Lo que voy a contar es un hecho real y no hay ni un ápice de fantasía en mi narración. Y no solo eso, si no que es reciente pues ocurrió este Sábado pasado 1 de Octubre 2011.
Estoy en las Landas y la pequeña marejada que entró ayer se está esfumando. Pero el día es tan perfecto que no puedo dejar pasar la oportunidad de buscar un baño. Hace sol, a media mañana la camiseta ya sobra, el viento es flojo y terral y los colores son preciosos. Me asomo a la cima de un par de dunas y los pocos picos que funcionan con este micro-swell, están invadidos. Sigo buscando. En la que es mi última opción diviso, a 1km más o menos de donde me encuentro, la promesa de un banco de arena. No ha habido nada bueno en ese trozo de playa durante estas últimas marejadas, pero hoy las mareas no son tan vivas y el swell mucho más pequeño. Parece que con cada serie una ondulación de izquierdas va tomando forma. Todavía no rompe pero poco le falta.
Bajo al coche, me cambio y vuelvo a subir la duna para dirigirme hacia ese banco. La primera serie ya rompe y dos tipos entran al agua. Como la marea todavía está bastante alta, la ola coge el fondo de la orilla y rompe con fuerza… para su escaso tamaño. Suficiente –en todo caso- para surfear con tabla corta. Empiezo la caminata por la arena -unos 15 minutos – desde la duna hasta el pico a lo largo de la orilla. Con cada serie la izquierdita se define más y se monta al llegar a la orilla. No muy lejos de la orilla hay varias embarcaciones pescando. Algunas son embarcaciones de recreo y otras de pesca. Por fin llego a la altura del banco de arena y entro al agua. Saludo y espero. Curiosamente para ser una marejada tan pequeña, las olas entran sin cesar por lo que no hay que esperar mucho. Remar fuerte, coger algo de velocidad e intentar uno o dos giros antes de volver a empezar. Al cabo de unos minutos miro hacia la orilla y observo que dos surfistas vienen andando por la playa hacia nosotros. Los reconozco del parking. Ellos también han visto ese pico. Poco después entran al agua. Todo le mundo espera, nadie salta y todos cogemos olas y disfrutamos de un maravilloso sábado veraniego en Octubre.
De pronto… alarma!! Desde otro parking se acerca un nutrido grupo de surfistas hacia nosotros con lo que parecen ser tablas de escuela. El monitor (luego descubrimos que era “monitora”) en lugar de colocar a sus alumnos en uno de los picos más poblados de gente - y más cercanos al parking - quiere aguarnos la fiesta. Vamos a pasar de 5 a 14 (son 9 alumnos) en cuestión de minutos. Nuestros rostros se vacían de sonrisas.
Mientras esto ocurre, uno de los botes que faenaba a 200 metros de nosotros se pone justo enfrente de nuestro pico. Un bote de pesca, el “Txipiron”, con matrícula de Bayona. A bordo un solo pescador va lanzando su red circular que recoge al cabo de pocos minutos. Está tan cerca que cada vez que viene una serie tiene dejar el motor con el que sube la red y aproar el bote a las olas. En algunos momentos la red se encuentra a escasos 5 metros de nosotros y la navegación del barco rompe el oleaje serie tras serie. Mientras observamos –con cierto miedo- como parece que las serie estén acercando más y más la red hacia nosotros, los primeros alumnos llegan al pico. Apenas saben remar pero las olas son tan pequeñas que todos consiguen llegar. Viene una serie, con la superficie del agua totalmente bacheada por culpa del barco de pesca, y 3 alumnos reman la primera ola. Dos tablas salen volando por los aires descontroladas espantando al personal. Cojo una espuma y me salgo. Cuando llego a la orilla oigo a la monitora –cuya escuela está patrocinada por una gran marca de surf- explicarle a un alumno que el surf “no es lo que es lo que veis en los videos o internet; la base del surf es el respeto”.
Me vienen arcadas.
Respiro hondo y empiezo mis 15 minutos de marcha de vuelta a la furgo. No me puedo quejar, pues al menos he disfrutado de 30 o 45 minutos de baño placentero… pero el sabor a almendra amarga no se me va de la boca.
Respeto.
Tenemos nosotros –surfistas ocasionales, enfrascados en una actividad lúdica gratuita- derecho a recibir mayor respeto por parte del pescador que nos destrozaba las olas con su motor… amén de que en caso de avería su barco podía caernos encima? Al fin y al cabo él tiene 106 kilómetros de costa en las Landas para pescar y nosotros solamente queríamos esos 20 metros de playa? Pero por otro lado él se está ganando la vida –o intentándolo- mientras que nosotros estábamos pasando el rato. Quien tiene “prioridad”?
Y las escuelas de surf? Con su simple presencia pueden amargar la existencia a cualquiera –como fue nuestro caso- simplemente por dinero… Dinero que ganan gracias a unos recursos naturales – las olas, las playas, la arena- que ni les pertenecen más que al resto de los seres humanos ni pagan por su uso ni por el provecho que sacan. Pero por otro lado son motor de turismo y empleo, crean riqueza y benefician directamente a la región, pueblo, etc… donde trabajan.
Respeto ...para quien?
En cuanto al pescador, supongo que tiran la red donde mejor está el fondo (no tengo ni idea, pero normalmente donde hay cañas hay posibilidad de olas). Y referente a la escuela, para eso está: para enseñar lo que deben y no deben hacer; con el tiempo seguro que aprenderán a respetar turnos y posiciones, no rangos ni localismos. Hay espacio para todos y durante todo el día. Gente que se apilotona para sentirse acompañada, gente que madruga para ver el sol y estar solo, gente que no conoces y te taladra el atardecer. De todos gustos y maneras. Pero siempre con respeto.
ResponderEliminarDifícil, molt difícil de decidir. En el món superpoblat en el que vivim és questió d'endreçar-nos entre nosaltres sense que s'hagin de començar a posar lleis. Ja n'hi ha prous i sempre que posen una llei nova els que fem una activitat lúdica com el surf segur que sortirem perdent.
ResponderEliminarPocas veces he estado tan de acuerdo con un artículo. Más que estar de acuerdo, creo que me ha servido como desahogo, aun sin haberlo escrito yo. Del pescador, poco puedo decir. Seguramente él tendría sus razones, espero que relacionadas con la cantidad de lo que te tenía intención de pescar, prefiero no pensar que simplemente eran "ganas de jugar y cabrear" un poquillo a los peces de neopreno.... Pero llegan las escuelas. Estoy de acuerdo con su actividad, está claro que todos queremos pagarnos las lentejas y si encima es con un hobby que se convierte en trabajo, mejor aún. Pero me da la sensación que poco a poco algunas escuelas (no todas, claro) se dedican más a ganar dinero que a enseñar. Lo primero que aprendí cuando puse un pie en el agua con un corcho bajo el brazo es el respeto. Un respeto basado en ciertas normas y en la idea principal de disfrutar. Y cuanto más respetes y te respeten más oportunidad tienes de disfrutar, de pasarlo bien, de hacer amigos. Pero cuando llega una escuela con su grupo de alumnos, se plantan en la orilla, se meten en el agua, llegan hasta el pico casi echándote (verte rodeado de repente por 10 personas con sus tablas y licras de colores impone mucho, aunque sobre todo da miedo) y se ponen a coger todo lo que se mueve, sin ningún tipo de norma, da igual por donde vengas, a donde vayas...el respeto se lo han dejado en los estiramientos. Hemos llegado a estar en la situación en la que nos ha indicado que nos vayamos a otra zona para no molestar y evitar accidentes. Y negarse implica malas caras. Yo aprendí gracias a los consejos de los "mayores" y con el riesgo de que, si no tenías respeto, te llevabas una cachetillo para casa y no precisamente porque la tabla te cayera encima. Así lo aprendí y me ha ido bien. No hay nada peor que salir enfadado del agua cuando al llegar sólo pensabas en disfrutar de ese ratillo que en ocasiones te cuesta mucho tenerlo libre. Algo está fallando.... Un saludo
ResponderEliminarPues yo ,que debo ser bastante retrogrado y poco guay, estoy hasta los c....de las escuelas de surf,el disfrutar de un baño pequeño con pocos conocidos y verte rodeado de 10 o 15 nsps sin ningun tipo de control es una pesadilla recurrente durante el verano,cuando no hay mas mar....Cuantas veces habré rezado para que suba el mar un metro y los barra a todos hasta la orilla o para que un tiburon blanco despistado engulliese al monitor...
ResponderEliminarLa combinación =aleman+saltada+licra roja+nsp+la piste= twin fin californiano regalo de boda reventado
rya
para todos niegá,para todos....
ResponderEliminarchema
Por lo menos no te han pinchado la rueda como me paso a mi.
ResponderEliminarQue curioso!!!! Hace un par de días compartí baño petado en una populosa playa de Gran Canaria. En el agua un "nutrido grupo" de alemanes, saltándolo todo sin saberlo, y sólo preocupados por salir bien en la GOPRO...tachán...también había un grupo de italianos...más atentos a las chicas que al mar.... El localismo me parece de lo peor, pero tras la experiencia llegué a entenderlo...
ResponderEliminarEn cuanto a las escuelas, para mi, los principiantes no son tanto el problema, no suelen estar en las mejores olas entre otras cosas porque se ahogan antes de llegara rriba... más problema lo son las hordas de "maquinitas" de los cursos de tecnificación... Llegan cuatro al pico con el profe, con sus licras a juego, y olvidate...
Anyway, thank you God summer is over!!!!
respeto para todos, sino esto seria la ley del mas fuerte, y para que. Te puede molestar todo en esta vida o te puede agradar es segun lo realizado que estes contigo mismo.
ResponderEliminarun saludo!
en la nieve el tema de escuelas funciona igual que en el surf?en el golf es igual?pero tenemos lo que nos merecemos,en la playa que surfeo habitualmente,hay corcheros que dan clases de surf,sin haber hecho surf en su vida,que digo yo, que milonga le contara al alumno,es como si quiero tomar clases de tenis,y me las imparte uno que juega a pin-pong.aqui todo el mundo esta a la pela,pregunta por somo etc,en que estan facturando a saco las tiendas,con las clases y no con las ventas,
ResponderEliminarEn mi humilde opinión, para aprender con o sin escuelas hay que buscar picos solitarios, aunque las olas sean de mala calidad (como hice yo en su día), porque situarse en un pico donde hay surfistas siendo un novato es un peligro para todos. En este caso me gusta hablar más que de respeto de prudencia.
ResponderEliminarY lo del pescador... Bueno, al colega se la suda los surfistas porque seguramente nunca a pillado una ola... Así siempre será difícil de que lo entienda.
Salu2!!!