¿Save Mundaka? Sí, pero… ¿de quién?
Salgo de mi largo
periodo de hibernación a causa del estupor con el que estoy siguiendo las
diferentes manifestaciones que veo en las redes sociales acerca del dragado de
la ría de Mundaka. Hace unas semanas asistí a una interesante charla de Tony
Butt y Surfrider Foundation, en la tienda Patagonia de Donostia, en la que se habló de la protección de las olas. En esta charla, además de los mencionados,
también asistió un técnico de AZTI-Tecnalia que contestó a nuestras preguntas
sobre el tema de Mundaka, que por aquél entonces no había adquirido unas
dimensiones tan espectaculares como ahora. AZTI-Tecnalia es un centro
tecnológico vasco del ámbito marino que ha realizado -y realiza- multitud de
estudios sobre las costas vascas y en el que trabajan algunos surfistas muy
competentes. Uno de los centros de investigación de Azti se encuentra precisamente en
la isla de Txatxarramendi, con vistas directas a la ola. Este centro lleva
mucho tiempo monitorizando los movimientos de arena de la barra de Mundaka y de
toda la desembocadura de Urdaibai.
Pues bien, según el técnico
de AZTI el volumen de arena previsto que se desplace en esta operación es el
equivalente al que el mar mueve durante un solo temporal normal de invierno.
Estos temporales de invierno acostumbran a dejar la barra en un estado bastante
lamentable comparado con la perfección que suele tener en otoño, y durante la
primavera y el verano esta barra recupera su forma de manera natural. Para que
nos hagamos una idea, el volumen de arena que se moverá es un 10% del volumen
de arena total que se dragó en 2003, y además la extracción se realiza en una
zona que no afecta directamente la ola. Es decir que no es comparable.
Desde
ese punto de vista el riesgo para la ola (si las obras se ejecutan como está
previsto) es realmente inexistente. Es una actuación muy pequeña (para la
escala de los procesos que ocurren en esa desembocadura a diario) y pensada
desde el primer momento para no afectar a nada. Además la tramitación y la
implicación en informar a los usuarios ha sido ejemplar.
Una ola
-en este caso la de Mundaka- forma parte de un sistema muy complejo y en el que
puede haber intereses muy diferentes según distintos grupos de usuarios. El
camino para defender las olas tiene que pasar por la comprensión y el respeto
hacia el resto de usos. Conocimiento, formación y dialogo para trasmitir bien
la singularidad de lo que buscamos nosotros como surfistas tanto al resto de
usuarios como a la legislación ambiental.
Hay que tener en cuenta
que, según el técnico de AZTI que asistió a la charla, cuando se hizo el
estudio de impacto económico se dieron cuenta que la ola de Mundaka mueve más o
menos la misma cantidad de dinero que la playa de Laida (que es la que se
pretende recuperar con esta extracción de arena). Así que el recurso del interés económico
(que, nos guste o no, es muy tenido en cuenta por las administraciones
públicas), tampoco tiene mucho peso.
Pero de todas formas, el
camino para defender las olas no es blindar el elemento aislado (en este caso
la barra de Mundaka) y enfrentarse al resto de usuarios. Si hacemos esto (como
está pasando ahora en las redes sociales) el peligro es doble:
1.
Efecto rebote por parte de los usuarios de la playa, que al verse despreciados
van a exigir sus derechos de forma tan o más pasional; y si entramos en esa
dinámica en vez de 40.000 firmas pedirán 400.000...
2.
Desprestigio de los surfistas delante de las administraciones. Estigmatizarnos
como grupo alborotador y boicoteador, con el que no se puede dialogar. Así, el
día que realmente tengamos evidencias de una actuación con afección importante
a una ola, no seremos escuchados. ¿Os suena la fábula de Pedro y el lobo?
Creo que el esfuerzo real habría que hacerlo por pedir la máxima
información y seguimiento, durante y tras la actuación, para conocer sin
ninguna duda que la evolución es la predicha y que la calidad de la ola no se
ve alterada.
De ahí
a los catastrofismos, exaltaciones y protagonismos que veo en las redes
sociales hay un paso... o varios.
Así que actuemos con información y cordura para no malgastar esfuerzos
ni enemistarnos con todo el mundo cuando no es necesario.