Salinas - the gathering of the clans*
(Texto sobre el Festival de Salinas publicado en la 3sesenta nº 137, ya en los quioscos. Y no os pedáis las maravillosas fotos de Guille que lo ilustran. Para ver más fotos de Guille del Festival de Salinas, clickad AQUÍ. Sirva este texto de homenaje a Chapucetti, gracias al que tantos y tan buenos ratos hemos pasado.)
¿Qué tienen en común un malagueño, un californiano, un asturiano, un tahitiano y un madrileño? Que el primer fin de semana de Agosto se encuentran todos en Salinas (Asturies), para una nueva edición del Vans Longboard Festival de Salinas. Y es que el Festival de Salinas, cuya octava edición se celebró este año, se ha convertido en mucho más que una simple concentración de tabloneros.
Por un lado está la competición de ¿…longboard? O eso me pareció a pesar de que a algún competidor parecían sobrarle tres pies del nose de su tablón. Sin lugar a dudas que todos los que llegaron a las últimas rondas dominaban el noble arte del nose riding como el que más, pero más de uno parecía más propenso a sacarse un air reverse que un drop knee cutback. En su defensa hay que decir que se limitaban a adaptarse al criterio actual imperante en competiciones de longboard, que no es otro que premiar la mezcla de longboard tradicional y moderno. Pero no es menos cierto que la competición del Festival de Salinas no cuenta para ningún circuito oficial; ni falta que le hace. Se encuentra, por lo tanto, en una posición ideal para desmarcarse de este criterio bastardo e impulsar un cierto retorno al longboard clásico, algo que por muchos de los comentarios oídos en el Paseo Marítimo sería más que bienvenido. ¿Quizá en un futuro no muy lejano? Mmmm….
Pero el Festival de Salinas no es solamente una competición de longboard. Es un rocío para las decenas de andaluces y murcianos que cruzan la meseta y la cordillera cantábrica para refrescarse en aguas astures, escapándose de la canícula de sus tierras durante unos días. Es un alto en el camino de las fiestas populares para los vascones que, ya recuperados de los Sanfermines acuden a reponer sus fuerzas antes de encadenar con las fiestas de Bayona, la Semana Grande de Donostia y la Aste Nagusia de Bilbao. Para los gallegos es la oportunidad de visitar a sus primos astures, discutir con ellos sobre el origen de las manzanas con las que se hace la sidra y recordarles que en Asturias se come muy bien… pero en Galicia se come mejor. Y para los cántabros es la oportunidad de reclamar su espacio propio en el longboard nacional, pues al fin y al cabo ellos fueron los pioneros del surf en el Norte y esto incluye el longboard. Por otro lado varios meseteños, valencianos y catalanes inician –año tras año- en Salinas su periplo veraniego por “el Norte”. Periplo que para muchos acabará en Portugal o Francia, de donde también acuden muchos visitantes a Salinas. Todos estos flujos migratorios los viven los asturianos con gran alegría, en un evento que corre el riesgo –y bendito riesgo- de convertirse en una versión de la “Bajada del Sella” con olas. Nos acogen, nos abren sus puertas, nos enseñan lo privilegiados que son por vivir donde viven y luego –con la mejor de las sonrisas-, nos mandan de regreso a nuestras casas hasta el año que viene. Eso sí: nos vamos con un culín de sidra en una mano y muchos recuerdos agradables en la otra. No es mal plan.
Así pues el jueves ya llegaban los primeros festivaleros, los que acababan de cruzar toda la península bajo un sol de justicia para encontrarse ese mismo sol en Asturies… ¡¡pero con olas!! Un multitudinario, y entretenido, baño en Peñarrubia fue el hito del día. El viernes las olas seguían bonitas en Salinas y el sol abrasador. Había un cierto temor de que el cambio de tiempo se adelantase y frustrase el programa nocturno de las Amstel Longboard Nights (barbacoa + proyección de peli + surf nocturno + concierto) pero hubo suerte y el tiempo aguantó. Tal y como estaba previsto, el frente frío barrió la costa durante el sábado trayendo consigo mucha agua y viento… pero “Asturies ye mucho Asturies” y el agua a duras penas se hizo notar en el prado donde acampaban centenares de festivaleros. Y es que esa hierba aguanta toda el agua -y la sidra- que le echen; y lo mismo se puede decir de la moral y las ganas de los festivaleros. La competición empezó por la mañana con olas muy bonitas, que fueron empeorando a medida que pasaban las horas por la acción del viento. Este último fue el causante de una interrupción –de unas horas solamente- no prevista al llevarse el techo de la carpa de los Jueces. Y es que the show must go on.
Show como el que habían armado The Fakeband, que nos tuvieron bailando hasta las tantas a ritmo de banda sonora de Woodstock la noche anterior. O los Kings of Makaha bajo una carpa en medio del temporal el sábado por la tarde: un concierto íntimo y próximo debido a la lluvia… pero mayúsculo por la profesionalidad de los músicos al insistir en actuar en tales circunstancias. También hubo pelis: Picaresque en la playa y The Present en el Pinar. Ambos estrenos mundiales de Asturias. Con invitados de lujo como Tom Wegener, Joel Tudor, Alex Knost y Mitch Abshere -que venían a descubrir que no sólo en la Côte des Basques se cuecen noserides-, la organización no dejó pasar la oportunidad de presentar un par de pelis aprovechando que sus protagonistas y realizadores estaban presentes.
El domingo el día amaneció de nuevo bonito y las olas volvían a ser más que decentes, por lo que el programa siguió el plan establecido; manga tras manga. Tras las finales se realizó la entrega de premios, el sorteo de material, las despedidas y… cada uno hacia su casa. ¿Todos? No, en un pequeño rincón de la campa sobrevivía un irreductible grupo de festivaleros empeñados en mantener viva la llama del Festival una noche más, en un afterfesti extraordinario. Fue, quizá, el momento más dulce de esos tres intensos días: alrededor de la medianoche unas 30 personas se encontraban en el césped ya medio desierto, sorbiendo en silencio las películas que Chapucetti proyectaba con la ayuda de una furgoneta blanca a modo de pantalla. Al día siguiente alguien me dijo que este, el afterfesti, había sido el mejor momento del festival y que igual había que plantearse montar un festival-alternativo en un futuro no muy lejano. Difiero; para mí el mejor momento fue el baño del jueves en Peñarrubia… o el cachopo a la asturiana de La Gaspara, o las risas con los malagueños, o el baño de primera hora del sábado, o las bajadas en longskate, o retirarme antes de empezar un duelo a cervezas con Tom Wegener, o poder ver de cerca las preciosas tablas que Native y CeCe traían, o la barbacoa en la playa… o muchos otros más que ya no consigo recordar claramente. El Festival ha crecido mucho, es cierto. Solamente había que ver el número de integrantes en la fotona de la primera edición y compararlo con la hilera interminable que formamos el Domingo al mediodía, para la fotona’09. Pero a pesar de su crecimiento el espíritu del Festival es el mismo de siempre; y los voluntarios que lo hacen posible año tras año no persiguen otra cosa que todos nos vayamos a casa el Domingo con una enorme sonrisa de oreja a oreja.
En resumen el Festival de Salinas cumplió un año más; cumplió pues hizo realidad los sueños de muchos de los que asisten a él año tras año: reírse y pasarlo bien entre baño y baño. Reencontrarse con viejos amigos y conocer nuevos. Y el sueño de ser protagonistas, por que el secreto del Festival de Salinas es que los protagonistas no son ni las olas, ni la competición, ni las estrellas invitadas, ni las carpas con tablas flipantes. Ni siquiera los shapers que inundan Salinas de alaias. Las estrellas del Festival de Salinas son todos los que asisten a él año tras año.
Niegà
*The gathering of the clans: nombre del festival que se celebra cada año en Escocia y durante el cual los integrantes de todos los clanes (familias) escocesas acuden para medirse en diferentes pruebas de deportes tradicionales y pasar un buen rato.
Por un lado está la competición de ¿…longboard? O eso me pareció a pesar de que a algún competidor parecían sobrarle tres pies del nose de su tablón. Sin lugar a dudas que todos los que llegaron a las últimas rondas dominaban el noble arte del nose riding como el que más, pero más de uno parecía más propenso a sacarse un air reverse que un drop knee cutback. En su defensa hay que decir que se limitaban a adaptarse al criterio actual imperante en competiciones de longboard, que no es otro que premiar la mezcla de longboard tradicional y moderno. Pero no es menos cierto que la competición del Festival de Salinas no cuenta para ningún circuito oficial; ni falta que le hace. Se encuentra, por lo tanto, en una posición ideal para desmarcarse de este criterio bastardo e impulsar un cierto retorno al longboard clásico, algo que por muchos de los comentarios oídos en el Paseo Marítimo sería más que bienvenido. ¿Quizá en un futuro no muy lejano? Mmmm….
Pero el Festival de Salinas no es solamente una competición de longboard. Es un rocío para las decenas de andaluces y murcianos que cruzan la meseta y la cordillera cantábrica para refrescarse en aguas astures, escapándose de la canícula de sus tierras durante unos días. Es un alto en el camino de las fiestas populares para los vascones que, ya recuperados de los Sanfermines acuden a reponer sus fuerzas antes de encadenar con las fiestas de Bayona, la Semana Grande de Donostia y la Aste Nagusia de Bilbao. Para los gallegos es la oportunidad de visitar a sus primos astures, discutir con ellos sobre el origen de las manzanas con las que se hace la sidra y recordarles que en Asturias se come muy bien… pero en Galicia se come mejor. Y para los cántabros es la oportunidad de reclamar su espacio propio en el longboard nacional, pues al fin y al cabo ellos fueron los pioneros del surf en el Norte y esto incluye el longboard. Por otro lado varios meseteños, valencianos y catalanes inician –año tras año- en Salinas su periplo veraniego por “el Norte”. Periplo que para muchos acabará en Portugal o Francia, de donde también acuden muchos visitantes a Salinas. Todos estos flujos migratorios los viven los asturianos con gran alegría, en un evento que corre el riesgo –y bendito riesgo- de convertirse en una versión de la “Bajada del Sella” con olas. Nos acogen, nos abren sus puertas, nos enseñan lo privilegiados que son por vivir donde viven y luego –con la mejor de las sonrisas-, nos mandan de regreso a nuestras casas hasta el año que viene. Eso sí: nos vamos con un culín de sidra en una mano y muchos recuerdos agradables en la otra. No es mal plan.
Así pues el jueves ya llegaban los primeros festivaleros, los que acababan de cruzar toda la península bajo un sol de justicia para encontrarse ese mismo sol en Asturies… ¡¡pero con olas!! Un multitudinario, y entretenido, baño en Peñarrubia fue el hito del día. El viernes las olas seguían bonitas en Salinas y el sol abrasador. Había un cierto temor de que el cambio de tiempo se adelantase y frustrase el programa nocturno de las Amstel Longboard Nights (barbacoa + proyección de peli + surf nocturno + concierto) pero hubo suerte y el tiempo aguantó. Tal y como estaba previsto, el frente frío barrió la costa durante el sábado trayendo consigo mucha agua y viento… pero “Asturies ye mucho Asturies” y el agua a duras penas se hizo notar en el prado donde acampaban centenares de festivaleros. Y es que esa hierba aguanta toda el agua -y la sidra- que le echen; y lo mismo se puede decir de la moral y las ganas de los festivaleros. La competición empezó por la mañana con olas muy bonitas, que fueron empeorando a medida que pasaban las horas por la acción del viento. Este último fue el causante de una interrupción –de unas horas solamente- no prevista al llevarse el techo de la carpa de los Jueces. Y es que the show must go on.
Show como el que habían armado The Fakeband, que nos tuvieron bailando hasta las tantas a ritmo de banda sonora de Woodstock la noche anterior. O los Kings of Makaha bajo una carpa en medio del temporal el sábado por la tarde: un concierto íntimo y próximo debido a la lluvia… pero mayúsculo por la profesionalidad de los músicos al insistir en actuar en tales circunstancias. También hubo pelis: Picaresque en la playa y The Present en el Pinar. Ambos estrenos mundiales de Asturias. Con invitados de lujo como Tom Wegener, Joel Tudor, Alex Knost y Mitch Abshere -que venían a descubrir que no sólo en la Côte des Basques se cuecen noserides-, la organización no dejó pasar la oportunidad de presentar un par de pelis aprovechando que sus protagonistas y realizadores estaban presentes.
El domingo el día amaneció de nuevo bonito y las olas volvían a ser más que decentes, por lo que el programa siguió el plan establecido; manga tras manga. Tras las finales se realizó la entrega de premios, el sorteo de material, las despedidas y… cada uno hacia su casa. ¿Todos? No, en un pequeño rincón de la campa sobrevivía un irreductible grupo de festivaleros empeñados en mantener viva la llama del Festival una noche más, en un afterfesti extraordinario. Fue, quizá, el momento más dulce de esos tres intensos días: alrededor de la medianoche unas 30 personas se encontraban en el césped ya medio desierto, sorbiendo en silencio las películas que Chapucetti proyectaba con la ayuda de una furgoneta blanca a modo de pantalla. Al día siguiente alguien me dijo que este, el afterfesti, había sido el mejor momento del festival y que igual había que plantearse montar un festival-alternativo en un futuro no muy lejano. Difiero; para mí el mejor momento fue el baño del jueves en Peñarrubia… o el cachopo a la asturiana de La Gaspara, o las risas con los malagueños, o el baño de primera hora del sábado, o las bajadas en longskate, o retirarme antes de empezar un duelo a cervezas con Tom Wegener, o poder ver de cerca las preciosas tablas que Native y CeCe traían, o la barbacoa en la playa… o muchos otros más que ya no consigo recordar claramente. El Festival ha crecido mucho, es cierto. Solamente había que ver el número de integrantes en la fotona de la primera edición y compararlo con la hilera interminable que formamos el Domingo al mediodía, para la fotona’09. Pero a pesar de su crecimiento el espíritu del Festival es el mismo de siempre; y los voluntarios que lo hacen posible año tras año no persiguen otra cosa que todos nos vayamos a casa el Domingo con una enorme sonrisa de oreja a oreja.
En resumen el Festival de Salinas cumplió un año más; cumplió pues hizo realidad los sueños de muchos de los que asisten a él año tras año: reírse y pasarlo bien entre baño y baño. Reencontrarse con viejos amigos y conocer nuevos. Y el sueño de ser protagonistas, por que el secreto del Festival de Salinas es que los protagonistas no son ni las olas, ni la competición, ni las estrellas invitadas, ni las carpas con tablas flipantes. Ni siquiera los shapers que inundan Salinas de alaias. Las estrellas del Festival de Salinas son todos los que asisten a él año tras año.
Niegà
*The gathering of the clans: nombre del festival que se celebra cada año en Escocia y durante el cual los integrantes de todos los clanes (familias) escocesas acuden para medirse en diferentes pruebas de deportes tradicionales y pasar un buen rato.
17 comentarios:
Buen texto niegà. De acuerdo con todo salvo en que sigo pensando que en Galicia se come casi tan bien como en Asturias. Tú crees que se come mejor allí, y lo que pasa en realidad es que se come más barato... ;-)ja ja.
salud
barlow
Ya he leído la Tres 60; joder, al final firmas unos cuantos artículos, no? ¿Va a ser tónica habitual, te quedas en plantilla de Javi?
Saludos!
Pues yo no entiendo a que viene lo de Vascones. Lo veo fuera de lugar.
Son cosas que molestan, y no creo que vengan a cuento con lo que se quiere transmitir.
Txiribi, no quieras ver cosas donde no las hay: http://en.wikipedia.org/wiki/Vascones
Si te fijas en el subtítulo estoy hablando de "tribus".
Niegà
Bueno, tal vez Niegà se refiera a los Navarros, que muy surferos no son; de todos es sabido que los que ocupaban lo que hoy conocemos como Euskadi eran los Caristios y los Várdalos...
¿a éso te referías? Porque si no no pillo tu malestar....
Hala, mas pillar olas y menos comerse el tarro...
Solo digo que me parece una incorrección hablar de comunidades autónomas por un lado y de tribu solo en uno de los casos.
Vería correcto hablar solo de comunidades autónomas, o solo de tribus; várdulos, íberos, celtas, vascones... aunque esto segundo seria bastante mas complicado y requeriría un trabajo extra a la hora de la redacción del artículo.
Pero además, aunque la gran wikipedia no lo aclare, el termino vascones tiene connotaciones que al parecer desconoces.
Evidentemente, no tengo por que dudar de que la intención sea malintencionada. Solo quería informarte de que, aunque te parezca raro, leer ese término en ese contexto, crea malestar en ciertas personas.
Quizás esas personas sean demasiado sensibles, pues quizás...
Bueno, si te relees el artículo, verás que tu afirmación no es del todo correcta; también se habla de mesetarios, y no he visto ningún madrileño enojado por el uso de tan despectivo término.
Desde luego, lo poco que conozco a Niegá no creo que use el término vascones con segundas... que por cierto, no le conocía ninguna connotación peyorativa... ¿no te estarás confundiendo con Vascongado??
Me jacto de abertzale, creo que ha quedado mas que claro en algún foro, y sinceramente, no he visto en modo alguno fuera de lugar ese término...
Un saludo, y tranquilo que ya llegarán las olas...
Muy guapo el texto Felipe, refleja claramente el rollo del festi de forma clara. De todas formas estoy con barlow en que aquí se come mucho mejor que en Galicia ;-). Un abrazu tio y dejate de herir susceptibilidades con tus "agresivos comentarios" de las distintas tribus hispanicas.
Muchas gracias por tu artículo que es muy acertado, refleja muy bien lo que queremos ser y hace hincapié en los auténticos protagonistas del festi que son los festivaleros, dejando en segundo plano a todos los demás.
Pp
Molaaaaaa!
De P.M.
Por cierto soy de la tribu de los mesetarios y no me ha molestado nada de tu artículo.
Un abrazo, Felip.
He leído el artículo y me parece desproporcionada, innecesaria y ridícula la polémica que se prende plantear.
El problema no está en la redacción o términos en que está escrito el artículo sino más bien en la sensible sensibilidad de algún lector, al que le recomiendo no buscar cosas “raras” donde no las hay. Intenta disfrutar de este blog, que me parece cojonudo dicho sea de paso, y reivindica lo que te convenga en los otros foros que hay para ello...
Cuando de chavales ibamos a Zaraut una bandada de niñatos con ganas de surf, farra, ver a los pros y totalmente hormonados, nosotros lo contabamos como super "guay", y los locales(tanto surfers como no surfers) como lo veian???
Pues en Salinas igual, salvo que no son niñatos la mayoria de la peña que se vienen, pero farra, hormonaos y ganas de ver a los estrellas si que coincide y la verdad dan mas que hacer que lo que me aportan. Salud, mas y mejores.
Un Astur.
Yeeeaaaaaaahhhhhh
Yo como parte del clan del colmillo, de la tribu de los Andaluces y Murcianos.
Se ha recibido alguna queja pr parte de los Murcianos que afirman que no son andaluces. (aunque lo son)
Ademas algunos andaluces se han molestado por meterlos en el Rocio, no, por Dios, Rocio no, que eso es de Sevilla.
Eso si que jode.
Mas que lo de los vascones.
Niegà a ver si releemos los artículos un poco que mira la que has liado.
En serio, me ha dado un subidón al leerlo, sobr todo un relajado yyyeeeeeaaaaaaaaa, con ese afterfesti.
Sikorsky
Pues sí, ese rato a la una de la mañana viendo una película de surf proyectada sobre la furgoneta de Kingmatt -a donde por cierto llegamos después de comernos, al menos yo, un cachopo a la asturiana en La Gaspara- sentados en un cesped húmedo, relajados y en silencio ritual será un bonito recuerdo para el futuro. Si llego a saber lo de Chapucetti, le hubiera dicho adiós, aunque nunca he llegado a decirle hola.
tienes una falta en el texto, creo que pusiste que se come mejor en galicia...
lo demás chapeau!. voy corriendo al kiosko que me quedo sin ella ya veras.
Pelota!!
jiji
El articulo esta genial...
Buen artículo Niegá, refleja muy bien el festi de este año. Pena de haberme perdido la sesión afterfesti de la furgo de Kingmatt.
Por cierto amigos astures tenéis razón: las olas y la comida mucho mejor en Asturias xD.
Apertas
funkymonk
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