martes, 3 de mayo de 2011

Roadtrip Down Under 6 - Lunes 2


Día agotador en la carretera. Las distancias en Australia no se miden en kms, si no en horas. La M1, o Princess Highway, la carretera principal que une Melbourne con Sydney por la costa, tiene un solo carril con frecuentes zonas de dos carriles para adelantar; y la velocidad está limitada a 100km/h con tramos a 90, 80, 70 y 60 km/h. Eso cuando no atraviesa alguna localidad, pues el término “circunvalación” o “variante” claramente no ha llegado a las antípodas. Pero claro, yo con mi mentalidad autopistera, veo un cartel que pone Ulladula (mi destino de hoy) 300km y pienso: “guay, en 3h. estoy ahí”. Craso error mi querido Niegà!! Esas 300km horas han significado 5 horas al volante, pues además de tener que cruzar todos y cada uno de los pequeños pueblos y ciudades entre Mallacoota y Ulladula, en Australia tampoco conocen los túneles. Así que hay que subir y bajar todas las colinas a 60km/h detrás de lentos camiones.

Pero empecemos por el principio: tras cerrar la barraca de Justin, he ido a mirar las olas. La playa de ayer estaba pasada y tocada de viento. Me he cruzado con una de las chicas con las que ayer coincidí en Davis Creek, y me ha dicho que iban a entrar en la orillera de Bastion Point; así que la he seguido . Han entrado 3 surfistas al agua, pero la ola cerraba que daba gusto. La verdad: no valía la pena, así que me he puesto a devorar kilómetros, con la esperanza de alcanzar Ulladula antes del anochecer. No ha sido así y he llegado cuando quedaban 20 minutos de luz. Al menos he tenido tiempo de ver un par de picos de Ulladula, una población de gran tradición surfera de la South Coast y que hace tiempo quería visitar.

Después de una buena ducha he ido a cenar al único lugar donde daban de comer comida no oriental: el Marlin Hotel and Pub. Me he zampado un fish 'n chips más que decente con una Tooheys Old, mientras admiraba como las dos chicas más feas del pueblo (y las más borrachas) intentaban ligar con dos surfistas cuarentones que estaban de paso. Su instinto asesino era digno de un gran tiburón blanco; directas a la yugular. Me he largado antes de ver el desenlace final, pues nunca me han gustado las escena de violencia, cuando el depredador ya tiene acorralada a la víctima y la descuartiza en una orgía de sangre y vísceras.

Mañana -si todo va bien- surf al ritmo de un mítico grupo de rock australiano: los Hodoo Gurus!






Fotos:
1.- Cowells en Ulladula, poco antes del anochecer.
2.- Pelícanos en Eden.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya viajecito q te estas dando...

rya

Anónimo dijo...

Y como te fue con las chicas ¿eh? ...."surfista cuarenton de paso por ahí"

Jejeje
Saludos

Niegà dijo...

Yo era espectador. Las víctimas eran dos colegas que habían bajado desde Sydney...

No lo lamento.

Niegà