12 días descalzo (IV) - Lo mejor del año

2010 ha sido un año complicado, con sus altos y sus bajos. Empecé 2010 bien, con un par de escapadas a Canarias. La primavera trajo mucho trabajo y un nuevo reto con mi mayor implicación en 3sesenta. El verano fue particularmente malo: 2 meses sin surf debido a sendas lesiones que se produjeron con pocos días de diferencia. Y el otoño acabó con un broche de oro... y con una mala noticia en el aspecto profesional/personal. De todas formas nada que el tiempo -y los nuevos retos que me esperan en el 2011- no consigan curar.

El broche de oro fue, como os podréis imaginar, la escapada a las Mentawai en Noviembre.  No sabría decir qué fue lo mejor del viaje: las olas (muy bien... sobretodo si tenemos en cuenta que -excepto un día- no tuvimos que compartirlas con ningún otro barco); la compañía (excepcional; prefiero irme con mis amigos que en un barco lleno de playmates en celo); la pesca (me esperaba más, y no fue por no dedicarle tiempo, pero al menos pesqué el bicho más grande), el barco y la tripulación (terimah kasi King Millenium)...

Guardo multitud de recuerdos: de la cena de mi cumpleaños en el barco, durante la cual nos soplamos 9 chuletones, 6 botellas de Rioja, 2 de patxarán, embutido y tortillas varias (casi todo traído ilegalmente desde casa dentro de las fundas de las tablas). Durante esa cena, y animados por el alcohol, nació la idea de rodar un cortometraje algo gore que, espero, muy pronto os presentaré. No hace falta decir que los días siguientes, cuando no estábamos surfeando, estábamos rodando las diferentes escenas del corto. El making of -si es que algún día lo editamos- promete.

También recuerdo estupendas puestas de sol, travesías algo movidas (la última... buff!!!), delfines, islas solitarias, serpientes no bienvenidas, lugares de anclaje que parecían sacados de El Corazón De Las Tinieblas y muchas charlas en proa contemplando los peces voladores. Solo bajé a tierra un par de veces y en ambas me mareé. Quizá lo que echo más de menos es lo fácil y sencilla que era nuestra existencia: irse a la cama a las 8 y darte cuenta que no sabes qué hora es; que en todo el día solo te has puesto la camiseta para surfear y protegerte del sol, que llevas puesto el mismo bañata con el que te levantaste y que, un día más, ni siquiera te has enfundado las chanclas.

A día de hoy todavía no he visto todas las fotos ni, mucho menos, todos los vídeos que grabamos. Nos los vamos reservando para aguantar hasta el próximo viaje. He aquí una pequeña selección, un bálsamo para calentarme el alma durante este frío invierno. Feliz año a todos y gracias por estar ahí, al otro lado de estas líneas, aguantando mis chapas!!