miércoles, 24 de junio de 2009

Cosmic Children - el problema vasco

Cuatro varones vascos se protegen del sol de media mañana bajo una carpa del Cosmic. Observan el panorama que se desarrolla fuera de la misma, escondiendo sus miradas duras detrás de sus gafas de sol. Están de pie y con los brazos cruzados. A apenas unos metros delante suyo hay música, diversión, risas y chicas en bikini. Muchas chicas en bikini que pasan sin cesar delante de la carpa en una dirección u otra.





De pronto una de estas chicas, de origen claramente africano, se acerca medio andando medio bailando a la carpa; mira a los cuatro varones vascos y con una sonrisa pregunta a ninguno en particular: “Qué pasa chicos? Estáis enfadados o qué?”




Antes que los cuatro varones vascos tuvieran tiempo de esbozar un sonrisa y tranquilizarse pues una chica ...les había dirigido la palabra!!, un quinto varón (no vasco) que también se encontraba bajo la carpa suelta: “No, no están enfadados... es que son vascos!”. Minutos más tarde bajo la carpa todo eran sonrisas, carcajadas y conversaciones animadas, y eso que sus integrantes eran los mismos. Al cabo de un rato alguno – no diré nombres- incluso osó quitarse las oscuras gafas de sol y desanudar sus brazos…


Creemos haber identificado el problema vasco: pudiera ser que, a causa del matriarcado que imperaba en los caseríos y puertos de Euskal Herria antaño, a día de hoy los jóvenes varones vascos no estén acostumbrados a que las chicas les dirijan la palabra primero, y menos en tono amable y sin mediar alcohol??


Si esta teoría es correcta... chicas, la solución al “problema vasco” está en vuestras manos!!

11 comentarios:

Anónimo dijo...

buenísimo post...

Josu dijo...

jajajajajajaj qué bueno!!!!! qué bien has reflejado la realidad!!!!!
CHICAS!!!!! resolved el problema vasco!!!!!!

Unknown dijo...

bikaina!

Anónimo dijo...

Bueno, los vascos son famosos en toda la península por ser imposibles, IM PO SI BLES, de ligar.
Si no eres de la cuadrilla olvídate!

Bea

chl dijo...

jajajajajjajaja, brutal mejor explicacion no podia tener.....todavia estoy en estado de shock, soy vasco y lo superare. Prometo en Salinas cambio de actitud, un saludo Niega!

Anónimo dijo...

Entramos en la bahía con viento por popa fuerza 4 sobre mar de fondo tocado de dos metros. Dejamos atrás la aleta de un pez luna, medusas y un hermoso pez que se dejó coger a mano en el puerto de partida. A pocos minutos andando de donde hemos pasado la noche atracados rompe metro y medio glassy con una leve brisa off shore. Podría ser Indo, Maldivas, Hawaii, Hossegor (bien podría), pero es San Sebastián. Todavía puede emocionar ¿verdad? entrar en La Concha donostiarra haciendo txampa como las traineras, aunque la tarde sea gris o incluso aunque no haya ola.

Ayer ¿fue ayer? estabas trabajando y hoy transitas con el twin fish bajo el brazo sorteando las cuadrillas de limpieza que recogen los restos del botellón (de los que todavía pueden elegir y de los que ya no) que siembran Lasta Plaza y el Boulevard. En el puente de la Zurriola el amanecer ha pillado a una cuadrilla de ojos vidriosos que no ha pillado (un chico para varias chicas) sentada en círculo en el suelo. Algo más allá está el banco en que hace pocas horas una regordeta de habla hispana se refrotaba la entrepierna todavía ardientemente insatisfecha después de habérsela chupado en la orilla tras el baño en cueros ambos. El sublime colocón de la otra chica en tanga y sujetador unido a la discusión con su acompañante (también hispano) amenazó acabar por dos veces con el cuerpo bamboleando sobre dos insuficientes piernas de goma tragado por una resaca negra y blanca (me acerqué más por curiosidad que por meterme a sacarla del agua (la voluntad (necesaria hasta en la obcecación) flaqueando ni dispensa ni ayudará en el error): joder, que se moje los vaqueros su mozo, que cada uno apechugue con lo suyo, ya no hago muescas ni con los que salvo ni con los que no salvo). Sobre la arena planchadita que empieza a relucir dorada todo esto resulta incongruente, parece sueño, como los esquís, las botas, los crampones, los piolets que ya resecos tocaba enfundar, al lado de tablas y neoprenos, o los espectros de Broken de la semana pasada sobre el mar de nubes a los pies de Aitzgorri en la puesta de sol. Fuera capucha. Yendo hacia el agua encuentro una oreja de mar y un par de conchas curiosas; me haré un collar rumbo a Fuenterrabía. La precaución se envalentona al comprobar la amabilidad de unas olas que en otros spots merecerían un serio temor/respeto (mis articulaciones y huesos saben de lo que hablo, y mi ánimo de los que las habitan en propiedad). Cuando el número de cuatro, que podríamos haber acabado siendo amigos, se incrementa haciendo imposible tal relación, salgo del agua, me ducho y seco al mismo sol que tuesta la arenisca de las fachadas del Paseo de Salamanca, teatro Victoria Eugenia y hotel María Cristina. ¿Hacía tiempo que en los veleros amarrados en el Paseo del Muelle no se veía una tabla de surf? ¿A dónde van estos morroskos que abordan nuestro barco? ¿No era una excursión sólo de chicas?

...

Anónimo dijo...

...

Por delante queda la feria de la sidra en Ondarribi, ceñir con un rizo rumbo a San Juan de Luz, su tranquilidad, su silencio (desde el puerto), la puesta de sol, la fiesta bulliciosa hasta las cuatro de la madrugada (aquí también las chicas llevan sacs à vin (literal, pero son objeto de fotos) y sin ningún disimulo se secan con el jersey los meados por la pata abajo, pies descalzos sucios, al lado del kiosko con la banda tocando duro), el mercado y las danzas vascas de buena mañana, la vuelta placentera a Donosti, ir de pintxos tranquilamente a punto de cerrar un domingo, alargar la velada, madrugar con los que van a trabajar pero tú con la tabla bajo el brazo, volver al barco por el Boulevard (con la tabla bajo el brazo) antes de que salte el viento a re-desayunar cuando los demás finalizan el primero después de gozarla en olitas de medio metro (los aspirantes a maquinillas ensayando gesto adusto, sólo el rictus-Risto, quedándose cortos, casi inéditos, en todo lo demás, tabla incluida; las aspirantes a dieciochoañeras dando saltos en el agua quitándose la parte de arriba, gritando al mundo que tienen pezones mostrándole las tetas con las manos como si fueran cazos), comer, darse uno (las gafas prestadas quedaron de recuerdo en el fondo, como aquella tapa de prismático al pie de vías abiertas y no abiertas, o aquellas mondas en aquel mirador sólo de rebecos), dos chapuzones sin bañador desde el barco fondeado en La Concha…

Y el Mar se sigue moviendo dentro.

Anónimo dijo...

Buenísimo Niegá. Buenísimo. El problema vasco es que los chicos vascos nos sabemos (ni sabremos nunca) relacionarnos con las mujeres. Porque les tenemos un miedo ancestral. Por eso los vascos somos muy trabajadores, pero en temas de cama-y-disfrute (hutz=cero patatero) Con lo cual.... cinco-al-calvo. Forever&ever. Así nos luce el pelo.

aKuA dijo...

Cagüenzotz! encima nosotras somos las que tenemos que arreglarlo? ponérselo en bandeja?

No olvidemos que una africana no es ni será nunca una vasca. Ellas saben relacionarse.

Nosotras somos como los chicos vascos... pero con mal carácter!

aKuA.
Del mismo centro de la ría.

Dangotapia dijo...

Jajajajajaja...qué bueno...tengo muchos amigos y amigas vascos y doy fe de que es muy cierto...

Un saludo!!

Manu dijo...

esto no puede ser, mi trauma adolescente se acrecenta hasta límites insospechados. En la pandilla el único vasco era el que me quitaba todas las tías buenas que se nos cruzaban por delante. O tuve el privilegio de conocer a la santa excepción vasca o me voy a deprimir mucho, en serio...