Donde las da… las toma
Esta semana pasada he leído dos noticias con un nexo de unión muy claro. Por un lado un artículo del The New Zealand Herald anunciando que en la opinión de muchos el arrecife artificial de Mt. Maunganui (Nueva Zelanda), no está siendo tan exitoso como se esperaba. Este arrecife fue diseñado y construido por la empresa local ASR Ltd., líder mundial en diseño y fabricación de arrecifes artificiales para el surf y que ahora mismo está trabajando en el proyecto de Bournemouth (sur de Inglaterra). En su momento se pensó que este arrecife (el de Mt. Maunganui) sería el perfecto ejemplo de las virtudes y bondades de los arrecifes artificiales. Resulta, en cambio, que rompe pocas veces y cuando lo hace las olas raramente son de la calidad que todos (ASR, Ltd. incluida) esperaban. Según el responsable de la empresa - Shaw Mead-, esta apreciación es fruto de dos factores: por un lado que el arrecife no se pudo completar por razones presupuestarias y, por lo tanto, es más pequeño de lo inicialmente previsto; y en segundo lugar por que la expectación y el bombo que se dio al proyecto cuando empezó fueron desproporcionados.
La segunda noticia a la que me refería al principio es la multitudinaria manifestación celebrada esta pasada semana en la Gold Coast para pedir que se recupere la ola de Kirra. Antes de la creación del Superbank (que empieza en Snapper Rocks) la joya de la corona de la Gold Coast era Kirra, donde se podían coger los tubos más profundos de toda la costa. A día de hoy –y desde hace unos diez años- Kirra ya no ha vuelto a romper en condiciones clásicas pues se encuentra enterrada bajo metros cúbicos de arena. La misma arena que en su día creó el famoso Superbank de Snapper Rocks, y que a día de hoy tampoco funciona como hace unos pocos años. Esta arena es fruto del dragado de la desembocadura del Río Tweed y, así como al principio fue una excelente noticia pues mantenía los bancos de arena de todas esas derechas legendarias, se ha llegado al punto en que ahora hay demasiada arena.
Bring back Kirra.
A nadie la pasa desapercibido que el nexo de unión entre las dos noticias es la incidencia de la mano del hombre sobre las olas. Hasta ahora todos los esfuerzos realizados para crear o mejorar olas han tenido poco éxito… cuando no se han saldado con un rotundo fracaso. No sólo los ejemplos de Mt. Maunganui y Kirra, pero también el arrecife australiano de Narrowneck (que nunca ha dado las olas que se esperaban), el de Cable Station en Perth o el primero de todos ellos: el Pratte’s Reef californiano, construido por Surfrider Foundation, y cuyo desmantelamiento se anunció pocas semanas atrás pues nunca llegó a funcionar.
Y en cambio varias son las olas que el hombre ha creado… por accidente. Muchas de las olas que surfeamos a diario rompen en bancos de arena que se mantienen en su sitio gracias a algún tipo de estructura –espigón- que, obviamente, fue puesto ahí con otra utilidad. También otras muchas han sido destruidas por la acción del hombre, todo hay que decirlo. Pero las que me maravillan son esas olas de excelente calidad, creadas por la mano del hombre de forma totalmente involuntaria, como por ejemplo Sandspit en California o Varazze en Italia.
Sersión mágica en Sandspit.
Varazze, rompe sobre los restos de un antíguo espigón ahora submergido.
En conclusión: que de momento todavía nos falta mucho para saber crear olas de calidad pero, en cambio, por accidente sí que nos ha salido alguna joyita. Y que el mar siempre tiene la última palabra, y de la misma forma que nos da unas olas estupendas por mucho que nos esforcemos también nos las quita.
En conclusión: que de momento todavía nos falta mucho para saber crear olas de calidad pero, en cambio, por accidente sí que nos ha salido alguna joyita. Y que el mar siempre tiene la última palabra, y de la misma forma que nos da unas olas estupendas por mucho que nos esforcemos también nos las quita.
4 comentarios:
Buenas,
si, hay una cierta justicia poética en todo esto... o es la naturaleza misma que se venga justamente cuanto mas torpe y dañino es el ser humano...
otro ejemplo;
Una de las mejores olas del mediterráneo es efecto de uno de los mayores atentados medioambientales conocidos:
http://centaurosdelespumon.blogspot.com/2008/11/cremalleras-murcianas.html
Yo tengo otra conclusion:
La naturaleza hace su juego.
Las olas que se han creado de manera involuntaria, luego el mar ha colocado los sedimentos donde le dicen las corrientes.
Las olas que ha creado el hombre artificialmente, directamente no ha funcionado.
Y es que el ser humano intenta controlar la naturaleza y eso, desde mi punto de vista, es practicamente imposible.
Un saludoª
Niegà,
Que hariamos en el Mediterraneo sin la mano del hombre (Cementiri, Aiguadolç, Vallcarca, Port Ginesta, Masnou,...) la lista es interminable...pero a ver si se les va la mano y nos joden todo barcelona !!!
Pau
Las olas rompen perfectas cuando todos los factores coinciden (altura, dirección, y periodo de las olas, condiciones de viento, marea, pendiente, forma y textura del fondo, etc). Muchos de estos factores se pueden recrear artificialmente cuando se tiene un conocimiento suficiente de ellos, los medios necesarios y la ubicación adecuada.
Sin embargo alcanzar el nivel de los mejores sitios que han sido creados “accidentalmente” (sean las causas naturales o no) a capricho y de la nada (muchas veces en sitios que no tienen las condiciones básicas) es mas caro y mucho mas difícil (muchas veces imposible) de lo que algunos quieren hacer creer… precisamente por eso el autentico crimen es desperdiciar aunque sea un poco de aquello que ya tenemos
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