si no se hubiese parado todo. (Toño) Yo llevo años luchando para que tengan un local para cambiarse y con una ducha. Pero también tengo miedo que no responda la juventud, por que llevo mucho tiempo luchando por esto pero tengo miedo de quedarme solo. Tienen que ser ellos los que cuiden y me da miedo que no pase y no haya nadie responsable.”

Y sin embargo, en un lugar con tan pocos locales, sin nadie en el agua muchos días, parece mentira que pueda haber fricciones cuando viene uno de fuera a hacer algo por el surf: “(Adela) Hay un chaval alemán que ha montado una escuela de surf para alemanes en Tapia y que se ha instalado aquí después de buscar un lugar por toda Europa. Luego vinieron los locales y se metieron con él y a veces le hacen la vida imposible por envidia, por que no molesta a nadie ni hace la competencia a nadie. Encima es un chaval excelente, que hace una promoción turística de Tapia muy buena. Trae a muchísimos estudiantes de fuera que regresan a casa enamorados de Tapia. Son gente que por el surf llegaron a Tapia y encima la gente del pueblo le aísla.”

Imposible acabar la conversación (¿serán las cervezas?) sin que Pepe y Toño compartan con nosotros algunos gratos recuerdos sobre sus aventuras y sus olas en el pasado mientras admiramos sus tablas restauradas, como aquella vez que entraron en Isla Pancha para mirar y Toño libró la serie por los pelos, gracias a que Pepe le avisó. O cuando, recuerda Pepe muy serio, “en Serantes una vez había un palangre, un día de olas grandes y se veía el sedal y los anzuelos en medio del pico. Muy mal rollo.” Aunque la mejor anécdota es la de Toño en el Orrio: “El Orrio lo pillé yo en el 1982 con unos gabarrones impresionantes. Volví al puerto y la gente me quería matar, por que los surfistas les hemos roto la hegemonía de “grandes lobos de mar” a los marineros. Otros decían que lo había entrado por desamor, por que me había dejado una novia que tenía yo entonces…”

Tony Butt, 17 inviernos más tarde
Tony Butt, el oceanógrafo y tamañero inglés que llevaba años afincado en Sopelana, desde hace unos meses reside permanentemente en La Caridad, al lado mismo de Tapia. Se compró una casa hace tres años, viendo que pasaba largas temporadas por aquí en invierno, y ahora se ha instalado definitivamente. Tony es un tamañero con una aproximación más científica que intuitiva a las olas quiere coger: estudia los bajos, las condiciones de cada marejada, de cada cala, el pulso del océano en cada momento… “Tengo 47 años, pero creo que a partir de los 50 voy a dejar de buscar olas todavía más radicales, pero me quedan todavía 3 años”. El Canouco, y algún que otro bajo rocoso de esta zona de la costa le han traído aquí, a él que junto con unos amigos, a principios de los 90, descubrió una de las olas más codiciadas de la mariña lucense: la mal llamada Machacona, cuyo verdadero nombre es el Berberecho. Ahora Tony se encuentra en una situación parecida a la que se encontró cuando se mudó a Sopelana hace muchos años: “Esto es como cuando llegué a Sopelana hace años. Busco gente para ir a surfear cuando está grande. No hay nadie… Hay gente que me dice que quiere probar las olas grandes pero que no tienen tablas adecuadas o no tienen experiencia… y teniendo que descubrirlo yo todo, sin que nadie me pueda explicar nada.”

Me comenta esto el día antes de un parte de olas grandes y sin viento. El Canouco va a funcionar, y varias olas de la mariña lucense también. El plan es ir a buscar olas por ahí, y de paso que dos chavales tapiegos puedan surfear con Tony. Igual les contagia su afición por las olas grandes, solitarias y que rompen lejos de la costa.

Al día siguiente, las ocho menos diez de la mañana, todavía de noche, ya estamos todos listos y, en dos coches, ponemos rumbo a la mariña lucense. Además de Tony, Guille (el fotógrafo) y un servidor, nos acompañan Pedrín Méndez y Álvaro Miglierina. Este último es un chaval argentino que lleva cinco años viviendo en Tapia. Nuestra primera parada nos hiela la sangre: un point de derechas cercano a Rinlo y donde esperábamos encontrar olas de unos 2 metros fáciles (palabras de Tony), se presenta a nosotros enorme, muy movido y rompiendo sin orden en medio de la bruma. Rápidamente Tony nos dice que está “out of the question”. ¡Qué alivio!

Proseguimos hacia el Oeste y vamos mirando varias olas. Nos hay nadie en el agua excepto en Nois. Sabiendo que el Berberecho estará masificado, lo que no nos atrae en absoluto, vamos a mirar Eduardo’s, un slab que rompe en el Cabo Burela y que los locales han rebautizado como la Curva. Tony nos cuenta como surfearon Eduardo’s durante ese mismo viaje en el que descubrieron el Berberecho. El primero de su grupo que intentó pillar una ola se llamaba Edward y se rompió la crisma, por lo que le dieron su nombre a esa ola mutante en honor suyo. Eduardo’s nos tienta, con tubos abiertos y sifonazos espectaculares, vacío. Tony cree que hay unos dos metros en la serie. El color del agua, del cielo y las rocas graníticas del entorno trasladan a Tony y a Álvaro al Norte de Chile, a algunos slabs que han surfeado cerca de Iquique… pero hoy el tema no da para más: la entrada y salida del agua está difícil y la roca no está lejos debajo. Tony nos cuenta que cuando la surfearon no consiguieron hacerse ningún tubo: una ola muy técnica. Al final dejamos Eduardo’s para otra ocasión y nos vamos al Berberecho. El Berberecho no nos defrauda… pero la cantidad de vehículos que van llegando al parking sí, lo que hace prever un baño muy masificado. Curiosamente, la izquierda de la punta parece funcionar bastante bien, pero a nadie la interesa. Según Tony es un claro ejemplo de masa crítica: “hasta que la gente no ve a otras personas surfear una ola de forma consistente, no se da cuenta que aquella puede ser una buena ola y de pronto de pasa de uno o dos a 20 en el agua cada día que rompe.”

Al final nuestro baño tendrá lugar en la Pampillosa, una ola de izquierdas larga, que rompe lejos, lejos de la orilla y donde, para variar, no hay nadie. Tony coge su 8’3’’ y se va al fondo, a cazar alguna de esas series de 2 metros bien pasados que entran de vez en cuando. Álvaro y Pedrín prefieren quedarse en las orilleras de la esquina derecha de la playa, en la corriente. Nadie sale del agua excesivamente eufórico, pero tampoco hay quejas. Luego, por la tarde, Tony intenta animarnos a una sesión en el Canouco. Yo me apunto en calidad de espectador, pero la ola está impracticable, con el “falso” Canouco rompiendo tan a menudo como el verdadero, y el canal para remontar muy cerrado.

Con el crepúsculo encima y sentados en un bar cercano, Tony recuerda esos primeros viajes a la mariña lucense, hace diecisiete inviernos, y como siempre pasaban de largo por Asturias: “Al pasar por Asturias, la carretera entonces era tan mala y la furgoneta tan mala también, pues no subía las cuestas y el stress de conducir con el volante en el otro lado… que pasábamos de largo Asturias, no buscamos muchas olas por aquí. Luego en el País Vasco me enamoré de Meñakoz y me olvidé del Berberecho, de Asturias y de todo. Pero hace unos tres años me di cuenta que Meñakoz cada vez me proporcionaba menos placer y recordé que tenía una asignatura pendiente: Asturias. Y empecé a encontrar sitios como el Canouco y algunos más, pensando que ya habían sido surfeados y extrañándome de no ver nunca a nadie en el agua."

Hablamos de esos primeros viajes y de cómo ha cambiado la situación en el Berberecho, donde ya no se puede pillar olas tranquilo debido a la masificación que sufre cuando rompe. Le pregunto si no cree que eso puede pasar también en alguna de esas olas en las que está entrando ahora: "Sí, y pienso mucho en ello; más que los propios locales, que parecen no estar muy preocupados por este tema. También es verdad que el Canouco no es una ola como el Berberecho, pues necesitas unos conocimientos precisos, experiencia: no es una ola fácil. Espero que los locales de aquí tengan razón y no tener que preocuparme por llenarla de gente."

Para acabar le pegunto qué le ha parecido ir hoy a surfear con gente que no había nacido cuando él surfeó el Berberecho por primera vez: (risas) "Me pasa muy a menudo ahora. Aquí me dicen que mucha gente surfea hasta que tiene que irse a estudiar o trabajar fuera. Luego sólo vuelven por Navidades y así… ¿¿Igual esto se acaba llenando de gente como yo, medio jubilados…??"

Un poblado de irreductibles astures
Tapia es ese lugar donde un torero famoso se está construyendo una casa que no solo atenta contra la Ley de Costas, si no contra el buen gusto y las leyes de la naturaleza. Pero esto no es lo más interesante de Tapia, si no una anécdota, pues podría darse en cualquier otro lugar de nuestro maltratado litoral.

Pero todo lo demás que he contado en estas líneas no podría darse en otra parte: Tapia es un lugar especial con olas especiales, en una situación geográfica envidiable que atrae a gente de fuera de forma más o menos permanente. Y con gente que surfea a su ritmo, nunca los sábados por la mañana (los viernes se sale), en función de la temporada de marisqueo y con la plena conciencia del legado que llevan encima, vayan donde vayan y les guste o no. Es un poco como la aldea de Astérix y Obélix pero en asturiano y surfista, con su micro-cosmos ajeno a las movidas exteriores. Y en lugar de recibir a los invasores a porrazos gracias a una poción mágica, los reciben a sonrisas… pero sólo durante unos cuántos días, en semana Santa, sabiendo que el resto del año están casi solos, como tiene que ser. Pedrín Méndez lo dijo muy bien cuando les entrevistaba y soltó (entre risas): “Se van a enterar por ahí de quienes son los de Tapia… bueno, ya lo saben.”

Y no sonaba a amenaza, si no más bien a invitación.

Niegà

martes, 5 de agosto de 2008

Reflex & Ion (V)

Surfironía políticamente incorrecta: MUSICA SURFICA ESNOBICA. Pinchad encima para ver la viñeta a mayor tamaño.



Notas explicativas:

1.- Me decía Rob -el creador de 70percent, uno de los mejores blogs americanos- que el fenómeno de los alaia es parecido a lo que ocurrió hace unos años con los fishes, cuando todos descubrimos (los más veteranos los “redescubrieron”) los fish twin fin y estos se pusieron rápidamente de moda. En pocas palabras los alaia son tablas de surf de madera (en la actualidad mayoritariamente de paulonia), réplicas de las que se utilizaban en Hawaii antes de la llegada del hombre blanco. Son muy delgadas, no tienen quillas y son muy difíciles de dominar. Los olo son exactamente lo mismo pero de mayor tamaño. Si queréis una explicación más amplia y fotos, pinchad aquí.

2.- Musica Surfica es una de las mejores películas de surf que he visto recientemente (durante el Surfilm Festibal) y estoy esperando que salga en venta para poder comprarla y volver a verla en mi casita tranquilamente.



(trailer)

Musica Surfica entra de lleno en ese movimiento alternativo de las tablas sin quillas, tanto alaias como tablas convencionales pero shapeadas para ser utilizadas sin quillas, buscando el paralelismo entre esa forma de surf “libre” y la música clásica más “libre”, sin ataduras. La última ola de Musica Surfica es esta obra de arte de Derek Hynd (ex-surfista pro, ex-team manager de Rip Curl que inventó el concepto The Search, ex-periodista de surf y todo ello con un ojo de cristal…) en Jeffrey’s Bay. ¡Brutal!




3.- En lugar de Barney podéis poner el nombre del que os arregle las tablas en vuestro pueblo/ciudad.
Como siempre disculpad la ausencia de talento artístico; es la idea lo que cuenta, no el trazo. Habrá más. Por cierto, y dado que la mayoría estáis de vacaciones, voy a disminuir el ritmo de los posts para que no tengáis mucho trabajo al volver. Durante el mes de Agosto únicamente posteraé una entrada por semana.