Under Graun – Lea Sitjà

Ya salió el tan esperado número 135 de la 3sesenta. Y digo “tan esperado” por que llevo, ni más ni menos, unos 20 años esperándolo. Y… ¿qué tiene de especial? Pues que es un número dedicado íntegramente al Mediterráneo. Es la primera vez que una de las dos grandes se “moja” y nos dedican la revista entera a los sufridos y a los matados del “otro lado”. La ironía es que ahora, cuando sale este número, ya no vivo en el Mediterráneo… y menos mal que tengo amigos ahí que me recuerdan la cruda realidad de ser surfista en el Medi (y sobretodo ahora en veranito), por que cuando veo algunas de las fotos que salen en este número casi estoy a punto de empaquetar todos mis enseres y… tornar a casa!!
Os dejo con una de las secciones –under graun- y su protagonista: Lea Sitjà.

P.S.: Por cierto primera portada de una de las grandes 100% Mediterránea (ola… y qué ola, la BCNEta ni + ni -, surfista y fotógrafo) y segunda portada consecutiva sin ningún pro. Para que luego digan que en las revistas siempre salen los mismos!!

Cuando se habla de la primera generación de surfistas catalanes – esos que llegaron a mediados – finales de los 80 provenientes de otros deportes más o menos afines, hay que destacar el nombre de Lea Sitjà. Quizá no era el mejor surfista –aunque sí uno de los mejores- pero sus viajes gracias a su otra carrera paralela le hacían progresar en olas grandes y huecas, días en los que Lea se convertía en un referente. Después de muchos años sin saber de él me lo encontré en Facebook, y decidí hacerle unas preguntas con la que inauguramos esta sección, pues tengo la sensación que mucha gente ignora el calibre –como persona, como deportista y como surfista- de uno de los surfistas catalanes más interesantes.

“Leandre Sitjà (Lea) 40 veranos, nacido en Badalona e instalado en Sydney. De profesión ingeniero, arquitecto naval, entrenador de vela y hasta friegaplatos si hace falta. He residido en la Ampolla, Lanzarote, Valencia, Paris e Italia (Toscana). Excepto Paris todos son lugares con olas y viento. Siempre un añito en cada lugar, que parecía ser el límite de lo que yo podía aguantar sin moverme de sitio… pero ahora en Sydney ya llevo 4 años y esta vez creo que me quedo, ya no quiero explorar mas...

Empecé a surfear en Badalona. Vivía a 3 esquinas del mar y mi segunda casa era el Club Natació Badalona donde yo entrenaba natación y otros hacían vela. El Club estaba en la misma playa y allí pasábamos todo el tiempo libre. Cuando había temporales con olas gordas, los nadadores en grupo nos metíamos en el agua a surfearlas con el cuerpo, ni tabla ni nada. Uno de los nadadores tenía una tabla de surf de verdad, se la había regalado un amigo suyo vasco, pero no la usaba casi nunca, la tenia para chulear y basta. Un hermoso día de primavera la partió por la mitad y la tabla pasó al olvido. Un año más tarde se la pedí, me la regaló, la reparé yo solito y así tuve mi primera tabla a los 12 años: una 6’8” single fin amarilla, un pepino de tabla… y ya nunca más hice bodysurf. Al principio mis padres sufrían cuando me metía solito en el agua con olas “gigantes”, pero pronto entendieron que la cosa estaba mas o menos bajo control y que aquello no había hecho mas que empezar así que se tuvieron que resignar a tener un hijo surfer (en aquella época nadie sabia que coño era eso!).

Lea Sitjà en Avalon

A los 16 años dejé la natación para dedicarme al windsurf y a las regatas y me fue mucho mejor. Estuve en el equipo olímpico de vela y me pasearon a competir por el mundo entero, siempre acompañado de mi correspondiente tabla de surf por si acaso. He surfeado en los lugares más inverosímiles y he inaugurado/descubierto más spots que el capitán Nemo.

Competí en Mundaka en un campeonato de España por autonomías, en el 90 creo. Éramos tres por equipo y en el caso de Catalunya el equipo lo formábamos Patrick Schinerlingen, Oliver Solanas y yo. Tuvimos condiciones épicas durante los 4 días de la competi: viento sur, soleado, no mucho frío y series de 3 metros vascos. Pasé la primera serie bien y podría haber pasado incluso la segunda (más ya no), si no hubiera pillado mi última ola fuera de tiempo. Ese día me llevé el premio al tortazo del día en una ola imposible, que yo me empeñé en bajar. Muy bonito.

Ahora surfeo las playas de Sydney, Maroubra principalmente, y otras super olas de la comarca. La verdad es que ya no me estreso mucho por las olas, ya terminó esa agonía porque aquí siempre hay algo; unos días peores, otros mejores y algunos de película. Estoy más centrado en mi trabajo que en las olas. Sigo vinculado con la vela de competición, ya sea en la parte técnica diseñando o como entrenador. He trabajado para el equipo olímpico de vela español, el australiano y con los canadienses, con los que fui a los juegos de Pekín. Una experiencia muy bonita, pero no hice surf allí, aunque algunas olas si que había en Quingdao. El agua estaba congelada y podrida como en la Badalona en los años 80, así que no me metí.

Me siguen gustando las olas grandes pero con matices: no me apetece lesionarme y ya no necesito averiguar donde está mi límite. Sigo en muy buena forma física pero las olas grandes de reef aquí en Sydney están muy, muy por encima de mi nivel. Tal vez con 20 años menos y más reflejos y más técnica podría atreverme, pero ya me pasó ese tren. Lo más grande en que me meto ahora, y solo si está perfecto, es con una ola de pared de 3 a 4 veces el surfer erguido.

Hecho mucho de menos surfear en el Mediterráneo, con algún amigo y sobretodo pillar ese nuevo spot mágico en su día mágico después de que se te haya escapado temporal tras temporal. Pero cuando pienso en los atascos, los putos peajes, el agua sucia, el frío de invierno y las playas destrozadas por los edificios y los espigones… se me pasan las ganas y me quedo más tranquilito aquí en Sydney. Mi ola preferida siempre fue delante del Club Natació Badalona, justo a la izquierda delante de la cloaca. En un día bueno, series de 4 metros de pared, izquierda de tubo rapidísima, seca y que te machaca de una manera que otras olas de más pedigrí no conseguirán jamás. Si controlas esas bajadas ya puedes entrar tranquilo a disfrutar prácticamente en cualquier otro lugar. Sesiones memorables... muchas por suerte. Además de las de casa y de las spots míticos famosos, las he tenido en el Delta de l’Ebre, Rossigniano en Italia, la Barceloneta, Calblanque, Aguilas, Cap les Hortes, Masnou, Mongat, Ibiza, Benicarlo, Costa Brava, Rota, y mil lugares más que ni figuran en los mapas.

No tengo pensado volver a residir en Cataluña… pero conmigo nunca se sabe, depende un poco de donde sople el viento. Se que los spots en Cataluña están ahora muy masificados. De hecho antes de yo partir ya era impresionante la cantidad de gente en el agua, pero dudo que llegue a estar mas complicado que en Sydney… donde además son todos unos máquinas. Y pensándolo bien el problema no es la cantidad de personas en el agua, sino el numero de retrasados mentales con cerebro de reptil que hay entre toda esa gente… y eso ya es otra historia que yo no se de qué depende...”

Niegà