jueves, 26 de abril de 2012

J. A. S. - Uncommon Ideals

He encontrado esta J.A.S. (Joyita Audiovisual Surfera) entre los vídeos finalistas de los 2012 Vimeo Action Sports Award. Muy en la línea de Dark Side Of The Lens (que también es finalista). Muy interesante.
Uncommon Ideals. from Doggerland. on Vimeo.

lunes, 23 de abril de 2012

SO (es-fri) TO

Cada agosto la situación se repite: decenas de autocaravanas y furgonetas de surfistas invaden el parking de la playa durante varias semanas. Surfistas solitarios, parejas, grupos de amigos. A medida que pasan los años las autocaravanas ganan la partida a las furgonetas. También las parejas con hijos a los solteros. Los acentos son variopintos pero la armada ibérica, en clara minoría diez años atrás, ha conseguido imponerse a las hordas traspirenaicas gracias al mayor tamaño de sus “carros de combate”.

Y es que el fin y al cabo, quien quiere dormir en una furgoneta encajonada entre inmensas autocaravanas que le doblan en tamaño? Perdedores, pero no por ello menos listos, los antiguos reyes de este parking ahora se refugian en calitas cercanas, menos accesibles y más discretas; sin presentar batalla. Ahí las autocaravanas tiene el acceso y la movilidad más reducidas; pura táctica de guerrillas. Si por casualidad una autocaravana se aventura al parking de una de esas calitas, todo está preparado para que su estancia sea de muy corta duración. Tras pasar un día rodeados de perros pulgosos y mugrientos, sus ocupantes serán obsequiados con una noche en blanco cortesía de una rave de música post-industrial. Ante este panorama, infaliblemente regresan con el resto de autocaravanas con las primeras luces del alba. A cada cual lo suyo, y en las distancias cortas y terrenos angostos las hordas francogermanas ahora mismo son imbatibles. 


Pero volvamos a la playa y a su nutrido poblado de surfistas ibérico con sus deslumbrantes autocaravanas y furgonetas. Estos días el grueso del ejército invasor está compuesto por catalanes y andaluces principalmente. También madrileños, valencianos… gente de pocas olas y muchas ganas. De vez en cuando aparece algún asturiano, cántabro o vasco, de ida o de vuelta a tierras lusas, que tras un par de noches se larga intimidado por el caos que reina en el agua. 

“Surfear con esta gente es más peligroso que bajar el Sella borracho y sin chaleco oh!” se le ha oído decir a alguno. 

“En mi playa a los debutantes los mantenemos a raya, pero aquí…” murmuró otro apurando su Keler. 

Los locales… bueno, apenas hay locales en el sentido estricto de la palabra. Pero los que acostumbraban a surfear esta playa cuando se deja –los maretones de invierno no le son muy amables- se lo toman con calma. Al fin y al cabo solo son un par de semanas al año. Algunos, como el de la gasolinera más cercana, cobran por el agua de la manguera a las autocaravanas que van a abastecerse. Un euro es un euro, y más en tiempos de crisis. La encargada del súper del pueblo, cuando llegan estas fechas, hace acopio de tomates maduros pues su demanda aumenta. Cosas del pa amb tomàquet le dijeron hace unos años, y ella ha aprendido la lección. 

Ibéricos, galos o teutones, las olas siguen rompiendo igual cada verano; año tras año. A veces son cuatro los surfistas que reman una barra imposible, al unísono, para acabar empotrándose los unos en los otros. Los cuatro creen tener la prioridad y demandan a los otros tres el pago de los desperfectos en sus respectivas tablas. Pero tras consultar las diferentes tomas de video, que sus novias/esposas han grabado religiosamente desde la orilla, todos se darán cuenta que en una barra que cierra de lado a lado no hay prioridad que valga. Este tipo de incidentes acostumbra a ser el catalizador de nuevas amistades. Algo que agradecerán sus respectivas parejas, que a partir de ese momento se organizarán para hacer turnos detrás de la cámara: así mientras una de ellas filma a los cuatro valientes, las otras tres pueden dedicarse a quehaceres menos tediosos. En otros contextos a este fenómeno se le llama optimización de recursos. 

El parking recupera su tranquilidad coincidiendo con la retirada del sol y el regreso a sus residencias de los que han venido a pasar el día. Entre estos, algunos se han pasado más tiempo en el parking que en la playa, estudiando y comparando las diferentes autocaravanas y furgonetas. Por otro lado más de un morador ha sido sorprendido en pelotas –solo o acompañado- dentro de su propia autocaravana por las caras de una familia entera asomando por la ventana. La familia quería espiar la distribución interior del vehículo y se encontró con una clase de anatomía humana en acción …y con todo lujo de detalles. 

Es en la hora de la cena cuando los diferentes orígenes se manifiestan: los del sur y el centro prefieren freír mientras que los mediterráneos prefieren la pasta y el embutido. Al fin y al cabo no son vacaciones gastronómicas, y se trata de llenar el buche sin gastar mucho …y sin perder mucho tiempo cocinando ni limpiando después. 


Pero una noche algo cambia: 

“No estamos solos” comenta un vecino de autocaravana a otro. Ahí, en el parking más cercano a la carretera, donde suele aparcar la gente que viene a pasar el día se ve un coche solitario. Dos personas se afanan alrededor del mismo; hombre y mujer. El vehículo es un familiar; un enano en estos parajes… pero no es raro ver a un surfista solitario dormir en el interior de uno de ellos. Una pareja? Físicamente posible… con mucho cariño mediante. Matrícula española. 

“Ejke con estas nuevas matrículas no hay manera de saber de donde es cada uno…” lamenta un madrileño para sí mismo. Algunos creen reconocer a la extraña pareja. Ella rubia, guapa, con curvas y con un tanga de hilo dental que ni en Ibiza hubiera pasado desapercibido; mucho menos aquí en el noroeste. Todos se habían fijado en ella durante el día, tomando el sol. Pequeños guiños de complicidad pero ni una palabra; siempre hay una esposa o un niño cerca, y tener una bronca por celos en una autocaravana pasa del marrón oscuro. A él también recordaban haberlo visto: calvo, buen surfista, con clase. Ya no era un chaval y su madurez se reflejaba en su surf con una economía de movimientos y una lectura de ola impecables. Pocas maniobras extremas, pero muy seguro y fiable, entrando en el punto de marea óptimo. Ahora ambos se encuentran sentados en un par de taburetes plegables, cara a cara alrededor de una mesa de camping e iluminados por una luz de gas, cerca del coche. Al lado, en el suelo, un hornillo a punto de ser utilizado. Se ha levantado un poco de suroeste y las autocaravanas se encuentran a sotavento de la pareja. La brisa les acerca sus risas; sobretodo la de ella: clara, fresca y luminosa. 

En una autocaravana un valenciano comprueba si el agua para la pasta está ya hirviendo mientras recuerda el culo y las tetas de la rubia en la playa; a su lado la madre de su hijo da la papilla al peque. Al cabo de un rato, con el peque ya durmiendo y cuando por fin le echan el queso rallado a la pasta –o el tomate a la salchicha en la autocaravana de al lado-, junto con la risa también llega el olor del ajo y la cebolla rehogadas. La pasta - o la salchicha -empiezan a saber diferente. Empiezan a saber a “cada día lo mismo”. Al cabo de un par de minutos el sofrito se enriquece con pasas, aceitunas, un par de alcaparras y avellanas trituradas. El aroma invade la zona de autocaravanas. Una fugaz mirada por la ventana confirma que es el surfista calvo quien está al mando del hornillo. Ella, la rubia, le observa copa de vino blanco en la mano, mientras ofrece su cabellera rubia a los caprichos de Eolo. Cuando las avellanas están ya doradas llega el tomate. No es tomate de bote, sino tomates pelados y machacados uno a uno. 

“Ezte pisha é un profesioná…” piensa un gaditano en una de las autocaravanas, quitándose simbólicamente un sombrero. 

La intensidad del fuego disminuye y el calvo cubre la cazuela de barro con una tapa. Antes ha añadido una pizca de sal y un único diente de clavo. En ese momento, en las autocaravanas la pasta, la salchicha, el bocata de chope… todo sabe igual; saben a “estoy harto de esta mierda!!”. Los efluvios del sofrito ahora son más presentes que las tetas de la rubia del tanga. 

“Este sofrito para qué?” se preguntan algunos. 

“Pasta, ya veréis nens…” opina un catalán muy seguro de sí mismo. 

Entonces el calvo saca una caja del maletero del vehículo familiar: una nevera portátil. De dentro aparece una bolsa de plástico, la abre y huele a mar. Mientras tanto la rubia ha abierto un bote de garbanzos, los ha escurrido –al inclinarse, la camisa de lino se ha separado de su cuerpo y el contraluz ha delatando la ausencia de sujetador-, y los echa cuidadosamente en la cazuela. El calvo por su parte ha vaciado la bolsa de su contenido: dos preciosos calamares, comprados esa misma tarde en la pescadería de Laxe, que ahora son cuidadosamente limpiados y troceados. 

“Zí zeñó, un profesioná como la copa de un pinol!” repite para sí el gaditano; silba en señal de admiración y aparta su plato -con las salchichas a medio comer- para buscar su china en el cenicero. 


Cuando gran parte del agua de los tomates se ha evaporado, el calvo añade las rodajas de calamar y vuelve a tapar la cazuela. Abre la segunda botella de vino y la brisa vuelve a traer las risas voluptuosas de la rubia. Risas que no dejarán de oírse hasta bien entrada la noche. Para entonces ya no hay luz en las autocaravanas; solo frustración en estómagos vacíos que sueñan con tetas, calamares, garbanzos, vino blanco y un tanga de hilo dental.

viernes, 20 de abril de 2012

Y un día Dios se hizo surfista

Dios surfeando al ritmo de INXS.
Lo siento para los fans de Slater, Machado, Dorian, la generación Momentum y el fake punk-pop Californiano (Pennywise, Blink, 182 y demás boyz bands de la época). Supongo que nacisteis demasiado tarde... pero hoy, y gracias a Youtube, ya no tenéis excusa.

Saludad a Dios y que tengáis un buen fin de semana.


miércoles, 18 de abril de 2012

Cool

“Cool” es uno de esos vocablos ingleses que, al igual que la mayoría de canciones de pop y rock que nos vienen de allende de los mares, suena mejor en inglés que cuando lo traduces. Así la traducción de “cool” sería una combinación de guay, chachi, molón o legal en función del contexto y la edad. Lo dicho: suena mejor “cool”! 

Sin duda alguna, el surf ha sido “cool”. Si lo sigue siendo o no es algo muy discutible. Supongo que dependerá de cada uno, del contexto y del lugar. Pero la imagen del surf, al menos la que se vende especialmente a los no surfistas, lleva siempre la etiqueta de “cool”. 

Pero quien es más “cool”? Miki Dora -rebelde él- que en mitad de una manga de Malibu se baja los pantalones para indicar su disconformidad con los campeonatos y el criterio de puntuación … o Mick Fanning celebrando una victoria épica en el último segundo de la final ante miles de espectadores online y en la playa? 

Es más “cool” el chaval que sobrevive en la jungla con un saco de arroz y lo que pesca, pero que no se pierde un solo día bueno durante 6 meses en un atolón perdido en medio del océano… o el surfista cuarentón que lleva el bañador de la temporada, 3 tablas impecables, todos los gadgets de Apple y está a punto para su dosis de surf tropical y tubos en un surf camp a todo lujo durante dos semanas? 

Supongo que dependerá de lo que cada uno de nosotros busque en el surf y le atraiga del mismo. Me he encontrado con esta entrevista a Matt Warshaw, surfista emérito, ex editor de la Surfer, estudioso del surf y autor de varios libros –entre ellos la enciclopedia del surf- centrada en el aspecto “cool” del surf. Vale la pena: 

Si miramos a lo largo de toda la historia del surf, podemos decir que los surfistas son “cool”? Los surfistas solamente hicieron una cosa “cool”, y es formar parte de la contracultura pero con una sonrisa en la cara. En lugar de estar en contra de algo, ellos estaban a favor de algo. El movimiento “beat” iba contra todo. Los tipos del jazz siempre estaban colocados. Lo que los surfistas hicieron –parafraseando a Barton Lynch- fue buscar otro camino hacia la felicidad. Pero era una forma de contracultura bonita y feliz, no enfadada y llena de ira. Creo que el surf fue “cool” en Malibu después de la guerra. Era un ambiente agradable: cálido, escondido, independiente. Y luego dejó de ser “cool” aunque este término pasó a ser un elemento de marketing del surf. 

Parece que dentro del mundo del surf profesional hay una necesidad pujante de ofrecer algo más que ser buen surfista, como si necesitaran tener algún don extra. Es eso algo nuevo? Hace 50 años ya había surfistas muy buenos, como Dewey Weber o Mike Doyle, que se teñían el pelo para tener ese look de surfista. O el mismo Weber que siempre llevaba el bañador y la tabla del mismo color. La gente siempre ha querido destacar y eso no ha cambiado. 





Crees que el ser “cool” es una excusa para justificar las limitaciones de uno encima de la tabla? El simple hecho de ser “col” no te va a hacer famoso, pero es cierto que hay grandes surfistas a los que la etiqueta de ser “cool” les ha ayudado mucho. Dora, Lopez, Dane Reynolds son mayores figuras dentro del surf de lo que serían por que han cultivado los aspectos que les han hecho “cool”. Y creo que todos somos conscientes-dentro de nuestras cabezas- que si ellos son “cool” eso nos hace “cool” por asociación por el simple hecho de ser surfistas. De todas formas, ¾ partes de lo que se entiende como “cool” se basa en la belleza física. Matt Klivin era más apuesto que Joe Quigg, lo que le convirtió en el surfista más “cool” de Malibu en los años 50. No hay surfistas “cool” feos! Pobre Mark Richards, a quien considero uno de los surfistas más “cool” de la historia y a quien el físico nunca ha ayudado... pero al menos nunca pretendió ser “cool”, lo que le hace más “cool” si cabe!! 



Quien crees que ha explotado el concepto de “cool” de la forma más errónea? Probablemente fue la marca Bad Boys con la imagen de Johnny-Boy Gomes y su concepto de surfista-macarra. Esos anuncios con Johnny-Boy con cara de mala leche… el tío vive en Hawai, se gana la vida surfeando, coge todas las olas que quiere y aún así es el tipo con más mala leche del surf?!? El problema es que la marca Bad Boys vió en la ira de Gomes y toda la violencia implícita un gran argumento de marketing; y funcionó. Una gran parte del público se lo tragó. 

Quien es para ti el surfista más cool que ha existido nunca? Barry Kanaiaupuni. Surfeaba exactamente como le daba la gana, de una forma muy única. Ganaba campeonatos pero la competición le importaba un pepino. Nunca quiso ser adorado y aún así le adoraban. Hace poco vi una entrevista suya en la que BK recordaba, entre risas, un episodio de cuando competía. Fue durante la final del Smirnoff en Waimea y había olas gigantescas de 40 pies. Preguntaron a los competidores quien quería que se aplazara la final para que el mar bajase un poco pues estaba muy peligroso. Y él levantó la mano diciendo que él no quería entrar en esas olas. Perdió la votación, mandaron los surfistas al agua; BK aceptó el veredicto sin más y se fue para el pico. Esperó un buen rato hasta que llegó la ola más grande y monstruosa del día. La cogió y esta obviamente le destrozó; luego se comió toda la serie. Mientras le escuchaba contar este episodio tenía la misma sensación que cuando veo un vídeo suyo surfeando: este es el tipo más “cool” que ha pisado nunca una tabla de surf.


jueves, 12 de abril de 2012

Conspiración

Ocurre que a lo largo de los años de vida de este blog he descubierto que solo escribo o posteo cosas a gusto cuando estoy surfeando a gusto: es decir cuando me coinciden olas buenas, sesiones divertidas y un cúmulo de elementos circunstanciales que hacen que la experiencia sea positiva (amigos, poca gente, temperatura agradable, colores bonitos, sol, etc…). Eso explica mi silencio (bloguero y twittero) durante estas dos últimas semanas. Poco antes de Semana Santa tuvimos una sucesión de baños más que divertidos y agradables por la zona donde me muevo… y todo con temperaturas primaverales. Vaya, que esto parecía el p… paraíso! Esta buena racha se acabó justo a la vez que llegaba la Semana Santa. Viendo el parte decidí emigrar unos días: ir a visitar a familia a BCN y de vuelta a casa ir visitando rincones del Pirineo con mi perro y mi material de esquí de travesía. Dormí en la furgo, gasté poco dinero (ni un solo forfait) y vi – desde la distancia- que no me estaba perdiendo ningún baño bueno, bueno… También me perdí el cto de Bells, pero no me importó si os digo la verdad. Desde que he vuelto… bueno solo tenéis que asomaros por la ventana (los que vivís por mi zona), para saber que el tema no está para tirar cohetes… así que prefiero guardar el buen sabor de boca de esos baños de finales de Marzo que introducir mi cuerpo serrano en ese agua color chocolate espeso para surfear olas medio tocadas de viento bajo la lluvia! Cosas mías… 

De todas formas el gusanito empieza a picar y creo que, haya buenas olas o no, en breve no podré reprimir mi instinto de surfista. Para empezar ya estoy leyendo alguna crónica de lo que pasó en Bells, donde por cierto, por segundo año consecutivo tuvieron condiciones más que buenas. Y es que ya se sabe: cuanto más tarde caiga la Semana Santa, mejores condiciones suelen tener! 

Como he dicho, no vi ninguna manga de Bells online, pero he leído algún comentario en el sentido de que Slater mereció ganar la final, así como una interesante teoría de la conspiración. No sé si eso es cierto o no, pero me ha interesado lo de la teoría de la conspiración. Más o menos, según sus defensores, viene a decir que lo normal es que gane el surfista patrocinado por la misma marca que organiza la prueba del WCT y que además sea nacional del país donde esta se disputa. Ese es el argumento que esgrimen algunos de los que opinan por que Mick ganó injustamente –según ellos- la final de Bells ante Slater. 





























Nick Carroll, exsurfista profesional, periodista de surf y hermano de Tom Carroll, demuestra con cifras que esta teoría no se sustenta por ninguna parte. Estos son los datos: 

En los últimos 5 años del WCT, solamente 7 de los 51 eventos disputados (es decir un 13%) han sido ganados por un surfista patrocinado por la misma marca que organiza el evento. Es decir que el 87% de los eventos de los últimos 5 años han sido ganados por surfistas con un patrocinador diferente al del evento. 

Centrándose en Mick y Slater, Nick dice que de los 14 eventos ganados por Slater, únicamente 2 eran eventos de Quiksilver y 4 eran eventos de Rip Curl. Durante este mismo periodo Mick ha ganado 7 campeonatos, de los cuales 4 eran de Quiksilver y 1 de Rip Curl. Conclusión: es más fácil ganar un evento patrocinado por la competencia que no por la propia marca!! 

Y por último el factor campo. Durante estos últimos 5 años, solamente 13 campeonatos han sido ganados por un surfista local; es decir el 25% del total. 

Y ahora la pregunta del millón (únicamente para aquellos que visteis la final entera y en directo, que ya sabemos que los highlights son muy tendenciosos): mereció Slater ganar la final de Bells? 

Me voy a la playa!