sábado, 29 de noviembre de 2008

18 de Agosto

Copio (y traduzco) un par de párrafos de una carta escrita por Dago Lipke (alemán residente de hace muchos años en Portugal, dueño de uno de los surfcamps más famosos del Algarve y padre de Marlon Lipke) y publicada en el número 190 de la revista Surf Portugal (Noviembre 2008):

“(…) el 18 de Agosto una operación de combate contre el campismo salvaje se realizó en (Praia do) Amado. Resultado: encontraron 16 tiendas de acampada, 62 vehículos y 98 autocaravanas!! (…) Y Amado es apenas el peor y más conocido de los casos, donde los locales ya no van nunca más. En Val de Figueiras, Cordoama y Ponta Ruiva el panorama no es mejor. Dos enormes camiones de 20 toneladas originarios de la República Checa estuvieron en Ponta Ruiva durante todo el mes de Agosto. El parking de arriba estuvo ocupado por completo. Para las hogueras de cada noche utilizaron todo el material inflamable que encontraron en los alrededores, incluso arbustos vivos. (…) Durante el invierno, cuando entran los grandes maretones el punto negro se traslada principalmente al Barranco, una maravillosa playa que se degrada y se transforma en una zona de acampada inmunda. Es una playa más donde los locales ya no quieren ir por que saben que estará llena de campistas, y que además la mayoría son surfistas sin experiencia: ir al Barranco significa stress, imagínense! (…) Los surfistas que viajan deben entender de forma realista que no se puede simplemente ocupar una región como si de una invasión se tratase. Determinadas reglas y leyes locales deben ser cumplidas y el espacio vital de los locales debe ser respetado (…).”

Buf! Tema espinoso donde los haya: ¿Free camping is not a crime… o quizá sí lo es cuando no se respetan las reglas de la buena educación y el civismo? Si el Sr. Lipke fuera dueño de un pequeño super (tipo los Alimerka que pululan por la zona) pensaría lo mismo sobre los campistas y la pasta que se dejan comprando comida y bebida cada día?

Hace más de quince años que visito muy regularmente el Algarve gracias a un chivatazo de unos malagueños que conocí en las Landas. Desde entonces debo haber estado un mínimo de veinte veces. Normalmente me he alojado en alguno de los múltiples cuartos que se encuentran en todos los pueblos (ahora mismo escribo desde uno de ellos); nunca me he alojado en un surfcamp. Desde hace tres años que soy propietario de una furgoneta de esas preparadas para dormir dentro. El Algarve ha sido mi destino de invierno cada uno de esos tres años, en más de una ocasión por partida doble o triple, y sin embargo estos dos últimos años he vuelto a alquilar un apartamento por que –sinceramente- el ambiente y lo guarros que están la mayoría de parkings en las playas me ha quitado las ganas. Tengo un perro y me harto de recoger su heces –incluso en la playa- y ver como los dueños de los demás perros no lo hacen, ya sean campistas o locales; surfistas o pescadores. Cuando duermo en la furgo cerca del mar me gusta escuchar el ruido de las olas; no me gusta, en cambio, tener que escuchar a Jack Johnson o a los Red Hot en el cd de alguna otra furgo/coche de unos chavalines a los que les han convencido que con esa música serán surfistas más auténticos (todo mi respeto –y mi conmiseración- a los que escucháis estos artistas por que os gustan y no por que os han dicho que es lo que hay que escuchar si eres surfista). ¿Soy un cascarrabias? Supongo que sí. Y el Sr. Lipke también y por lo que intuyo en muchos temas estamos de acuerdo.

Donde no estaremos de acuerdo el Sr. Lipke y yo es que los locales ya no van a esas playas (Amado o Barranco). Sintiéndolo mucho he de decirle que sin ir más lejos estos últimos días he frecuentado ambas playas y en el agua había portugueses locales …entre otras muchas personas.

Y donde muy probablemente tampoco estaremos de acuerdo el Sr. Lipke y yo es en el uso intenso y particular que hacen los múltiples surfcamps de la zona de las muchas y muchas olas que hay, y especialmente de aquellas de mayor calidad y donde, digámoslo alto y claro, no es necesario llevar grupo tras grupo de debutantes (90% de los clientes de los surfcamps) para los que una espuma es una espuma. La primera vez que me llevaron a Ponta Ruiva me dijeron que “calladito y a pasar desapercibido en el agua” pues esa era una ola “secreta”. Éramos diez personas en la izquierda –la mayoría locales- y cogí las sobras… que teniendo en cuenta las condiciones para mí fueron un festín. Desde hace unos pocos años las escuelas y surfcamps de la zona llevan a sus alumnos a Ponta Ruiva y ahí ya no disfruta nadie. Los locales no son los únicos los que se estresan al remar una ola y ver una pared de debutantes delante suyo… todos los demás también, Sr. Lipke. No sólo los surfistas locales saben surfear. Y provocan el mismo stress los debutantes campistas que los de un surfcamp o escuela.


Foto de Sharpy correspondiente a una orillera de la costa Sur del Algarve. Funciona muy pocas veces al año y cuando lo hace no es raro encontrarse ahí a los de algún surfcamp con su grupo de debutantes.

Y menciono Ponta Ruiva , pero son muchas otras las olas (en ambas costas) que también han pasado de ser más o menos secretas -y a las que había que ir con pies de plomo-, a de un día para otro ser aptas para debutantes siempre y cuando sea en el marco de un surf camp o escuela de surf. Como muy bien dice el Sr. Lipkedeterminadas reglas y leyes locales deben ser cumplidas” y una de ellas es que se respete el status de cada ola y de cada playa; y eso implica no divulgar una ola poco conocida a debutantes que no la van a aprovechar -habiendo otras opciones al lado- por el simple afán de lucro.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Por otro lado creo que Surf Portugal se ha equivocado poniendo una foto de una autocaravana de matrícula española para ilustrar el artículo. Hubiera sido más noble que no se viera la nacionalidad del vehículo en cuestión en lugar de apuntar a España; cómo si no hubiera franceses, ingleses, alemanes o incluso portugueses acampando ilegalmente en las playas del Algarve.

-------------------------------------------------------------------------------------------------
Aprovecho para abrir una nueva encuesta ya que hablamos de la acampada libre (y me refiero a furgonetas y demás vehículos, no a tiendas de acampada), un fenómeno muy ligado al surf pero que también tiene repercusiones en otros ámbitos (hostelería, medio ambiente, salubridad de las playas, etc…). ¿Sí o no? ¿Siempre o nunca? ¿Con condiciones o sin? Pasad (columna izquierda en vuestra pantalla, arriba) y votad.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Siete minutos


Podría mentir y decir que estas son las vistas que disfruto desde el apartamento que hemos alquilado estos días... pero no; tengo que andar exactamente 7 minutos desde la puerta del mismo hasta poder tener esta vista. Cada mañana. A veces esos siete minutos se me hacen interminables...

viernes, 21 de noviembre de 2008

Piscinas de olas – LA CONTRA

Marco me señala hacia la derecha y me dice: “Ahí rompía mi derecha, la que era mi ola preferida”.

Marco (que en realidad se llama Made) es un surfista local de Tuban, cerca de Kuta, en Bali, que se gana la vida transportando surfistas a los reefs de las cercanías del aeropuerto en una pequeña embarcación de madera. Pero la ola que rompía ahí donde señala no es una de esas rompientes de arrecife coralino legendarias -y que sirven de iniciación al surf balinés-, si no que es (o mejor dicho “era”) una ola sobre fondo arenoso, que rompía muy rápida, muy cerca de la orilla y únicamente durante un corto periodo de tiempo en función de la marea. Ahí surfeaban a diario los chavales de las barcas, entre viaje y viaje al reef, en sus pedazos de tablas partidas y con una gracia y velocidad que a muchos nos gustaría tener. Ahora en su lugar hay un espigón de piedra –uno de tantos- que sirve para tratar de contener la arena con la cual están creando una línea de playa artificial delante la zona de Kartika.

Muchos se preguntarán que tiene esto que ver con las piscinas de olas y, en especial, con la del Siam Park en Tenerife. Creo que puedo aventurarme a asegurar que para muchos de nosotros uno de los atractivos más fuertes del surf es el contacto con la naturaleza: la luz, los colores, las texturas que la brisa dibuja en la superficie del agua, nuestros reflejos en el fondo de arena los días de sol y agua transparente... por no hablar de la fauna marina en sitios poco contaminados. Somos muchos para los cuales el surf no se resume a una simple búsqueda de adrenalina; en función de nuestro estado de ánimo preferiremos un baño en olas mediocres en un paraje espectacular a un baño en olas perfectas rodeados, por ejemplo, de una zona industrial abandonada gris y sucia.

Ahora bien, el ser humano todavía no ha adquirido los conocimientos necesarios (y esperemos que no lo haga nunca) como para reproducir la naturaleza a su antojo. Muchas han sido las piscinas de olas que han visto la luz y han sido presentadas como pócima milagrosa ante la situación de congestión en los picos o la ausencia de condiciones favorables. Y casi todas han fracasado en su intento, pues o han desaparecido o se han reconvertido: en algunos casos por falta de rendimiento económico (como por ejemplo la del Ocean Dome de Myazaki, que con diferencia era la mejor piscina en cuanto a la calidad de sus olas) y en otros casos se han reconvertido en meras pisicinas de olas para bañistas... si es que en algún momento dejaron de serlo excepto en contadas ocasionas. Intentar reproducir la perfección, aleatoriedad y variedad de una rompiente natural en un charco de cloro –por mucho fondo de color azul turquesa que le echemos- es algo que todavía no hemos sabido hacer. Hacerlo en un lugar del mundo como Tenerife, donde pululan olas de enorme calidad y donde no hace mucho desaparecieron algunas de las mejores olas de Europa, es un insulto a nuestra memoria de surfistas. Aceptando las piscinas de olas como una alternativa válida –sobretodo las que se encuentran en lugares donde varias rompientes están todavía en peligro de desaparecer-, corremos el riesgo de que algún día nos las ofrezcan como moneda de cambio por una rompiente natural; es un peligro que no deberíamos estar dispuestos a correr y menos en plena de época de concienciación ecológica. Al fin y al cabo, y por mucha energía renovable que se utilice no hay ninguna energía más renovable que la del viento que nos da esas marejadas que todos queremos disfrutar en el mar. Esperemos que algún día, a diferencia de Marco, no tengamos que señalar algún espigón de la costa diciendo “ahí rompía la mejor derecha que he surfeado” mientras vamos camino de la piscina de olas.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Ya salió – hace unos días-, la nueva 3sesenta. Copio aquí (arriba) la columna de opinión que encontraréis en sus páginas, en respuesta al reportaje sobre la ola del Siam Park, en Tenerife.

Me largo unas semanas a Portugal a pillar olas y algo de sol, pero seguiré conectado.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Otro ejemplo de mkt viral que utiliza el surf ...

...para vender un producto ajeno al mismo.



...o quizá no tan ajeno??

:-)

jueves, 13 de noviembre de 2008

Por qué Europa nunca ganará los XXL

Con el invierno al caer y la temporada de olas grandes recién iniciada ha llegado el momento de toparnos -de nuevo- con la dura realidad: este año, un vez más, ningún Europeo ganará los XXL de ola grande! Creéis que estoy siendo demasiado duro? Pues tal y como lo veo yo es la pura verdad.

No importa lo mucho que lo intentemos año tras año, frío invierno tras frío invierno… no sirve de nada. Los premios de ola grande siempre se van hacia otras costas. Como surfista europeo saber esto sin más no era suficiente; quería descubrir por qué no solamente nunca hemos ganado sino también por qué nunca lo haremos. Y aquí os presento las cuatro (4) razones por las cuales nunca nos darán esos premios, por muy grandes y huecas que sean nuestras olas nominadas:

(1) Sorry, pero... ¿¿cómo dices que te llamas??
Imagind: el típico presentador yanki de la gala de entrega de los premios XXL, ahí en Anaheim (California), a punto de decir el nombre del ganador en la categoría de Biggest Ride of the Year. Sonríe al público, abre el sobre, lee para sí el nombre escrito en la papeleta y, despacio, contempla al público mientras trata de adivinar cómo coño se pronuncia… Ibon Amatriain.

Poneros en la piel de un anglosajón: ¿es un poco difícil, no?
Y de hecho si se practica un poco no debería ser tan duro. Para que un anglosajón pronuncie algo parecido al nombre y apellido de Ibon deberían escribirle algo así como Eebon Amatree-ine.

Ok, vale, igual no es tan fácil. Y podría ser más difícil: Hugues Oyarzabal, Indar Unanue, Axier Muniain o… vale, creo que ya lo habéis captado.

Así pues quizá en lugar de tener que alquilar un equipo de traducción simultánea en varios idiomas para le público y demás invitados… o en lugar de tener que prescindir del presentador de siempre y sustituirlo por uno que hable varios idiomas, es más fácil cortar por lo sano y otorgar el premio a surfistas con nombres más conocidos… para ellos. Nombres como los que nos encontramos – número tras número – en los tabloides surferos americanos. Nombres que el público yanki conoce tan bien que parecen formar parte de su familia: Long, Parsons, Baker, Dorian, Gerlach, Knox... Apellidos fáciles que cualquier buen estadounidense es capaz de pronunciar correctamente sin hacer el ridículo.

(2) ¿¡¿Y dónde carajo dices que cogiste esa ola?!?
Sinceramente creo que un surfista europeo tiene más posibilidades de ganar unos XXL por surfear una ola en los USA que por hacerlo en Europa. En los USA las olas de Europa son la materia prima de chistes. Son el objeto de inacabables discusiones sobre si son suficientemente buenas para una prueba del WCT o no, no digamos ya para ganar un premio en los XXL. Se encuentran justo por encima de las olas brasileñas en cuanto a calidad (con menos pelea en el pico pero sin gatitas en la playa), y también de las japonesas (el sushi está rico, pero… ¡a ver quién es el majo que se chupa una semana de plato durante el invierno japonés con esas temperaturas y esa nieve!). Un malote hawaiiano incluso llegó a decir que una de las mayores olas europeas nunca surfeadas era “facilota”, y que habría mandado a su hijo menor (un chaval) a jugar con ella sin pensárselo dos veces. En eso estoy de acuerdo con él: prefiero que sea su hijo que no yo el que se coma una serie de 50 pies en Belharra. ¡Y esas mareas! Desde cuando un pico puede ser surfeable durante tres horas únicamente. Eso no es una ola, es un… ¡fraude!


Belharra: un juguete para niños... hawaiianos!

Y por cierto, dónde se encuentran exactamente esas olas? Casi siempre están a pie de altísimos y espeluznantes acantilados; o lejos, muy lejos mar adentro. La mayoría de los surfistas europeos no las ha visto romper nunca debido a su localización remota. En cambio todo el mundo sabe que Mavericks se encuentra frente a Half Moon Bay, no lejos de Santa Cruz, y que se puede contemplar tranquilamente desde la cima de la colina al lado de esa antena enorme. Y también que Ghost Trees es fácilmente visible desde uno de los campos de golf más famosos de toda California. Y puedes estudiar Waimea desde la carretera, camino del supermercado más caro del mundo. Pero… ¿Belharra?, ¿Aileens?, ¿Playa Gris?, ¿Isla Pancha?, ¿Jardim do Mar? Nombres raros de lugares extraños que casi nadie ha visto excepto un par de veces cada diez años en las revistas. Tienes pocos números de ganar un premio por una ola surfeada ahí, colega…

(3) Eso... ¿es agua o barro?
Bueno, bueno… he aquí algo en lo que nuestros fotógrafos tienen que empezar a trabajar en serio: color y luz. Una foto de los confines oscuros de Mordor nunca ganará un premio en la Comarca. Y si los jueces del XXL se tienen que pasar los 10 minutos que destinan a cada ola nominada intentado descifrar donde en la foto se encuentra el surfista (con neopreno negro) en la pared de la ola (gris) bajo un cielo plomizo… eso no nos ayuda para nada. En cambio llevar un par de focos al acantilado y tirar unos litritos –perdón, galones-, de pintura turquesa… eso no es hacer trampa; eso es cirugía estética. Y… ¿habéis visto qué cerca se encuentra Anaheim de Hollywood?


Adur en Playa Gris. Menos mal que lleva un neopreno blanco...
(4) Tu cara me suena de algo… ¿nos hemos visto antes?
Y este puede ser nuestro mayor contratiempo: los tamañeros europeos son grandes desconocidos fuera de nuestro continente. Entre ellos no se encuentran ni pros retirados (o todavía activos) del WCT, ni surfistas mediáticos a nómina de las grandes marcas ni estrellas protagonistas de anuncios de American Express. Todos tienen sus curros; los más afortunados trabajan en la industria del surf lo que les permite escaparse de la oficina cuando las condiciones son buenas. El resto son una panda de supervivientes sin trabajo fijo a largo plazo, sin viajes pagados a las Mentawais y - por lo tanto- sin proyección en los medios excepto en alguna revista europea después de cada invierno. Así es muy difícil convencer a los jueces cuando compites contra surfistas que están los medios de comunicación casi desde que estos medios nacieron. Es como si Rick Kane (el personaje de la peli North Shore) quisiera pillar una ola su primer día en Pipe: no se trata de cómo surfeas si no de si eres lo suficientemente conocido como para que los locales te dejen alguna.



Un surfista irlandés en una ola irlandesa. Igual cuela...

CONCLUSION: Entonces… ¿qué podemos hacer?
Bueno… siempre nos queda la posibilidad de que un irlandés gane el XXL por todos nosotros. Veréis (1) la gran mayoría de nombres y apellidos irlandeses no desentonan en los USA; (2) desde John F. Kennedy y la peli “Un hombre tranquilo” de John Wayne todos los americanos adoran Irlanda; y (3) a pesar de que Irlanda sea miembro totalmente integrado en la U.E. –incluso dejaron la libra irlandesa para adoptar el €-, la mayoría de yankis ignoran ese hecho y no los consideran totalmente europeos.

Pero esa es una posibilidad muy remota. Desde un punto de vista más realista, la única posibilidad que tenemos de que un Europeo gane algún XXL es hacer como los australianos y crear nuestros propios premios XXL.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Este texto –en inglés- fue enviado recientemente al editor de Surfline pues parece que estaban interesados en publicar más contenidos globales (léase: de fuera de los USA). Aparentemente no les gustó mi texto, por lo que lo he traducido al castellano para que al menos no se quede en alguna roñosa carpeta de mi disco duro sin que nadie lo lea.
Lástima, estoy seguro que a alguno le hubiera gustado ver que donde las dan, las toman. Huelga decir que espero estar totalmente equivocado y que alguno de los nuestros (Ibon, Axi, Indar, Adur…) será capaz de vencer estos obstáculos que describo para llevarse uno de los XXL.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Surf Time – el decano del surf gratuito en castellano

Mientras votáis en la encuesta si no lo habéis hecho ya (lado izquierdo de vuestra pantalla), os dejo con un pequeño texto que Esteban Rosés - catalán afincado en Guethary, surfista de primera generación de Iparralde y una persona que ha desempeñado todos los oficios en la industria del surf habidos y por haber- me pidió para el último número de Surf Time, el decano de la prensa gratuita de surf en castellano. Como sabéis no me motiva mucho el surf de competición pero fue interesante escribir sobre algo diferente como es el circuito WQS.



(Portada de la última Surf Time. Ya en las tiendas.)

No os perdáis este número de Surf Time pues amén de las secciones habituales hay un par de fotos de Jordi Vila excelentes. Ya está en las tiendas habituales. In tubo veritas.

Una mirada al WQS

Cuando ya se acerca el último trimestre del año es de recibo hacer una mirada a lo que ha ido sucediendo en esta segunda división del surf profesional, tanto desde el punto de vista de los competidores como del de los cambios que se están produciendo.

Desde una perspectiva europea tenemos que congratularnos pues hace ya algunos años que el viejo continente es donde más puntos en juego hay. Si sumamos las estrellas de todos los diferentes campeonatos del WQS del 2008, de un total de 191 estrellas 60 (un 31%) se han disputado en playas europeas, desde las Canarias hasta las gélidas aguas escocesas. La segunda zona donde más estrellas se han disputado es Brasil (con 33), seguida de los USA (24), Hawaii (21) y Australia (15). Es innegable que este factor es clave para entender la subida de los surfistas europeos, un ascenso progresivo que este año nos ha permitido contar con cuatro representantes europeos en el WCT. Y parece ser que ahí no acaba la cosa, pues el franco-irlandés Tim Boal ya tiene su puesto asegurado en el WCT para el 2009 y es muy probable (toquemos madera) que el germano-portugués Marlon Lipke y el tahitiano Michel Bourez se le unan. En función de cómo acaben el año nuestros cuatro representantes en el WCT – y de si Aritz Aranburu recibe una injury wildcard o no-, podríamos llegar a tener hasta siete surfistas europeos en el WCT en el 2009. Algo no solamente nunca visto si no totalmente impensable hace pocos años. Otro hecho destacable es el posible retorno al WCT de Sunny Garcia, exconvicto y excampeón del mundo, que a falta de las pruebas hawaiianas está suficientemente bien situado como para tener serias opciones.

Y sin embargo, a pesar de que Europa sea tan importante dentro del calendario del WQS la mayoría de las pruebas se disputan en verano con condiciones de olas escasas, algo que no les prepara para el WCT. En la primera división no sólo competirán en mangas de man on man (uno contra uno) contra surfistas más experimentados, si no que lo harán en condiciones de olas mucho mejores donde la fluidez, la lectura de la ola y el encadenamiento de maniobras son más importantes que el número de snaps por m2 en una ola de playa.

No descubrimos nada: la relación entre el WCT y el WQS es única en cuanto que en ningún otro deporte profesional se permite a los integrantes de la división superior (WCT) participar también en la división inferior (WQS) para cubrirse las espaldas en caso de un mal año. Es más, cada año hay más pruebas de muchas estrellas (cinco, seis y seis prime) y menos de pocas estrellas (de una a cuatro), que son las que permiten obtener puntos y entrar en el top 100 del WQS y poder acceder a las pruebas “grandes” para subir al WCT. Estos dos hechos nos deberían hacer valorar muchísimo el esfuerzo de los surfistas que se encuentran en la parte alta del WQS, tarea nada fácil dadas las circunstancias, y también tener presente que para muchos de ellos una carrera en el WQS es más viable que aspirar a subir al WCT… pero no por ello desprovista de un gran mérito.

Veremos qué sucederá si se llevan a cabo algunos de los cambios que se rumorean, como por ejemplo un posible cambio de formato en el WCT (que pasaría a tener menos surfistas en lugar de los 45 actuales), y la creación de un circuito intermedio entre el WCT y el WQS formado por las pruebas del WQS de mayor puntuación.

Niegà

martes, 4 de noviembre de 2008

Encuesta

Ando un poco mosca pues no me están cuadrando las olas desde que regresé de vacaciones. Pocos baños y sin encontrarme a gusto. Ya me avisó mi amigo Dani que le pasó lo mismo en Junio al regresar de dos semanas en las Maldivas. Y como estoy un poco negativo os dejo con una encuesta (en la columna de la izquierda), preguntando qué es lo peor del surf. Está inspirada en la encuesta que han colgado los de la revista portuguesa OnFire en su blog.

Si queréis añadir alguna respuesta más a la encuesta dejad un mensaje. Tenemos una semana para votar, que no sea por falta de tiempo.