lunes, 20 de octubre de 2008

bahasa indonesia: "r"

Rcomo en "rumah" (hogar).

Pues eso, que ya estamos de nuevo en casa, hoy ya he vuelto a la oficina y ya estoy poniéndome al día de blogs y foros entre lavadora y lavadora. Por otro lado la costilla me sigue doliendo y creo que voy a seguir mi descanso unos días más aprovechando que me reparan las tablas.


La última ola de Bali. Una izquierda de Airport Left rompiendo solitaria en el arrecife cerquita del aeropuerto. Y yo en el avión a punto de despegar.

Bali le ha gustado a mi esposa y los yankis, que son muy pragmáticos, ya tienen razón cuando dicen aquello de “happy wife - happy life”. De hecho Bali ha gustado tanto que mi esposa está dispuesta a volver… ahora me queda a mi convencerla que en lugar de Bali vayamos a alguna de las otras islas de este alucinante país que es Indonesia… y que a mi me gustan mucho más. Pero por si acaso este viaje me ha hecho ver que incluso en Bali –buscando, buscando- se puede encontrar paz, buenas olas y no demasiada gente; con lo cual si hay que repetir Bali, se repite y punto, que tampoco está tan mal.



Os dejo con una pequeña reflexión – gráficamente ilustrada imitando el estilo del exitoso indexed- sobre los diferentes grados de intensidad que mis ganas de surfear acostumbran a tener en diferentes momentos de un viaje de surf. ¿Alguien más se reconoce en esta pauta de comportamiento?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Niegá lo de la costilla llévalo con calma, las cabronas se toman su tiempo.
Además, despues de catar olas indonesias seguro que los primeros días te vuelves más sibarita y no te metes en cualquier sitio ;)
Coincido contigo en lo del gráfico.
Un saludo.
funkymonk

KingMatt dijo...

Las graficas nunca fueron lo mio.
Se le saluda de nuevo. Ha sido un grato placer leerte, desde ''tan lejos''. Como lo ha llevado Buffy?
A cuidarse los daños co-laterales.

Un Abrazo.

Marc dijo...

Felip! gràcies! quina sort que tenen alguns que s'en van de vacances... espero que et milloris aviat!

cuida't!!

Anónimo dijo...

Felip,

Jo no sé però a mi el últims anys la gràfica em surt plana a la part alta, moltes ganes de surfejar tots els dies!!!

Cuidat les costelles, jo me les vaig trencar esquiant i sé que és molt fotut !!

Pau

RedFish dijo...

Joder Felip! ¡Me has calcado el grafico! A mí me sucede exactamente igual.

Curiosamente, con el tiempo, he podido constatar que se comprime o se ensancha según los días que dure el viaje, y sigue manteninedo ese mismo aspecto. Es decir: que tras el primer contacto con el mar, me entra como un bajón... un estado como de aturdimiento, e incluso una pérdida total de mi obsesiva ansia por surfear.

Sin embargo, una vez ubicado, empieza a aflorar un gusanillo que, sesión tras sesión, va en aumento y al que sólo consigue poner fin mi capacidad física.

Tengo una teoría: eso es porque todos mis viajes tienen un mismo punto de partida, el Mediterráneo. La llegada a un lugar donde las olas forman parte del paisaje me supone un xoc tremendo. Porque en vez de preocuparme por si "va a haber olas", paso a preocuparme por "qué olas voy a pillar" o "tendré huevos pa entrar" o "si se me pone una sección cañera me meto sin pensar"... etc. O sea, que llega la hora de la verdad y hay que dar el callo, que para eso has salido de casa. ¿No?

Salut!

Sergi

Niegà dijo...

Sergi, creo que la has leído al revés: Yo empiezo mis viajes muy motivado y con muchísimas ganas de surfear. Al cabo de un tiempo empiezo a aburrirme del surf y mi atención se desvía hacia otras cosas. No dejo de surfear pero... digamos que ya no lo hago con tantas ganas. De pronto un día me doy cuenta que faltan pocos días para regresar a casa y que cuando lo haga echaré de menos surfear estas olas, en bañador, etc, etc... y, auspiciado por estos pensamientos, los últimos días vuelvo a surfear como un loco, simplemente para llenarme de recuardos a los que acudir cuando esté de nuevo en casa.

Niegà

RedFish dijo...

Osti tú! Bueno, al menos mi teoría sigue vigente, ya que tú ya no vives en el Medi.

Curioso fenómeno...