lunes, 28 de abril de 2014

O’tea: el baile de las islas del Pacífico Sur


Una de las pocas verdades irrefutables del surf, ajena a cualquier subjetivismo, es que su origen se encuentra en el Pacífico sur y es muy anterior a la llegada del hombre blanco. Como muchas otras civilizaciones antiguas los polinesios tenían sus costumbres y tradiciones, y una de ellas era el o’tea, un baile practicado exclusivamente por los hombres y en el cual imitaban diferentes movimientos de su actividad diaria (cazar, pescar, remar, etc). Si el catálogo de movimientos del o’tea se actualiza y en el mismo entra el surf, creo que esta foto congela un momento increíblemente bello y plástico digno de cualquier ballet, y que debería formar parte del repertorio de los bailadores de o’tea.



El surfista de la foto no es otro que Michel Bourez, el único tahitiano que actualmente compite en el WCT, durante el reciente campeonato de Margaret River que ganó. Michel es famoso por su cuerpo (“el espartano” le llaman), pero entre los medios franceses de surf tiene la reputación de siempre querer hacer demasiado, con un surf todo en potencia y un tanto forzado, que no siempre se encuentra correspondido por la ola que está surfeando. Por algo sus victorias más brillantes, exceptuando la de Margaret Rivet, se habían dado en Hawai (el WQS Prime de Hailewa en dos ocasiones, y finalista el año pasado en Keramas).

Es curioso porque cuando oigo a los medios franceses hablar así del surf de Michel, me vienen a la memoria las críticas que el otro gran surfista polinesio recibió durante muchos años por parte de la prensa anglosajona. Me refiero al único e inimitable Vetea ‘Poto’ David. Poto fue campeón del mundo júnior amateur –venciendo a Nicky Wood y a Kelly Slater en la final- antes de competir en el World Tour a principios de los 90. Sus mejores resultados siempre fueron en Hawai (especialmente en Pipeline), pero fue muy conocido por su estilo único e inimitable así como por sus tablas; comparables en ancho y grosor únicamente a las de Gary Elkerton. Su estilo (piernas muy separadas, cabeza alta, espalda recta y pecho hinchado) quizá no era el más atractivo visualmente, especialmente de backside en olas pequeñas, pero tenía la ventaja de ser muy expresivo y fácilmente reconocible. Eso no impidió que los medios australianos de surf fueran muy duros con él por ese estilo y por sus “barcos”, pero ya se sabe que el mundo del surf es excesivamente encorsetado y que los medios de comunicación toleran muy mal las individualidades, especialmente en Australia (véase sino el caso de Cheyne Horan). Una vez retirado del tour Poto regresó a Tahití donde se dedica a coger tubazos en Teahupo’o en SUP y trabaja, creo, de bombero.



Michel, cuyo estilo es mucho más agradable visualmente que el de Poto, ha heredado la misma potencia que éste y la ha adaptado a los cánones occidentales, sin por ello dejar de tener una personalidad muy fuerte que le hace fácilmente reconocible. Su carrera como surfista se encuentra en su mejor momento, y esperamos que siga inspirando a todos los bailadores de o’tea con su plasticidad. 

4 comentarios:

  1. Aunque la competición tuviese pocas estrellas, yo también destacaría su victoria en El Confital, con cierto tamaño, hace ya unos cuantos años; otra ola fuerte a la que se adaptó perfectamente el estilo de Bourez.

    ResponderEliminar
  2. Personalmente,el estilo de Poto me parecía bastante "detestable" y nada que ver con el Bourez. Recuerdo que me parecía un bestia surfeando sin "delicadeza" en las olas...algo así como Sunny García que tampoco me ha gustado nunca. Sin embargo, Elkerton sigue siendo de mis preferidos a pesar de ese "embrutecimiento"...supongo que para gustos los colores...jejejjeje....
    Un saludoooo....

    ResponderEliminar
  3. Posiblemente este sea el comentario más desfasado de la historia. 6 años después de la publicación, pero el tema del “estilo” es algo que me ronda últimamente. O más concretamente del exceso de estilo y la falta de personalidad. Hoy todos los que tienen un nivel medio-alto surfean bastante parecido. Un clon de Mick Fanning, una especie de cyborgsurfer o, a menudo, una mala copia.
    Antes lo surfistas top tenían un estilo propio, y no solo por su físico, las tablas o el tipo de olas de su playa local. En la transición a la tabla corta era extremo. Prácticamente estaban inventado un nuevo deporte, y cada uno lo hacía a su manera. Todavía hoy veo alguna vez The Cosmic Children y todo me parece más creativo. No pertenece a mi época, pero tienen un surf y una música espectacular.
    Incluso en la generación más cercana a Vetea David, los estilos eran muy distintos. Mark Richards, Shaun Tomson, Tom Carroll, Cheyne Horan, Rabbit, Kong, Occy… y muchos más tenían una forma de surfear propia. Los hawaianos también tenían su propio estilo: Bertleman, Dane Kealoha, Michael Ho, Marvin Foster, Sunny… En los 70s y 80s había variedad.
    La culpa de todo la tiene Tom Curren. Marcó el canon, la perfección en su tiempo. Después Slater lo llevó al siguiente nivel y Andy lo elevó al sumun de la plasticidad. A partir de ahí las escuelas, la tecnificación e internet han hecho el resto.
    Surferos robóticos que rozan la perfección. Los mejores son sorprendentes, pero la clase media del surfing profesional es un coñazo.
    Solo quedamos con personalidad los mediocres, lo que nunca aprendimos a surfear como Tom Curren.

    ResponderEliminar
  4. Mejor tarde que nunca Eduardo P.. Coincido contigo en muchas cosas. Quizá no en la época post Curren, donde creo que Slater y compañía, viendo que no podían igualar (y mucho menos superar) a Curren en estilo, tiraron de elasticidad, fuerza, agilidad y explosividad. Pero como bien dices pocos surfistas posteriores a la época de Curren, Occy, etc... son destacables por su estilo: Machado, Parko y alguno más.
    Y sí, los mediocres tenemos mucho más estilo que ellos... o al menos un estilo mucho más propio! :-D
    Saludos

    ResponderEliminar