viernes, 1 de julio de 2022

La Historia Del Surf A Través de Tres60 por Javier Amezaga




“Yo empecé a surfear gracias a 3sesenta. En el primer número de esta revista es donde vi, por primera vez, que se podía surfear con chustas, con olitas de medio metro, que era lo que a veces teníamos a orillas del Medi. Hasta entonces pensaba que la práctica del surf se circunscribía a las olas grandes, debido a las espectaculares imágenes – normalmente grabadas en Hawái – con las que cerraban muy ocasionalmente algún noticiario de la tele. Y mi única referencia nacional era la de Galicia, pues durante la previa de un partido del Mundial de España ’82 que se disputaba en A Coruña, el helicóptero enfocó durante unos segundos a unos surfistas en el Orzán. Pero en el Medi, donde nací y crecí, nunca teníamos olas como las de Hawái o Galicia. Así pues seguramente no era posible surfear en el Medi. O eso pensaba yo al mirar las chustas durante nuestras sesiones de windsurf en otoño e invierno en las playas de Cambrils (Tarragona).

Hasta que un día, en un quiosco de Cambrils, vi una revista de surf: el primer número de la 3sesenta. Y en sus páginas vi fotos de campeonatos en olas pequeñas y fofas, como las que a veces nos visitaban en la Costa Daurada (…)” 

Así empieza el texto que le mandé a Javi Amezaga para La Historia Del Surf a Través de Tres60, obra del mismo Javier en el que recoge los mejores, o al menos los más importantes momentos, de la historia de NUESTRO surf desde mediados de los 80 y hasta el presente. La historia no la escriben los vencedores. Quizá en política sí, pero no en el surf. La historia verdadera la escriben los que la vivieron en primera persona, los que estuvieron allí, cada uno la suya. Personal e intransferible. Y muy pocos son los que han visto tanto, sin ser los protagonistas principales de la película, como Javier, Jakue, Paloma y Borja. 

Recorriendo – y releyendo- las páginas de este precioso libro he reconocido muchos reportajes y fotos… y en muchos casos me he acordado de dónde estaba yo cuando los leí por primera vez; cómo me impactaron y cómo me moldearon como surfista y como persona. Para bien y para mal. 
 
Sí, el libro es una invitación a la nostalgia. Pero también una muestra de la evolución, de todas las cosas (y personas) que han pasado por este microcosmos nuestro y que han dado forma al presente que tenemos ahora, para ayudarnos a entenderlo, con sus cosas buenas y sus cosas… no tan buenas. No se me ocurre ninguna herramienta mejor a día de hoy para alcanzar ambos objetivos. 

Ideal para recordar el pasado durante un momento de calma y tranquilidad mientras calentamos nuestros huesos viejos al lado de la estufa en invierno… o para regalar a es@ hij@, sobrin@ o amig@ que empieza este verano a vivir su propia historia con el surf. 

Lo podréis encontrar aquí y no me llevo ni un céntimo, como debe ser: Historiadelsurf.com









1 comentario:

Ivan Skateando dijo...

¡Qué buenos recuerdos! El Wilbur Kookemyer era genial, tengo ese comic por casa.