Nada nuevo bajo el sol

Los flemáticos británicos dicen aquello de “no news is good news”. Es decir que la ausencia de noticias, en un tiempo en que estas acostumbran a ser malas, es mejor que la presencia de las mismas. No me toca a mí, recién llegado a Euskadi (apenas 9 meses) explicar qué pasa con el surf en Donosti ni los entresijos de la política local -que por otro lado desconozco-, pero sí me permito constatar como los actores políticos aquí también utilizan el surf.

29 de Marzo: pre-campaña electoral (municipales en Mayo) y el PNV propone, para la zona de Sagüés (al extremo Este de la playa de la Zurriola) un “edificio dedicado al surf”. Es decir algo para los surfistas.

19 de Octubre: elecciones municipales ya celebradas y los del PNV que siguen en la oposición. Según el Diario Vasco “Una gran ola artificial ante el Kursaal será la imagen de la Gipuzkoa innovadora”. Es decir una serie de chorros de agua, en la misma arena, que imitarán una ola. En pocas palabras: nada para los surfistas.

Lo curioso es que yo creía que esto podía ser considerado normal en Barcelona, donde el surf es un deporte muy minoritario en una ciudad muy poblada, que se reinventa constantemente y con escasísima tradición “surfera”... pero pensaba que en Euskadi el surf gozaba de mayor respeto. De ahí que, cuando vi el siguiente anuncio en el gratuito ADN en Julio pasado, únicamente me provocó un ligero levantamiento de cejas:

El consistorio municipal de la Ciudad Condal vuelve a utilizar la imagen del surf (ya había un antecedente en el 2002), poco después de haber enterrado nuestras esperanzas de poder continuar surfeando en gran parte de sus playas. Es decir: el Ayuntamiento promueve la práctica de una actividad que él mismo, por otro lado, está ayudando a que desaparezca de su litoral.

Pero parece ser que en todas partes cuecen habas: El surf no se escapa de las promesas electorales en pre-campaña y luego su imagen es utilizada por todos a cambio de nada, aquí y allá. Y para acabar de rematar el tema, los consistorios prefieren gastar el dinero -una millonada según el artículo-, en una escultura que no aportará nada. ¿Un arrecife artifical que produzca olas de calidad para el disfrute de todos, y ponga a Donosti en primera línea mundial en todos los medios, presentándola como una ciudad innovadora? No, mucho mejor una escultura que durará 3 meses y costará un pastón. Todo esto cuando, por otro lado, el propio Groseko Indarra se quejó de que el local que tienen se les ha quedado pequeño (3er párrafo).

Lo dicho: mejor que no haya noticias referentes al surf (excepto en las páginas de deportes), por que cuando publican algo acostumbran a ser o malas noticias o tomaduras de pelo.

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Y todo esto mientras Slater se ha ido a pegar un chapuzón al Medi por una buena causa. Parece ser que este simpatizante de Obama encuentra tiempo para colaborar con algunas causas humanitarias. No, si al final me acabará cayendo bien.