Andy & Kelly

(Editorial de la 3sesenta núm. 146 que ya está en tu quiosco)

Andy & Kelly

Manly (Sidney, Australia) 1997. Salgo de mi habitación y tropiezo con Gilles, un surfista galés que también se aloja en el hostel y que regresa de la playa.

Fliparás!! me anuncia.

Por qué? Buenas olas?

Están los hermanos Irons en el agua. Vaya espectáculo!! me contesta.

Fue mi introducción a Andy y Bruce Irons, por entonces unos chavales con mucho futuro y que estaban entrenándose para el Pro Junior de North Narrabeen. Gilles, yo y cualquier otro que frecuentase Manly estábamos acostumbrados a ver buenos surfistas en el agua: Richie Lovett, Rob Bain, Barton Lynch… incluso a viejas leyendas como Midget Farrelly. Pero los Irons eran jóvenes (17 y 18 años respectivamente) y traían un surf diferente, lleno de energía, más arriesgado y en estado salvaje. En el agua no paraban y se notaba que se divertían a pesar de que las olas eran bastante malas. Gilles tenía razón: durante los dos días que estuvieron por ahí flipamos con su surf!

Durban (Sudáfrica) 2000. El WQS de 6 estrellas (antiguo Gunston 500) se está disputando en New Pier. No me interesa excesivamente, pero después de surfear en la vecina Bay of Plenty me acerco a ver un par de mangas. Justo al llegar veo a un surfista que está acabando su ola. Es Andy Irons y acaba su ola haciendo un par de giros sin ninguna intensidad. Aprovecha que está en la orilla para salir del agua arrastrando su tabla por la arena. Todavía faltan más de 2 minutos para que se acabe su manga, pero pasa de todo y queda eliminado pues está en cuarta posición.

Fue el año malo de Andy: tras unos años en el WCT Andy se había caído al WQS. Tuvo que superar su frustración para volver al WCT, demostrando todo el surf que tenía, y acabó coronándose campeón del mundo por primera vez en el 2002.

Esas dos escenas resumen bien la vida de Andy Irons: un surfista de muchos altibajos pero cuyo surf estiloso, explosivo y de una gran clase (especialmente en olas potentes) no tenía igual. Su muerte el pasado Noviembre ha abofeteado al circo del surf profesional. De (casi) todos - integrantes del tour profesional, gente de la industria del surf, etc- eran conocidos los problemas de Andy con el consumo de ciertas sustancias, especialmente el alcohol. Pero no era el único y a partir del momento en que era mayor de edad… Por otro lado no fue el primer surfista profesional que ha tenido épocas oscuras y, desgraciadamente, es posible que no sea el último. De todas formas, y hasta que no se haga público el informe toxicológico por parte de la oficina del forense –algo que todavía no ha ocurrido mientras escribo estas líneas-, no sabremos las causas exactas de la muerte de Andy por lo que las conjeturas que se están haciendo deben ser tomadas como tales: meras conjeturas. Lo que está claro es que se ha ido uno de los grandes, de los más grandes y que todos le echaremos de menos.

El destino es cruel y la muerte de Andy coincidió con uno de los momentos más importantes en la carrera del que fue su gran rival durante muchos: el 10º título de campeón del mundo de Kelly Slater. Todavía no sabemos hasta donde llegará la carrera del gran dominador del surf profesional de las últimas décadas. Está claro que sus logros en la competición le han llevado a un nivel al que muy pocos llegarán… si es que alguien lo consigue. Conseguir tantos títulos mundiales en una disciplina individual está al alcance de muy pocos atletas (Angel Nieto, Björn Dunkerberg…). Andy Irons fue, en gran parte, el culpable de que Kelly haya conseguido sus 10 títulos. Fue el aplastante dominio de Irons durante el descanso de Kelly tras su 6º título, que provocó que este regresara al circuito con hambre de victorias. Sin Andy quizá Kelly se hubiera quedado en los 6 títulos… Eso es algo que nunca sabremos.

Humildemente dedicamos este número a Andy Irons por lo mucho que nos ha hecho soñar cada vez que cogía una buena ola y la destrozaba. Descansa en paz.