-Imaginemos que un día te lías la manta a la cabeza y decides abrir un negocio; un surf camp ni más ni menos.
-Imaginemos que lo abres en una costa donde no has vivido. Un sitio al que has viajado muchas veces, que te gusta mucho; pero que no es tu país, ni tu cultura, ni tu continente. Pero como es un país poco desarrollado te dan la bienvenida.
-Imaginemos que para competir con los otros surf camps que hay en la zona (algunos -pocos- abiertos por locales y la mayoría abiertos por otros guiris como tú) decides que además de los típicos paquetes de alojamiento + clases de surf, también ofrecerás un servicio a pros que quieren sacar fotos, reportajes y demás en algunas de las olas poco conocidas de la costa. A cambio, obviamente, de que tu surf camp adquiera notoriedad pues siempre es mencionado en los reportajes.
-Imaginemos que para poder llevar a esos surfistas pros y sus cámaras tienes que hablar con gente local, muchos de los cuales no surfean pero saben donde están -y cómo llegar a - esas olas poco conocidas.
-Imaginemos que esas olas de alta calidad y poco conocidas son surfeadas por un muy pequeño grupo de locales, que las mantienen en secreto. Y que solo dejan publicar alguna foto de ella y de sus amigos siempre y cuando no aparezca ningún elemento que pueda dar una pista de dónde se encuentran.
-Imaginemos que un muy famoso realizador de cine de surf contrata tus servicios para que alguno de tus guías no surferos les lleve a una de esas olas. Una ola que tú ni siquiera has surfeado pero que sabes -por lo que te han dicho- que es una pasada. Worldclass.
-Imaginemos que cuando ese realizador, sus cámaras y sus surfistas pros llegan a la ola en cuestión, se encuentran con uno de esos surfistas locales y un amigo suyo. Estos rápidamente les dicen que ahí no pueden surfear ni grabar nada. Que hace años que ellos encontraron esa ola y que si han decidido mantenerla en secreto en lugar de explotarla no es para que venga uno de fuera y las descubra a todo el mundo.
-Imaginemos que las cosas casi llegan hasta las manos, pero al final no pasa nada y el realizador norteamericano y sus cámaras y pros se largan sin haber surfeado ni grabado esa ola. Con el guía que tú les has proporcionado.
-Imaginemos que a los pocos días recibes un aviso de uno de esos locales sugiriéndote que no vuelvas a mandar a ninguno de tus guías a esa ola con pros, cámaras, etc. Que te olvides de esa ola. Recordemos que tú nunca has estado en esa ola. Sabiendo como funcionan las cosas en ese país que no es el tuyo, decides hacer caso y mandas a los sucesivos pros y cámaras a otras olas poco conocidas de la zona. Pero no a esa.
-Imaginemos que de vez en cuando, en alguna web ves alguna foto o vídeo que parece que pudiera ser de esa ola. Lo piensas por los surfistas que salen en ella, que son amigos de los locales; pues tú no conoces la ola y además no sale ningún elemento geográfico que pueda constituir una pista.
Y eso te recuerda que esa ola sigue ahí. Y que tú pierdes una oportunidad de oro de hacer tu surf camp más famoso al no poder llevar a los pros y sus cámaras ahí. Y eso te deja sin dormir muchas noches, pensando en lo que podría ser y no es. Lo famoso que podría ser tu surf camp y como todos los pros del mundillo serían amigos tuyos cuando te los encontrases en cualquier lugar del mundo.
¿Qué haces? ¿Sucumbes a la tentación... o das gracias por poder seguir viviendo de tu surf camp en un país que te ha acogido y te brinda la oportunidad de tirar adelante?
Podría decir que este video no tiene nada que ver con la historia que os he contado pero no colaría, ¿verdad?. :-)
