La WSL tiene un problema… o más de uno
Desde que la empresa americana ZoSea comprase la ASP (compra realizada en 2013 y efectiva en 2015) y la rebautizase como WSL, creo que muchos estaremos de acuerdo en que ha decaído el interés por el surf profesional, hecho que se ha agudizado con la ausencia en este 2025 de dos de los principales candidatos al título, a la par que dos de los surfistas que levantan más pasiones: JJ Florence y Gabriel Medina.
Seguramente los europeos somos en parte culpables de esa ausencia de interés, pues tenemos a menos surfistas compitiendo en el top (si comparamos con hace 10-15 años), y menos pruebas en el calendario: llegamos a tener tres en 2009, cuando coincidieron Hossegor, Mundaka y Peniche, frente a únicamente Peniche en la actualidad.
El circuito profesional de surf fue organizado por la ASP del 1983 al 2014 y se dieron muchos cambios en el mismo durante ese periodo tan largo; por nombrar a algunos: división de un único circuito en un WQS y un WCT, reducción de número de eventos, prize money, criterios de puntuación, número de mejores olas tenidas en cuenta, reglas de prioridad y un largo etc…
Pero uno de los cambios que ha pasado desapercibido de cara al gran público con la llegada de la ZoSea (WSL) en 2015 es la propiedad de las campeonatos. Durante los años de la ASP, el campeonato era propiedad de la marca que lo organizaba, que pedía autorización a la ASP para integrarse en el circuito (WCT, WQS, Long, Projunior, etc) y esta le indicaba los mínimos que tenía que cumplir a todos los efectos (prize money, jueces, medios, retransmisión, etc., etc.).
Pero el campeonato era propiedad de la marca, y esta podía organizarlo donde y cuando quisiese (siempre de acuerdo con las administraciones locales del emplazamiento) y promocionarlo a su gusto. Algunos eran verdaderos festivales comparados con los que se hacen ahora.
Es bien sabido que muchos de estos campeonatos ocasionaban pérdidas a las marcas organizadoras, pérdidas que eran asumidas como gasto de márketing e imagen dentro de su presupuesto, pues esta no buscaba la rentabilidad directa del campeonato, sino que también tenía en cuenta el beneficio que le proporcionaba en visibilidad e imagen.
Con ZoSea esto se acabó. Ahora (desde 2015) es la propia WSL quien organiza todos los campeonatos (al menos los del CT), busca los patrocinadores y los gestiona a todos por igual. Esto implica una uniformidad en todos los aspectos (comentaristas, webcast, promoción, imagen, etc.) y la búsqueda de beneficios para los accionistas de la empresa ZoSea. ZoSea necesita que alguien sufrague una gran parte del campeonato: los patrocinadores actuales, que actualmente son un mix de marcas de surf, otras marcas comerciales ajenas al surf y administraciones locales o regionales.
He podido seguir (más o menos) varios campeonatos estos últimos meses en función de los horarios, trabajo, etc. Y estos cambios introducidos con la llegada de ZoSea, así como otros factores que no son culpa/responsabilidad suya, han desembocado en una situación nada ideal.
Por partes, y siempre desde el punto de vista del espectador que soy:
1) El surf de competición a menudo es muy aburrido
Muchos tiempos muertos. En los años 90 se pasó de tener en cuenta las 3 mejores olas de cada surfista en una manga a únicamente las 2 mejores (en los años 80 se tenían en cuenta las 4 mejores olas de cada surfista). Eso implica que actualmente los surfistas tienden a coger muchas menos olas que antes, pues se limitan a coger aquellas que les pueden dar las dos puntuaciones más altas.
Desde el punto de vista del espectador, menos olas surfeadas = menos espectáculo.
Y si encima ocurre con unas previs muy lentas (véase El Salvador o algunos días de Bells Beach este año) hay mangas verdaderamente soporíferas. A modo de ejemplo, algunas veces coincide un CT con una prueba de un QS en otra parte del mundo que se disputa en un beachbreak, con 4 surfistas por manga, y visiono los dos campeonatos en paralelo: suele ser mucho más entretenida la manga del QS que la del CT, pues hay mucha más acción.
La excepción en el CT es cuando deciden celebrar dos mangas de forma simultánea, como en Hawaii o algunos días de Peniche este año.
2) Poco carisma
Está claro que difícilmente se podrá superar a gente como Kelly, Andy, Occy… y es que los años en que coincidieron estos con Parko, Fanning, Taj, Dane, Bobby, etc., son seguramente la edad de oro del surf profesional. Actualmente JJF y Gabriel están fuera del circuito (uno por baja de paternidad y el otro lesionado), y el tercer surfista carismático (Ítalo) parece haberse deshecho de parte de su carisma para intentar volver donde le corresponde.
Ídem en categoría femenina con la ausencia de Stephanie Gilmore y Carissa Moore.
Las cifras de personas visionando una manga (se aprecia fácilmente en Youtube) son un claro indicador de qué surfistas levantan expectación y cuáles no.
Y ahora mismo las cifras son muy bajas.
3) Condiciones pobres
Es muy difícil acertar con la naturaleza y las previs, pero hay cosas que son de cajón: si quieres buenas condiciones en Europa, Octubre/Noviembre son los mejores meses. Sinceramente, no entiendo lo de Peniche en Marzo.
Con diferencia, en lo que llevamos de 2025, el mejor campeonato de surf en cuanto a olas ha sido el WQS de Taghazout de finales de febrero/principios de Marzo. Día tras día de condiciones perfectas a lo largo de todas las horas de luz.
Estoy seguro que muchos pros del Top que sufrieron Peniche a mediados de Marzo, hubieran preferido con mucho gusto hacer el QS marroquí.
4) Falta de repercusión
Los medios de surf (papel o digitales) han muerto. Durante y después de un campeonato, incluso en el que se decide el título, hay muy poca repercusión porque hay muy pocos lugares donde se hable del mismo.
De hecho, hay muy pocos lugares en los que se hable de surf en sentido amplio: hay muchas imágenes, pero poco discurso (oral o escrito). La única excepción es Swellnet, de la mano Steve Shearer y algunos podcasts anglosajones. Muchos clips y reels en RRSS pero ningún análisis medianamente crítico y, sobre todo, independiente (más allá de fobias o filias nacionalistas de cada uno). Una lástima.
Y si la propia WSL no se implica (patrocinio a medios?) para que haya más repercusión, con críticas, incidencias, detalles, chascarrillos, análisis técnicos, etc. (aun a riesgo de que haya opiniones que no la dejen en buen lugar), el principal damnificado ante esa falta de repercusión es su propio negocio.
Y entonces ...qué? El surf profesional se va a convertir en algo muy marginal que, a pesar de su inclusión en los JJOO, languidecerá junto con el curling, el pentatlón o el bádminton en el grupo de deportes olímpicos con un seguimiento muy importante en algunos países y nulo en el resto del mundo? Pues seguramente… pero quizá esto no sea tan mala cosa, no?
Por otro lado surgen formatos diferentes de surf de competición (Capitulo Perfeito, Quemao Class, Natural Selection, William Aliotti Twin Fin Invitational, y más… aunque no todos con live streaming) que nos ayudan a alimentar ese mono adquirido a lo largo de los años de ver en directo, cómodamente desde casa, a cuatro (muy) buenos surfistas competir durante media hora en buenas olas.