Simmons a secas!

En este último par de veranos ya empiezan a verse en algunas playas modelos más o menos acertados de minisimmons. Son tablas muy cortas, de morro redondeado, cola ancha y dos quillas. En realidad, y a pesar de que toman el nombre de Bob Simmons -un shaper transgresor, que tuvo un impacto muy fuerte entre todos los que probaron sus tablas durante la segunda mitad de los años 40 y considerado como el “padre de la tabla de surf moderna”-, las “minisimmons” son un concepto de tabla nuevo ideado por Richard Kenvin (sí, el de Hydrodynamica) y shapeado por Joe Bauguess hace menos de un lustro. Richard y Joe se inspiraron en los conceptos revolucionarios sobre la dinámica de fluidos de las tablas de Simmons (carenas, quillas, cantos, rockers, etc…) y redujeron el tamaño hasta el punto que ahora se surfean muy por debajo de los 6’. Shapers reconocidos las han modernizado y cada día se ven más en la playa los días de olas pequeñas. Sin ir más lejos …Lost ha sacado su propia versión:la Plank. En el siguiente video Matt Biolos (shaper de …Lost, y que mide 1m93 y pesa unos 100kg) surfea su Plank (5'10x 22.50" x 2.63") un día pequeño de Trestles.

Bob Simmons murió muy joven y su personalidad excéntrica y huraña le hizo poco popular… aunque en el verano de 1949 llegó a vender 100 tablas, lo cual era un récord para aquella época!! Todo ello fue motivo de que muchas de sus teorías se olvidaran hasta nuestros días, cuando poco a poco está recuperando el lugar que le corresponde.

Como he dicho antes las tablas de Simmons diferían en longitud de las minisimmons que podemos ver hoy en día. De ahí mi curiosidad cuando Sergi, del taller Flama, me llamó para compartir una sesión con él con una Simmons muy parecida a las originales de los años 40. Mismas medidas (más de 8 pies), cantos, carena, quillas, etc… excepto la construcción. Si bien Simmons empezó shapeando en balsa y luego flirteó con la tecnología sándwich (un core de foam con una capa fina de balsa arriba y abajo y en los cantos), sus tablas nunca bajaron de los 20 kgs (lo normal en aquella época eran 40 kg!!).

Sergi, con al asesoramiento de Didac para el shape, ha aplicado su tecnología de pawlonia (que no requiere glaseado) y ha conseguido un longboard de 8’ x 23’’ x 3’’ por menos de 10 kg. Siempre nos queda plantearnos que hubiera pasado si en los años 40, en lugar de tirar hacia los materiales derivados del petróleo (poliéster y poliuretano), se hubiera utilizado pawlonia… A falta de conocer la respuesta, lo que Sergi y yo sí tenemos claros es que una Simmons (sin el “mini” delante) en Parlementia es una tabla muy divertida y que pasa secciones como pocas!

Real Surfing

Ando estos días a tope con Instagram (una aplicación de fotos para Iphone). Pero más allá de colgar mis fotos, me divierto mucho mirando las fotos de otra gente (la mayoría perfectos desconocidos), especialmente en la etiqueta #surfing. Hay de todo, y se va actualizando con cada nueva foto que alguien sube a Instagram (siempre y cuando utilicen ese tag). Y lo que más me gusta es que se ven todas las caras del surf: desde fotos que obviamente no han sido hechas con Iphone, pasando por sonrisas de alguien que acaba de coger su primera ola, olas desiertas en sitios remotos, quivers, gente que vive el surf en lugares de pocas olas, etc...

Ahora que va a empezar esa otra cara del surf (el de competición), donde todo el mundo surfea a un nivel estratosférico (algunos más que otros) y todas las tablas son pepinos, esa etiqueta de Instagram me permite tomar el puslo a la otra (gran) realidad del surf: real surfing.

Dane Reynolds VS Tom Curren

Nunca he escondido que el californiano Tom Curren (padre de Lee-Ann Curren y que no tiene nada que ver con Tim Curran ni Nathan Curran) es uno de mis surfistas favoritos. Triple campeón del mundo (1985, 1986 y 1990), marcó una generación de surfistas, y el mismo Slater lo cita como uno de los surfistas que más le han influenciado. Sin ir más lejos aquí le tenéis en la primera manga que les enfrentó en Lacanau en 1990:

Pero quizá lo que siempre me ha atraído más de Curren ha sido su vertiente alejada de la competición, especialmente en lo que atañe a su experimentación con tablas muy diferentes al resto de surfistas de primer nivel del momento: los forward VEE de Maurice Cole, los fishes en olas gigantes de Indo y en Jeffreys, los quads en Jeffreys Bay mucho antes de que se pusieran de moda, etc.

Curiosamente, uno de los videos de surf que miramos en el barco durante el viaje a las Mentas, fue Curren: Trials to Title. En el mismo se narra como Tom Curren consiguió ganar su 3er título de campeón del mundo (1990), teniendo que disputar todas las pruebas desde los triales pues había dejado de competir durante dos años. Una de las pocas hazañas –la otra sería una manga perfecta de 30/30 puntos como la de Shane Beschen en Kirra en 1996- que todavía le quedan por hacer a Slater… aunque no pongo en duda que si se lo propone lo logra.

Pues resulta que durante mi viaje se ha disputado uno de esos campeonatos que sin ser profesional, por su historia y la ola en el que se celebra, es mítico: el Rincon Classic, que ha sido ganado por nada más y nada menos que Dane Reynolds (otro de mis surfistas favoritos).

Curiosamente, de todos los surfistas profesionales actuales Dane es el que más me recuerda –por su trayectoria más que por su surfing- a Tom Curren. Ambos comparten el haber nacido y residir en la costa central californiana (Ventura // Santa Barbara) lejos de la vorágine de silicona, sol, pasta rápida y coches de lujo del Sur de California (Orange County, etc..). Ambos se han criado surfeando olas de calidad, en las que es necesario trabajar la trayectoria y realizar un surf muy en el canto. Y ambos tienen intereses muy alejados del surf: la música para Tom Curren y el… “arte?” en el caso de Dane. A Curren rápidamente le aburrió el surf de competición, más que nada por que había dedicado a ello toda su juventud. Así que después de conseguir sus dos primeros títulos (85 y 86) se tomó un respiro. Dane no ha tenido tanta paciencia, y se ha retirado antes de llegar a las metas a las que parecía estar predestinado.

En su manga de la primera ronda del Rincon Classic ambos fueron fieles a sus estilos: Tom (que tiene 48 años) ganó surfeando una 5'1" x 17 1/4" x 2 1/8" shapeada por Dan Tomson de Tomo Surfboards. Posteriormente Dane entraría en la repesca y acabaría ganando el campeonato. He aquí la manga que les enfrentó:

Mentaguays II – Algo que declarar?

La voz sale desde debajo de un bigotillo. El aduanero – de nacionalidad malaya pero de apariencia india- me lo pregunta con una sonrisa de simpatía. No parece sospechar de mí, simplemente tiene que preguntármelo ya que estoy llegando a Kuala Lumpur (Malasia) proveniente de Padang (Sumatra, Indonesia). Estoy entrando en su país.

“Algo que declarar?” repito para mis adentros?

“Algo no; muchas cosas!!” me respondo.

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Declaro que todavía no entiendo que pueda haber tantos matices de azul en tan poca distancia de mar.

Que es injusta tanta belleza en los peces, que los chipirones se alinean por tamaño (de más grande a más pequeño) y que los delfines nos han mirado de lejos al pasar, varias veces, como si no se fiasen de nosotros. O acaso pensaban que éramos una de esas embarcaciones de pescadores locales que de noche parecen gigantes arañas flotantes, patilargas e iluminadas?

Declaro que he visto a los cocoteros del islote de A-Frames llorar pues su islote vecino, al que todos conocíamos como la “isla del cocotero solitario”, ha perdido su único árbol. “Venid aquí y a ver si os atrevéis con nosotros!!” clamaban a los cuatro vientos. Y a fe mía que hay que tenerlos bien puestos para adentrarse en esa maraña de jungla!

Declaro que no entiendo por qué no hay gaviotas en las Mentawai si el mar, y nuestros sueños de surfistas, terminan ahí.

Declaro que Rifles va tan rápida que debería llamarse Bullets. Y que llamar HTs o Hollow Trees a Lance’s Right (nombre original de la ola de Katiet) es pecado. Y debería ser penado con una visita a la “mesa del cirujano”.

Declaro que me quedé con sed de Bintangs. No de cerveza, si no de la derecha hueca del mismo nombre. Y es que un solo baño (y justito de tamaño) en Bintangs después de 14 meses de espera no fue suficiente para calmar mi sed.

Declaro que a pesar de que siempre me gustaron “las camareras”, en el caso de Burgers es mucho mejor cuando estas no aparecen y se surfea bien pegadito a las rocas.

Declaro que Thunders me pareció una caricatura de Nipussis pero en izquierda. Que Nipussis con 1’5m, si coges la buena va bien. Que Beng Beng nos supo a poco y que los cuatro amigos de 4 Bobs estarían mejor a 1m de profundidad en lugar de asomar a la superficie.

Declaro que todas las tablas funcionan y que tu shaper se equivoca; el que no sabe surfear eres tu (o yo).

Declaro que tras poder disfrutar de dos días y medio de Maccaronis perfecto sin nadie más (en 13 días solo un día coincidimos con otros barcos), he decidido cambiarme a goofy para poder disfrutar esa ola de cara. Total, tampoco es que surfee muy bien de regular, así que no me perderé gran cosa.

Declaro que espero que todos los deseos que musité, tumbado encima de la cabina de mando del King Millenium una noche en que las estrellas fugaces nos visitaron, se cumplan. Para algo fui modesto en mis pensamientos. Y de momento unos cuantos ya son realidad.

Declaro que cuando saqué el atún (4-5kg) recordé a mi padre, y cuando –de adolescente- me llevaba a pescar bonitos al curry o a “l’agromejada” con él en Cambrils.

Declaro que para que nuestro viaje fuese perfecto, las olas del primer día tenían que haber llegado el último y así pillarnos con confianza y descansados. Y que ese pensamiento nos perseguirá hasta que regresemos.

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No; nada que declarar.

Mentaguays II

Ya estoy de nuevo aquí en casita. En breve colgaré una pequeña crónica del viaje así como algunas fotos del mismo, pero de momento os dejo con una ola de la primera sesión del viaje. Después de muchas horas entre aviones y aeropuertos, esperas en el puerto de Padang y una travesía de toda la noche en barco, esto es lo que nos encontramos cuando llegamos a las Mentawai.