martes, 5 de febrero de 2008

Aclamado por una multitud

Cuenta la leyenda que en una ocasión, una muchedumbre se congregó en el acantilado de Uluwatu y coreó el nombre de Gerry Lopez. Sucedió al poco de que Uluwatu fuera surfeado por primera vez, mucho antes de que se convirtiera en el circo actual. Cuando todavía había que andar un buen trecho por entre campos de arroz para llegar a la cima del acantilado, o negociar con algún motorista para que le llevase a uno de paquete. Cuando todavía no habían construido la rampa y escaleras de hormigón que bajan a la cueva, ni tampoco había tropocientos mil warungs intentando vender el "combo" massage/plaityourhair/transport en todos los idiomas del mundo.

Sucedió en los 70 y coincidió con una marejada enorme. En el agua estaba Gerry Lopez, solo. A medida que el sol se ponía las condiciones eran cada vez más grandes, más huecas y más perfectas. Y Mr. Pipeline estaba surfeando esas olas en plena sintonía con los elementos. Cogiendo olas en Temples y pasando secciones, por dentro y por fuera. Al final de cada ola dudaba un segundo… y regresaba de nuevo al pico. Sus compañeros ya le esperaban en la cima del acantilado y, preocupados por que veían que el sol se ponía y Gerry no salía del agua, empezaron a llamarle a gritos: “Gerryyyyyy….” Esos gritos fueron oídos por los campesinos, curiosos y monjes que pululaban por ahí cerca y se acercaron a ver qué pasaba. Cuando llegaron al acantilado vieron a unos occidentales que, asomados desde la cima del acantilado, gritaban algo incomprensible a otro que estaba en el agua, deslizándose en medio de unas olas enormes. Rápidamente dedujeron que le estaban animando y, así fue como esos mismos campesinos, monjes y curiosos empezaron a corear ese extraño vocablo también. De pronto había más de cincuenta o cien – como pasa con todas las leyendas, nadie sabe exactamente cuántas,- personas coreando su nombre al unísono, como en un estadio, mientras Gerry López iba hilando tubo tras tubo : “Geeerrryyy, Geeerrrryyy, Geeeeerrrrrryyyyyy….” Los cantos duraron un buen rato hasta que Gerry López, cuando ya apenas quedaba un único rayo de luz, empezó a remar hacia la cueva para aparecer en la cima del acantilado unos minutos después.

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Este domingo pasado en Zarautz no había nadie coreando ningún nombre excepto el de algún perro que, dejándose llevar por el instinto, era reclamado por sus dueños. En un rincón desierto de la playa, más o menos donde la vista de la costa no se ve obstruida por casas ni edificios, un surfista se adentraba en el agua y empezaba a remar. A pesar del frío, del viento infernal que soplaba y de los granos de arena que se pegaban a su cara, su traje y su cabello, desde muchos metros de distancia se podía leer una mirada de determinación en sus ojos. Las condiciones no eran muy difíciles, más bien al contrario, pues sólo alguna serie grande llegada al medio metro; pero para ese surfista constituían un reto tan grande como si de un Uluwatu de tres metrazos se tratase.

Llegó la primera serie y le pilló fuera de posición por poco. Una vez se dio cuenta de donde rompía la ola exactamente, se colocó para esperar la segunda serie. Cuando esta llegó, dejó pasar la primera ola y remó la segunda con fuerza, para contrarrestar los efectos del fortísimo terral que estaba soplando. Notó que la ola le llevaba, puso las manos a la altura de su pecho y se impulsó con un movimiento elástico y felino (o eso le pareció) hacia arriba. Apenas sus manos se despegaron de la tabla que su cuerpo empezó a inclinarse hacia un lado y se cayó. Cuando sacó la cabeza del agua, un par de segundos más tarde, corría agua dulce por su cara… pero el viento se encargó de llevarse las lágrimas mar adentro. En su cabeza le pareció oír un “OOOOOOHHHHHH” proveniente de la orilla, donde estaban todos mirándole. Pero antes de que le invadieran pensamientos negativos, se estiró encima de la tabla y volvió a remar hacia el pico. Otro surfista se había unido a él mientras tanto, y nuestro surfista observó como cogía una izquierda hasta la orilla. Todo era fluido y fácil en ese otro surfista, y eso le frustró. Se desplazó un poco hacia la izquierda, para situarse mejor y recuperar el terreno perdido por culpa de la corriente, y otra serie apareció en el horizonte. Remó una izquierda, delante de la mirada atenta del otro surfista, y esta vez consiguió erguirse de pie encima de la tabla antes de tambalearse y, de nuevo, caer espantosamente al agua.

Tuvo que hacer un esfuerzo para no gritar su rabia y frustración al viento. De haber estado solo seguramente lo hubiera hecho. Cogió la tabla y se fue mar adentro, más allá del pico. Dejó que el otro surfista cogiera varias olas sin ninguna oposición y, de paso, esperó a que sus latidos bajaran de revoluciones. El ruido del viento y los tapones en los oídos formaban una barrera acústica formidable, pero aún así estaba seguro de oír los murmullos del público en la playa, un público que empezaba a dudar de que fuera capaz de surfear una ola, pero que seguía esperando estoicamente a merced del viento y del frío.



Al cabo de unos minutos se acercó un poco más a la orilla, para situarse en la zona de la rompiente. Una serie se acercó. Dejó pasar las primeras olas hasta encontrar una que, estaba convencido, iba a romper como a él le gustaban: ni demasiado rápida, ni demasiado lenta. La remó un poco en diagonal, hacia la izquierda, y se dejo llevar por la misma una décima de segundo sin hacer ningún movimiento, todavía en posición horizontal, mirando la pared lisa que se le ofrecía. De pronto realizó el movimiento para levantarse, quizás menos bruscamente que en las veces anteriores, y se encontró de pie encima de su tabla, arriba de la ola y con una pequeña -pero hermosa-, pared delante suyo. Bajó la ola, hizo un par de giros -los estrictamente necesarios para mantenerse cerca de la espuma-, y se dejó llevar hasta que la ola desapareció. Y ahí, totalmente erguido encima de su tabla -que se iba hundiendo bajo su peso-, levantó los brazos al aire y escuchó como toda la playa coreaba su nombre y le vitoreaba.

Abrió los ojos y vio lo que ya sabía: que la playa estaba vacía, como lo había estado todo el rato. Pero él seguía oyendo como coreaban su nombre, como Gerry aquél día en Uluwatu.

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Después de un mes y pico, y todavía con restos de vértigo, este pasado domingo intenté surfear de nuevo. Tras unos inicios un poco duros, al tercer intento conseguí ponerme de pie y recorrer una ola. Dos semanas antes lo había intentando y me había sido imposible, cayéndome una vez tras otra, lo cual me había espantado mucho. Es un tópico, pero no sabemos lo importante que es algo hasta que lo perdemos. Y desde luego, estar días y días sin el más mínimo sentido del equilibrio, hasta el punto de no poder sentarme, es una sensación que además de invalidante y desagradable, asusta mucho.


Para mí la prueba de ayer era muy importante, de ahí que con este texto quiero agradecer a todos los que me han apoyado y, virtualmente, estaban conmigo en la playa de Zarautz animándome. ¡Niegà is back!

P.S.: Todas las fotos (menos la de Uluwatu) son del blog de Nico, que está lleno de pequeños tesoros como estos.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por el paso adelante, cada día es un reto nuevo.

Un abrazo cargado de salud,

Anónimo dijo...

Aunque no lo pareciera si que había alguien animándote, sin chillar pero sin parar de mirar hacia tu pico y sin parar de pensar "Pillála chaval es toda tuya"...

Cuando vi que empezabas a pillar me quedé mas tranquilo. Luego tuve que dejar de mirarte ya que un surfista que entró con la novia y se colocó entre nostros empezó a echarme malas miradas pensando que los miraba a ellos...

CARCANT

Anónimo dijo...

Felip,

Enhorabuena, me tenias un poco preocupado con lo del vértigo. No poder surfear sería un gran desastre !! Pau

P.D: Ahir vaig surfejar vallcarca després de 8 anys, no va estar malament !!

Anónimo dijo...

enhorabuena y animo en el retorno.

Anónimo dijo...

ese!!!
enhorabuena chaval.
seguro que has aprendido de la experiencia.

KingMatt dijo...

Me alegro, felicidades por el retorno.
Precisamente hoy, he vivido algo similar, pero yo era el que miraba.
Un buen amigo, operado de Exostosis, volvio al agua despues de 2 meses y medio. Sentado en mi tablon, verle coger una ola, e irse aullando hasta la orilla, ha sido impagable.

PD: Hay que ponerles las pilas a esos Highlanders, vaya soba!!!

Un Saludo.

Anónimo dijo...

Hola, yo tube un proceso de vertigo hace unos diez años, acojona un guebo pero no ha vuelto a repetirse, eso si nunca lo olvidaras.
Buceo, surf,escalada,paracaidismo...no problem.
Suerte.

Anónimo dijo...

No voy a ser menos, Niega.

Animo y a darle, ya veras como a medida que te metes en el agua te sentiras mejor.


La historia me ha recordado a algunos pasajes de mi poca "historia" de surf.

Buena lectura.

Boas Ondas!

Anónimo dijo...

No sabia nada de esto....Animo!!!
Niegà 1
Vértigo 0
Cuidate mucho, y suerte en tu retorno. Entre paketes como yo tu vuelta al agua seguro que será más llevadera.

SALUD

Un abrazo.

Anónimo dijo...

vinga anim Felip
el vertig el tens superat :proxima tornada a BCN anem a escalar la via "no puc "...
segueix escribin que ets bonissim i m´has donat el virus :mirat el proxim Inside
fins aviat

Anónimo dijo...

bien! buenas noticias, me alegro mucho por ti, y las historietas ambas acojonantes. no pierdas nunca el sentido de la narrativa.
te espero en el agua! XD

Anónimo dijo...

Qué narración.

El otro dia me bañe con un amiguete solo por estar junto a el en la reincorporación al agua.

Ha estado muy jodido 4 meses por culpa de un lunar, (ojo amiguetes que es jodido), lo vi llegar y me dije, es unmomento importante para el, aunque esto es una chusta infame me felicito de que vuelva al agua. La cara de emoción compensó el frio y lasp icaduras de medusas.

Del texto...... eres un buen cuentacuentos, Niegà.
Sikorsky

Anónimo dijo...

Por cierto, que si le llegan a estar avisando al Gerry de que habían tiburones...........con el caso que les hacia..........
JAaaaa jaj a ja

Sikorsky

Anónimo dijo...

Feliz vuelta Niegá, me alegro que vayas recuperando sensaciones y que te mejores.

Aprovecho tambien para felicitarte por tu año de blog, uno de los mejores de la red, créeme.

Apertas

KingMatt dijo...

JODER, JODER!!!!, Ahora te entiendo mas aun, ayer me pegue como 6 horas en un centro hospitalario, por un ''Episodio de Vertigo Periferico''.
Que mal se pasa, COÑO!!, TODO ME DABA VUELTAS.
Espero que no se repita, y el tuyo que vaya mejor.

Un Saludo.