Sidi Ifni

Si lo que me han contado es cierto, debería significar “Señor Ifni”. Pero eso es lo de menos. Es uno de esos lugares mágicos que tiene Marruecos. Si alguien ha estado alguna vez por el sur de Marruecos (provincia de Agadir) y no ha bajado hasta Sidi Ifni, espero que sea por que las olas eran tan buenas en los picos de la zona de Taghazout que no ha tenido más remedio que quedarse allí.



Los que han estado en Sidi Fini, conocerán el Hotel Suerte Loca, al final de una gran avenida que baja desde la plaza del antiguo edificio de Correos y de la casa del Gobernador. El Hotel es maravilloso, agradable, con unas vistas preciosas y una terraza que te hace soñar. Está justo detrás del “barco” (y los que habéis estado ya sabéis a qué me refiero…).



Las olas enfrente del hotel no son malas. El pico es conocido como “Shitty Ifni”, por la mala calidad del agua, y funciona mejor cuando está pequeño y a marea alta. Pero a Sidi Ifni no va uno por las olas, si no por todo lo demás. Su pasado (español), su historia y, en mi caso, por ese azul añil que se encuentra en las puertas y ventanas de todas las casas blancas y por esos edificios de Art Deco que harían palidecer de envidia a los habitantes de Napier, en NZ.



(“Hotel Suerte Loca” y fragmentos de la misma. Acuarela pintada mientras me recuperaba del que ha sido mi último baño en aguas marroquíes, hace unos 2 años: cuando una quilla de mi tabla me provocó un agujero en mi muslo derecho que requirió 6 puntos de sutura y una semana de muletas, cortesía de Killer Point.)